La libre información y formación de la opinión ciudadana es esencial en la democracia, en el quehacer gubernamental, en toda actividad política y los entes sociales y económicos. La libertad de expresión en México es condición esencial en el cabal cumplimiento de una sociedad más politizada, exigente y participativa. La información pública es el energético de la democracia, es contrapeso de los abusos de poder y nos ayuda a generar una vida más responsable, consiente y participativa. Eso, siempre y cuando no confundamos libertad con libertinaje.
Las concentraciones y protestas del martes pasado en la Secretaría de Gobernación y diversas ciudades del país, son reflejo de la impunidad que se vive en México. 28 periodistas han sido asesinados durante el actual gobierno (tres de ellos en lo que va del presente año), sin olvidar los que se han registrado en sexenios pasados que también aportaron su cuota de dolor y sangre.
No se puede ocultar el hartazgo de un sector amedrentado, donde impera el miedo, las balas, las amenazas y los asesinatos; mientras que la impunidad es socia del silencio y en muchos casos cómplice de gobernantes y del crimen organizado.
Sinaloa ha aportado su cuota con levantones y asesinatos de periodistas como MARTÍNEZ MONTENEGRO, ODILÓN LÓPEZ URÍAS, JAVIER VALDEZ, HUMBERTO MILLÁN y tantos otros que ofrecieron su vida por la libertad de expresión.
Los medios de comunicación social somos corresponsables, junto con la sociedad, de vigilar el desempeño de los servidores públicos, de ventilar la corrupción y no ser tapaderas ni cómplices de nadie. Los nuevos tiempos nos obligan a ejercer la tarea periodística con objetividad y libre de contaminación política. La relación entre medios de comunicación y gobierno debe estar sustentada en el respeto y en el libre ejercicio crítico, con reglas claras para la protección de cada una de las partes, defendiendo siempre la vida y la dignidad de los ciudadanos.
Alentemos y defendamos la libertad de expresión sin cortes comerciales, sin censuras, sin entreguismos al poder político o económico, bajo el entendido de que esta libertad no se agota, sino que avanza cada día bajo escudos de responsabilidad y de confianza expresa de una sociedad hambrienta de la verdad.
La clase gobernante debe entender que los puestos públicos son prestados, que los abusos de poder, “la tranza”, el rencor, la venganza y el desprecio por todos aquellos que difieren de su forma de pensar, tarde o temprano conducen a la destrucción de cualquier proyecto político sin que importe color o que se viva en las alturas.
En Sinaloa se han cruzado siempre los caminos históricos que buscan forjar una mejor entidad. Nuestro Estado está ubicado en el noroeste de México y es reconocido por su hospitalidad, gastronomía, espacios turísticos, agricultura y pesca. A lo largo del tiempo ha sido testigo de grandes avances tecnológicos y de investigación en materia hortícola, pero también de lacerantes miserias que se padecen sobre todo en los altos de Sinaloa, y cómo borrar las manchas que nos dejan las secuelas del crimen organizado y el narcotráfico, que dicho sea de paso también han generado una gran derrama económico en dólares.
Sinaloa es un Estado, como pocas entidades federativas, donde la mayoría de sus hijos aporta lo mejor de sí para disminuir la pobreza, la marginación, la subcultura y la mediocridad. El gobierno no sustituye la tarea que corresponde realizar a cada uno de nosotros dentro del seno familiar: “educar a nuestros hijos bajo reglas de honestidad, respeto y unidad”.
Es triste ver como se han modificado las costumbres, la convivencia social y las expectativas de la comunidad. Ahora le damos más importancia a lo económico que a la inversión humana, perdemos el tiempo en banalidades y olvidamos los valores. Sin embargo, aun estamos a tiempo de recuperar el tejido social ¿Qué tanto estás dispuesto a aportar? Aprovecho este espacio para reconocer y decirle “hasta pronto” a un gran hombre que supo hacer de la política un instrumento de servicio a los demás y que fue formador de una generación de grandes valores políticos. DEP FORTUNATO ÁLVAREZ CASTRO, un abrazo para sus hijos, Dios les mande fortaleza en estos momentos de dolor.