México es un país que ha sabido realizar sus propias transformaciones en paz y mediante el derecho; ha podido dirimir controversias y superar conflictos con el acuerdo mayoritario de los mexicanos; ha sido capaz de renovarse a pesar de haber sufrido de algunos resquebrajamientos institucionales. Por todo esto, la elección del 2024 es una oportunidad más para cambiar y fortalecernos; no para dividirnos o debilitarnos.
Todos los cambios que la sociedad demanda, se deben de impulsar mediante el derecho, la tolerancia y el respeto a los demás. No se defiende la democracia destruyendo o minando el prestigio de las instituciones básicas; tampoco obstaculizando las oportunidades de éxito en sus proyectos.
Existen hombres y mujeres que piensan que la nueva cultura política debe sustentarse en la obediencia a quienes están en el poder y no se atreven a dar opiniones contrarias o que molesten al gobernante en turno. Sin embargo, son más los mexicanos que reconocen que solo con la legalidad, con la fortaleza del Estado, en los consensos sociales y con renovación democrática será posible un cambio real y perdurable para México. En la esencia de la democracia y el respeto está la paz y la unidad nacional.
Partidos, organizaciones políticas, gobierno y sociedad deben de motivar y respetar el voto de los ciudadanos para que las elecciones del 2024 sean limpias y transparentes; así como para darle autonomía real al poder legislativo y que este cuente con mayor capacidad para el ejercicio de sus atribuciones. Necesitamos un Congreso más fuerte y más independiente, para que sea factor de equilibrio de poderes.
México requiere para los próximos 6 años de una presidencia democráticamente fuerte; no autoritaria, pero firme y enérgica; no dura ni atropelladora de los ciudadanos, pero sí eficaz y con ágil respuesta a las demandas populares. La creciente competencia entre naciones y las nuevas formas de intervención extranjera demandan un poder ejecutivo firme, honesto, sereno y con capacidad de mando suficiente para coordinar las tareas de promoción de interés nacional y defensa de nuestra soberanía; que deje de ser marioneta de los grupos de poder y que mucho menos se convierta en un instrumento de quien tiene el poder actualmente.