Las autoridades gubernamentales nos invitan a tener fe y sacrificarnos como sociedad, mientras la economía camina al revés y se busca entre semáforos de la salud los colores rojo, naranja y verde, para que todo regrese a la normalidad. En los mensajes que nos envían se dice que ganaremos la lucha en contra del covid-19 y saldremos fortalecidos como sociedad. Discursos y promesas contradictorios a la realidad.
El Dr. Mike Rían jefe del programa de emergencia de la Organización Mundial de la Salud, advierte de que el covid-19 podría no irse nunca y lo compara con el VIH. Dijo “Creo que es importante que seamos relistas y no me parece que nadie pueda predecir cuándo desaparecerá la enfermedad, en esto no se pueden hacer promesas y no hay fechas”. Por su parte, los gobiernos de todo el mundo, enfrentan el dilema de como reabrir sus economías y al mismo tiempo contener el virus. Mientras que México se la juega en un volado.
Nuestro sistema inmunológico tendrá que hacer su trabajo para vencer microorganismos que dañen la salud. Hay personas que tienen o tuvieron coronavirus, y gracias a que son fuertes y saludables ni siquiera lo saben. Otros enfrentan la enfermedad en difíciles condiciones y muchos lamentablemente han fallecido. Por lo pronto hay que cuidarnos, principalmente los de más edad, los que padecen de enfermedades como diabetes, enfisema pulmonar y otros padecimientos que han dado a conocer instituciones de salud. La vida no se compra y debemos cuidarla.
La población mundial está en graves problemas y Sinaloa no es la excepción, estamos enfrentando con miedo epidemias agresivas y desconocidas para la ciencia. Sin embargo, no podemos vivir en capsulas, burbujas, conectados a ventiladores, esterilizando el universo o encarcelados en nuestros hogares.
A futuro ¿Cuál será la razón de nuestras vidas? ¿Cuál será nuestra motivación? si se vive entre el miedo, pensando en mascarillas, alejados físicamente de familia y amigos, con temor de perder la salud o hasta la vida. No es posible que nos venza el miedo, pero tampoco es ético ni responsable propagar rumores de que no existe el covid-19 o compartir información falsa.
Con referencia al temor a epidemias y otros males provocados por microrganismos, hay un ejemplo que lo dice todo: HAWARD ROBERD HUGHES, fue un exitoso empresario que acumuló en vida una fortuna del orden de 2 billones de dólares, alcanzó una gran notoriedad pública. A pesar de su inmensa fortuna HUGHES no pudo hacer nada contra el trastorno obsesivo-compulsivo que padecía, se rehusaba a cortarse el cabello, las uñas, y a veces pasaba todo el día ingiriendo una sola comida. Fue tanto su temor a enfermar que se encerró en una suite alejada del mundo. En pocas palabras murió en vida.
HOWARD HUGHS falleció en 1976 por una falla renal, durante un vuelo de Acapulco a Houston Texas, mientras buscaba tratamiento médico. A pesar de haber sido un genio en los negocios, de gran voluntad e interés en el avance de la sociedad, no pudo vencer el miedo a enfermarse contaminado por otras personas.
Gran parte de la población mundial está como HOWARD HUGHES, viviendo con temor, pensando negativamente, mientras que en el mundo exterior, fuera de nuestros hogares, hay mares, valles, ríos, montañas y un cielo azul que nos invitan a disfrutar con responsabilidad.
El futuro puede ser mejor si las autoridades de salud tienen más vigilancia en los alimentos y productos que se venden para el consumo humano, si el agua potable que consumimos tiene los controles de calidad y la vigilancia de organismos como COEPRISS; si autoridades sanitarias inspeccionan el origen e higiene de productos como carne de res, cerdo, pollo, etc. que se ofrece en abarrotes, mercados y otros.
También es de gran ayuda si cuidamos nuestro peso corporal, dejamos de comer productos chatarra y los alimentos consumidos en la calle cumplen con las normas de calidad e higiene. Nuestra vida en general también fuera mejor, si tuviéramos más educación, respetáramos las leyes y el llamado a quedarnos temporalmente en casa guardando sana distancia.
El tema de salud en México, obliga al presidente LÓPEZ OBRADOR, gobernadores y alcaldes a trabajar en equipo, sin poses partidistas hacia un sistema nacional de salud de calidad, sin burocratismos, mejorando los servicios y aumentando la eficacia y equipamiento de su cobertura. La salud es un derecho constitucional y un compromiso irrenunciable de la sociedad mexicana y esta exige servicios de calidad y no discursos fuera de la realidad.
Los recursos económicos destinados a la salud, deben administrarse con honradez evaluando cotidianamente su monto para identificar las mejoras que eliminen presiones innecesarias y actos de corrupción, que por cierto son muchos, pero lamentablemente, estos solo han quedado en escándalos mediáticos y no ha pasado nada. Los héroes de la salud, médicos, enfermeras, camilleros, choferes de ambulancia, etc. Así como personal de la Cruz Roja, Protección Civil y autoridades municipales, buscan en la sociedad, mayor responsabilidad y prevención que sirva para aligerar la carga, que por cierto en estas fechas sigue siendo muy pesada por el número de contagiados y fallecidos por covid-19.
Las soluciones ideológicas simplistas que corren como reguero de pólvora de un lado a otro, y las cifras contradictorias de contagios que nos dan a saber día con día, denotan pereza mental, confunden y no son la solución responsable de la incesante búsqueda de soluciones a un problema de salud que aún no toca fondo. Es muy fácil prometer, hacer declaraciones de transformaciones, inversiones millonarias y modernización en los sistemas de salud, mientras en la realidad siguen las quejas y reclamos, echándole la culpa de todo al pasado, al neoliberalismo y a la corrupción.