El mundo se encuentra en una fase decisiva en su evolución, el sistema internacional está sometido a un proceso de profundas transformaciones, que no hay que negar. Esto nos obliga como país a competir con grandes potencias mundiales y a no renunciar a nuestra responsabilidad en la conformación de un nuevo orden de paz, seguridad colectiva, mejoramiento en nuestros sistemas de salud, educación, materia laboral, comercio, migración, combate a la pobreza, entre otras cosas más.
El Gobierno del Presidente ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR, procura corregir el rumbo y la orientación en el modelo desarrollista para sustituirlo por un marco estructural presidido por el desarrollo institucional que configura la aceptación de cambios necesarios para diseñar una sociedad más justa. En este desarrollo institucional no debe haber cambios aislados, sino una estrategia global que conciba el desarrollo social como crecimiento económico dentro de estructuras redistributivas más equitativas que permitan la participación de todos los estratos sociales, principalmente de los grupos marginados del país. La prioridad del momento es detener la pandemia del coronavirus, la cual está haciendo un daño irreversible en materia de salud y economía mundial.
Lo que el actual régimen quiere para el país, choca con los intereses del pasado, también existe otro sector que dentro de la comodidad de la no participación se queda en el centro y sin opinar, otros en cambio inspirados en la 4T y en las ventajas sociales inobjetables, miran esto como un proceso irreversible que los lleva a luchar con pasión en contra de lo que huela a PRIAN, asegurando que no se ha modificado el rumbo por el mero gusto de los cambios. Si no que las rectificaciones han sido dictadas por la realidad que vive el país y que las políticas diseñadas y aplicadas se han desprendido de un contexto que responde a las necesidades estructurales de una sociedad que está aprendiendo el difícil arte de compaginar lo deseable con lo factible.
El presidente AMLO, por lo que se ve, tiene prisa por transformar al país. Sin embargo, tiene que hacer un alto en el camino, priorizar su agenda, planear el rumbo y marcar nuevas estrategias en un mundo globalizado, cambiante y exigente. En razón de las necesidades del desarrollo, tiene que hacer una constante actualización de los mecanismos de la administración pública a los objetivos económicos y sociales del Estado, además de una adecuación de esos instrumentos y mecanismos que habrá de utilizar, así como los recursos que participan en la acción pública para lograr lo que se ha propuesto.
El elemento humano que integra la estructura gubernamental es factor determinante en la acción pública que el Estado ejerce, pues es el material humano quien con su participación en los órganos decisorios o en la ramificaciones de la estructura orgánica del gobierno, define y ejecuta la acción del poder público; de este modo, el hombre o mujer es, en sí, el elemento racional y protagonista del ejercicio del gobierno.
Un servicio público eficiente marca la diferencia de un gobierno justo, oportuno y de calidad. El presidente LÓPEZ OBRADOR, parece que gobierna solo, en su equipo de colaboradores no se refleja la brillantez, la experiencia, lealtad ni solidez en la responsabilidad encomendada. Más bien se observa un equipo gris y sin voz, que hace frente a un sinfín de responsabilidades. El presidente sin proponérselo sacudió un enjambre que busca devorarlo: el tema de salud con la actual pandemia será su reto a superar; la corrupción no la detendrá con buenas intenciones o con decretos; la inseguridad pública y el crimen organizado no se combaten con abrazos; la pobreza no se acaba repartiendo dinero a manos llenas; la imagen de un gobierno no mejora dividiendo y exhibiendo actos de corrupción, menos si avanza la impunidad. Tampoco se logran buenos gobiernos con un presidente que se refleja como un todólogo y dueño de una verdad que en ocasiones es contraria a la realidad que se vive.
En México, la gran mayoría de los políticos son señalados por el dedo social, como oportunistas, corruptos y dueños de grandes fortunas hechas al amparo del poder. Mientras que a la justicia se le considera ciega y manipuladora. Por su parte, la sociedad tiene gran un sentido del humor, una memoria corta y fácilmente cae en los encantos que brinda el poder público.
Existen algunas frases célebres, dichas por políticos mexicanos, que han quedado para la posteridad: CARLOS HANK GONZÁLEZ, ex Gobernador del Estado de México, con su frase “un político pobre es un pobre político” se quedó en la memoria colectiva; VICENTE FOX dijo en marzo del 2000 como candidato presidencial “PEMEX es igual a la virgen de Guadalupe, son símbolos para los mexicanos que deben manejarse con mucho cuidado”.
Don FIDEL VELAZQUEZ, por su parte, nos heredó la frase “el que se mueve no sale en la foto”; LUIS ECHEVERRIA “las relaciones con Estados Unidos, ni nos perjudica, ni nos benefician, sino todo lo contrario”; JOSÉ LÓPEZ PORTILLO dijo “defenderé el peso como un perro”, esto al darse una de las peores devaluaciones del peso frente al dólar durante su administración; mientras que CARLOS ABAZCAL, Secretario del Trabajo y Gobernación en el sexenio presidencial de VICENTE FOX dijo “la democracia es una farsa de la que se ha servido la masonería en México, como en todas partes, haciendo creer a una mayoría confundida y desorientada que se está haciendo su voluntad y que esto es forzosamente bueno”; El 9 de Octubre del 2000, al hablar de la crisis que se vivía en el país y que no tocaba fondo, el Secretario de Hacienda AGUSTIN CARSTENS recurrió a la metáfora: “la crisis es un bache que tiene agua, entonces hay que ver cuál es el fondo en el mundo, al estarse viviendo una crisis sin precedente”.
La clase política en nuestro país, vive acartonada y aparentemente alejada de la realidad, se oculta lo que sucede en el país, se vive de las apariencias, se manipula y engaña. El Presidente ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR, culpa de todos nuestros males a la corrupción del pasado y al neoliberalismo, sin juzgar la del presente. Se inspira en grandes héroes como HIDALGO, MORELOS, JUÁREZ, MADERO Y CÁRDENAS, como queriendo meter en una licuadora a todos ellos para ver que sale, sin pensar que fueron otros tiempos y otras circunstancias.
El Presidente confía que México no se verá afectado por la pandemia del coronavirus por lo que expresó: “tengo mucha fe que vamos a sacar a nuestro querido México adelante, no nos van a hacer nada los infortunios, las pandemias, nada de eso, vamos a sacar adelante al país”.
Ojala no se equivoque el presidente, de lo contrario que Dios nos agarre confesados y que nos proteja la virgen de Guadalupe, porque la Guardia Nacional, anda extraviada y sin poder lograr la paz que exige y reclama el país. Mientras que la sociedad sigue sin aprender las experiencias del pasado, divididos y culpándonos unos a otros.