A pocas semanas de que se dé el relevo sexenal en nuestro país, queda tiempo para que la nueva inquilina de Palacio Nacional, con el concurso de todos los mexicanos, haga propuestas seriamente analizadas de lo que será su gobierno a partir del primero de octubre del presente año. Propuestas que permitan avanzar al ritmo que marque la sociedad.
México vive hoy uno de los parteaguas definitorios de su historia: retrocedemos, nos estancamos o avanzamos, no hay de otra. Además no debemos olvidar que nuestros vecinos del norte tendrán elecciones presidenciales en noviembre próximo y México se puede convertir en rehén electoral de JOE BIDEN Y DONALD TRUMP. Es necesario crear una unidad nacional que nos permita mantener la soberanía política, aun con todas las dificultades que esto represente ante el gran poder concentrado en Estados Unidos de Norteamérica.
Por lo pronto debemos de estar muy atentos en cuanto a quiénes serán los colaboradores de CLAUDIA SHEINBAUM, quienes tendrán la encomienda de atender un sinfín de necesidades como el dar solución a los graves problemas de inseguridad pública desde una perspectiva de transformación social; las reformas a las instituciones en un estado de derecho que garantice la seguridad ciudadana y el orden público; el poder judicial debe mejorar y dejar de ser madriguera de intereses políticos y económicos; se debe fortalecer la confianza a la inversión privada para que esta sea generadora de crecimiento económico; cumplir con la promesa de campaña de transparencia y rendición de cuentas; castigar la corrupción; mejorar los sistemas de salud y educación; profundizar y practicar la democracia bajo lineamientos de respeto al sufragio libremente emitido promoviendo el libre voto de los ciudadanos y aceptar sin cortapisas la voluntad de los electores, convenciendo al pueblo y dando respuestas puntuales a sus demandas; apoyar a los estados y municipios con recursos económicos suficientes y a tiempo y la separación real de poderes.
La Presidencia de la República bajo la responsabilidad de CLAUDIA SHEINBAUM debe ser democráticamente fuerte, no autoritaria pero si firme y enérgica, no dura ni atropelladora de los ciudadanos pero sí eficaz y con ágil respuesta a las demandas populares. Los nuevos tiempos requieren de un poder ejecutivo nacionalista, sin tintes populistas, firme, honesto, sereno y con capacidad de mando suficiente para coordinar las tareas de promoción de interés nacional y defensa de la soberanía.
El voto popular le dio a SHEINBAUM las facultades plasmadas en la constitución, la capacidad de arbitrar intereses en pugna, superar conflictos, coordinar, negociar y concertar, en pocas palabras tiene todo para cumplir las expectativas del pueblo mexicano