En la actualidad, llevar la responsabilidad de un gobierno no es cualquier cosa, sobre todo si es una nación como la nuestra, donde los contrastes chocan entre sí. En México se oculta información oficial, se solapa la impunidad, se dan arreglos políticos y económicos en los sótanos del poder, la justicia es ciega y tarda en llegar, mientras que la pobreza sigue presente y no se va. Tenemos un país donde cada cambio de gobierno se nos promete que todo cambiará, pero todo sigue igual, ojala en esta ocasión si suceda. Sin embargo, no se mira ningún liderazgo, fuerte y congruente que pueda dominar un tigre que como sociedad sigue con hambre y sed de justicia social.
Es difícil encontrar hombres y mujeres dentro del servicio público con capacidad de luchar por la justicia social de los demás. La moral existe, pero anda por los suelos, la honestidad es de cinco al millar y la apariencia de lo justo se compra con influencias y dinero. Mientras que todo aquel que esté en el poder creerá que es el mesías, y pretenderá que se le aplauda, se le siga y aclame sin contradecirlo, sin que importe si va bien en la conducción de un país en crisis.
La marca del liberalismo social es una idea astuta dentro del ámbito político, utilizada como argumento para dividir a la población, haciendo creer que el enemigo a vencer es aquel con supuestos ropajes conservadores. Una realidad manipulada, cuando los verdaderos enemigos a vencer son la pobreza, la corrupción, la impunidad, la violencia, el despilfarro en obras faraónicas, poner orden en un país del desorden y acabar con malos gobernantes. El liberalismo es una filosofía política y moral que defiende la libertad, la igualdad ante la ley y una reducción del poder del Estado. Terminando con las políticas mercantilistas, promoviendo el libre comercio y la libertad de mercado.
El presidente LÓPEZ OBRADOR, no descansa ni da tregua para evitar vacíos de poder, sigue en sus recorridos por el país; sus conferencias de prensa “las mañaneras” siguen a todo lo que dan. Dentro de los objetivos del Presidente, está lograr el mayor triunfo electoral para MORENA en el proceso del 2021. Proceso electoral diferente al que se enfrentará el partido político del presidente, mas no nuevo. La lucha sigue siendo por el poder y en él no hay tregua para destruir a la oposición, aunque de por medio quede la nación.
El proceso electoral del 2018 quedó atrás, en él se eligieron 9 gobernadores, al jefe de gobierno de la Ciudad de México, se renovó en su totalidad el poder legislativo y se eligió a quien tiene en sus manos el poder ejecutivo federal. De un padrón de 89 millones 332 mil 031 electores se tuvo una participación del 63.42%. MORENA y aliados obtuvieron 30 millones 483 mil votos, mientras que el PAN con RICARDO ANAYA logró 12 millones 120 mil y el PRI con JOSE ANTONIO MEADE obtuvo 9 millones 289 mil 453 sufragios.
Las condiciones electorales actuales son diferentes, por el gran número de ciudadanos que ocultan sus preferencias; el presidente LÓPEZ OBRADOR no va como candidato y su gobierno sufre los desgastes normales de cualquier administración pública. El hablar diariamente frente a cámaras y micrófonos desgasta y aburre, se vuelve rutina que genera poca atracción. En los últimos días la credibilidad y confianza ciudadana hacía el presidente LÓPEZ OBRADOR se encuentra al 49.3%, según las encuetas de los últimos días.
Los resultados en materia de salud por el covid-19, las condiciones en que esté la economía el año entrante, así como la salida que dé al problema de la inseguridad pública y los candidatos a puestos de elección popular que mande MORENA, marcarán los triunfos o derrotas de su partido. Sin embargo, al Presidente, como gran electoral, le preocupa que partidos políticos y gobernadores se unan en su contra y participen en alianza electoral apoyados por grandes y poderosos empresarios convertidos en “boas” que buscarán devorarlo y limitar su poder.
México sigue siendo un país carente de buena educación democrática y reprobado en tolerancia, además se nos quiere obligar a mirar al Presidente de la República en turno, como una especie de figura solar que nos guste o no también se eclipsa, es un ser humano de carne y hueso, se enferma, duerme y comete errores.
En Sinaloa a pesar de una supuesta alternancia de gobierno en el 2010, esta nunca llegó y siguió gobernando el PRI. La llegada de MARIO LÓPEZ VALDEZ, fue circunstancial, al usar a partidos de izquierda y derecha para lograr sus propósitos. El año entrante veremos si se logra la alternancia anhelada por muchos sinaloenses. MORENA y aliados tendrán que designar un hombre o mujer con tendencias de izquierda, responsable y que sea factor de unidad y de propuestas. Candidato fuerte en lo electoral, vacunado en honestidad y con alta moral social. En los municipios deberán ofertar candidaturas viables y con fuerza política, dejando de pensar y soñar que barrerán electoralmente como en el 2018.
Como recordatorio de algunos fracasos electorales del pasado para partidos de oposición al PRI, está la derrota de HERIBERTO FELIX GUERRA, en el 2000, quien a pesar de traer la bendición e impulso del presidente VICENTE FOX, la perdió con JESÚS AGUILAR PADILLA, teniendo como impulsor y guía política a JUAN S MILLAN, quien sigue moviendo los hilos del poder, da consejos y comparte experiencias; mientras que AGUILAR PADILLA sigue con mucha cuerda política, en trillas de maíz y comiendo mucha carne.
El gobernador QUIRINO ORDAZ COPPEL, entiende y conoce el poder de un Presidente como LÓPEZ OBRADOR. El límite de tiempo de su gobierno se agota y estamos a pocos meses de saber si el gobernador jugará cartas propias en su sucesión, si pactará, negociará o se quedará fuera de la jugada. Por lo pronto uno de sus objetivos es impulsar gente de su equipo en busca de diputaciones locales y posiciones estratégicas para cuando deje el gobierno. Los partidos políticos analizan ir en coalición para enfrentar en bola al candidato que elija el Presidente. Ahora falta que se pongan de acuerdo. De lograrlo ¿Quién será el personaje que encabezará la coalición? Por cierto tendrá que estar muy limpio por aquello de que no los sorprendan y quieran sacarle los trapitos al sol en plena campaña.