Los resultados de gobierno del presidente AMLO y del gobernador de Sinaloa, RUBÉN ROCHA MOYA, han generado muchas dudas y temor al futuro. Ambos han digo gobiernos con mucha publicidad, llenos de confrontación y sin una buena planeación. Es como si el tiempo se hubiera detenido en los años setentas.
Tal parece que se les ha olvidado que la democracia es la base para enfrentar los retos de una nación como la nuestra. También se les olvida que los mexicanos tenemos historia y valores que nos impulsan a buscar el cambio que aún no ha llegado.
Bien o mal la sociedad mexicana ha sabido dirimir las diferencias y superar los conflictos. Sin embargo, no se concibe que el Estado sea el antagonista de la sociedad, cuando debiera ser nuestro guía y el punto de unión.
Tampoco se justifica que AMLO y ROCHA MOYA estén convertidos en los grandes electores que habrán de decidir las candidaturas al Senado, Diputaciones y Alcaldías. ¿Dónde quedaron los árbitros políticos?
Si ROCHA MOYA es el demócrata que dice ser, debe hacerse a un lado y dejar que sea su partido quien designe a sus candidatos.
Estamos en la recta final para que l