Los últimos gobiernos que ha tenido nuestro país, nos han dejado grandes experiencias, triunfos y fracasos. Hay presidentes como LÁZARO CÁRDENAS, que se han ganado el reconocimiento de los mexicanos; y otros que han sido merecedores del repudio nacional como CARLOS SALINAS DE GORTARI y ENRIQUE PEÑA NIETO. A través de ellos y sus partidos, la política se ha enrarecido, se desvirtúo, dejó de ser atractiva y se llenó de desconfianza y pasiones trasnochadas.
Analizar cada uno de los últimos gobiernos nos lleva a distinguir lo esencial de lo particular y nos ayudar a no cometer los mismos errores del pasado. Un pasado que alcanzó al presente, que va enmarcado en la poderosa resonancia que proporciona la cúspide deificada del poder. Donde cada uno de ellos tomó decisiones que modificaron la superestructura del gobierno para aliviar la presión política y social del momento, pero también para acumular grandes fortunas.
LUÍS ECHEVERRÍA utilizó el eslogan electoral “Arriba y adelante”, su gobierno tuvo un acento populista y utilizó la política internacional para tratar de llegar a la Secretaria General de la ONU. En su administración bajó el crecimiento económico, el peso se devaluó, la inflación se descontroló y la deuda pública aumentó.
JOSÉ LÓPEZ PORTILLO, pretendió “administrar la abundancia”, sin embargo, su gobierno se caracterizó por los altos índices de corrupción, frivolidad y nepotismo; MIGUEL DE LA MADRID heredó de su antecesor un país en ruinas, sin reservas y endeudado; y ante su falta de carácter la corrupción creció y su gobierno no trascendió.
CARLOS SALINAS DE GORTARI, llegó a palacio Nacional bajo el lema “Solidaridad” su gobierno quedó marcado por el levantamiento del EZLN en el Estado de Chiapas, el asesinato del candidato presidencial LUIS DONALDO COLOSIO y el hecho de que diversas empresas públicas pasaron a manos privadas. En vísperas de dejar el poder, su administración tuvo una gran inestabilidad política-económica y los programas de solidaridad quedaron en el olvido. ERNESTO ZEDILLO, sin comprender lo que pasaba en el país, recibió una economía colgada de alfilerillos, desaparecieron los ahorros de mucha gente y el bienestar nunca llegó, por lo que al terminar su administración
existían 40 millones de pobres.
VICENTE FOX, tuvo la oportunidad de hacer un buen gobierno, ya que las circunstancias estaban a su favor, pero por el contrario su desempeño fue pésimo y los resultados son por todos conocidos. FELIPE CALDERÓN, “El presidente del empleo”, entró por la puerta trasera a la Cámara de Diputados para protestar a su cargo. Su administración quedó marcada por la guerra que sostuvo contra el crimen organizado y porque algunos de sus funcionarios fueron acusados de enriquecimiento ilícito y ligas con el narcotráfico. El lema de campaña de ENRIQUE PEÑA NIETO fue “Mi compromiso es contigo”, juzgue usted si cumplió su compromiso o no.
En la actualidad, el presidente ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR, camina sobre el deterioro político y el repudio social de sus antecesores, lo que le permite estar libre de cualquier influencia política del pasado. Sin embargo, tiene que entender que para trascender en la historia debe lograr mejores resultados de gobierno. Para ello, debe buscar la unidad nacional, hacer un buen manejo de la pandemia que se vive por el Covid-19, mejorar la economía, ser responsable ante los reclamos del gobierno de Estados Unidos por competencia desleal en materia de energía y atender el tema migratorio y tráfico de armas.
Temas como la revocación de mandato nos confrontan y hacen que la democracia desmerezca, ya que se arrincona al INE y se pretende desprestigiarlo como institución; las lluvias han provocado que se inunden las obras donde se construye la refinería Dos Bocas; el presupuesto para la construcción del Tren Maya sigue aumentando y afectando el medio ambiente; mientras que en materia de seguridad los resultados están en semáforo rojo.
Los partidos políticos no se han preocupado por generar liderazgos sin corrupción, capaces y honestos. En cambio, impera el dedazo, los compadrazgos y los cacicazgos de poder. El crimen organizado pasa lista de asistencia; el gabinete presidencial es opaco y poco efectivo; los gobernadores en su mayoría carecen de luz propia y se muestran alineados a la orden que les llega de la Secretaría de Gobernación o de Palacio Nacional. Hay crisis económica y moral en la sociedad. Con estos antecedentes que marcan al país y sus gobiernos ¿podrá el presidente, LÓPEZ OBRADOR, trascender a la historia por sus resultados de buen gobierno o su nombre se sumará a la lista de decepciones?