El reto del actual gobierno de la 4T es sacar al país de la recesión en que se encuentra y lograr un crecimiento económico latente con el apoyo empresarial y el empuje de la población mexicana. Para lograrlo tendrán que apoyarse en las nuevas dinámicas regionales, en el surgimiento de nuevas oportunidades y en el despliegue de nuevas iniciativas. Los Estados que conforman la república mexicana, como es el caso de Sinaloa, cuentan con recursos naturales, humanos y capacidad transformadora de todos sus sectores. Solo requieren el apoyo federal, la guía y liderazgo de su gobernador y la gestión con planeación de las autoridades municipales.
La pandemia del covid-19 ha sido una de las causas del estancamiento de la economía sinaloense, con ello se cae la recaudación fiscal y el año entrante el presupuesto federal será menor al actual. El estancamiento no es el estado natural de nuestra economía. Los sinaloenses rechazamos la fatalidad del demerito de nuestra vida económica. Sinaloa, cuenta con muchos recursos naturales y la creatividad humana que puede servir para levantar el vuelo.
El turismo, la agricultura, la pesca, la ganadería, la minería, las exportaciones de hortalizas, mango y camarón, vías de comunicación, presas, entre otras cosas, deben ser los motores del crecimiento sostenido; la inversión privada, la inversión pública en infraestructura y la expansión del mercado interno son un nicho de oportunidades para retomar un rumbo que ayude a mejorar la economía.
Sin duda, la inversión privada desempeñará un papel fundamental por la prioridad que tiene en la estrategia de desarrollo. Sinaloa cuenta con grandes empresarios nacionalistas que son ejemplo nacional al ser generadores de miles de empleos y emprender grandes proyectos de inversión. Entre ellos destacan liderazgos como el que representan AGUSTÍN Y ENRIQUE COPPEL, JUAN MANUEL LEY BASTIDAS y familia, JESÚS VIZCARRA CALDERÓN, CARLOS VERDEGUÉ, JAVIER LIZÁRRAGA, MADERO, EDUVIGILDO CARRANZA, ERNESTO ECHAVARRIA, GUILLERMO ELIZONDO, ROBERTO BALDERRAMA, ERNESTO COPPEL KELLY y muchos otros que no se rajan por Sinaloa.
La inversión pública será la clave en la recuperación del crecimiento, no por su monto sino por su canalización estratégica hacia la ampliación de la infraestructura básica del Estado y esta tiene que iniciar con mejor seguridad pública; con la terminación de la carretera Badiraguato-Parral; Choix- Bahuichivo, darle destino al Puerto de Topolobampo, etc. Pero también urge el arreglo de calles urbanas, solucionar problemas de socavones, agua potable, recolección de basura, drenajes pluviales, etc. Pero esto se definirá de acuerdo al ritmo de la inversión federal y estatal.
En el contexto nacional e internacional Sinaloa tiene mucho que aportar, pero antes tendrá que decidir quien será la persona que guie su destino por seis años más. También tendrá que recuperarse de los estragos que sigue dejando la pandemia del covid-19 y dar una solución congruente a las 2 mil 501 familias desplazadas por la violencia en los altos de Sinaloa; brindar certeza económica a los hombres del campo en la comercialización de sus productos; establecer programas de apoyo para los hombres y mujeres que viven del sector pesquero; lograr mejores estándares en materia de seguridad y castigar la impunidad y la corrupción.
Estamos a solo unos días de que termine el 2020, y si deseamos un 2021 mejor, tendremos que ponernos las pilas, ser congruentes, cuidar nuestra salud, ser solidarios y justos. Los sinaloenses tenemos una cita con la historia el 6 de junio venidero, de nuestra elección dependerá que tengamos el Sinaloa justo, igualitario y solidario que todos anhelamos.
En materia de seguridad pública, el Estado debe contar con instrumentos eficaces para garantizar la protección de los ciudadanos y el combate frontal a la delincuencia. No se debe permitir que la vida de los ciudadanos y sus familias estén expuestas a la inseguridad; en materia de salud, no es aceptable andar mendigando por atención y medicamentos o estar a la espera de una vacuna de la que no hay garantía en sus resultados.
Es complejo el tema de la política ecológica. Sociedad civil y autoridades, deben de hablar con claridad de compromisos, leyes y metas, dando una batalla cerrada por el restablecimiento de un medio ambiente limpio y sano como patrimonio de generaciones futuras. Urge frenar la contaminación del aire, la destrucción de nuestros recursos forestales, manglares y otros; recuperar al máximo nuestras cuencas y ecosistemas vitales; cuidar playas y respetar vedas. Urge la acción y urgen resultados. La corresponsabilidad es indispensable como inevitable. Se agota el tiempo, ya basta de promesas electorales y de gobiernos que no aterrizan en la realidad.