La revocación de mandato propuesta por el presidente de la república, ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR, tendrá sus efectos en Sinaloa. Su aprobación legislativa reglamentaría la reforma del Art. 35 Constitucional y con ello daría señales políticas de lo que puede venir para el 2024.
Sinaloa no está al margen de lo que sucede a nivel nacional, mucho menos a la política económica y social que se marcan desde palacio, y eso lo entiende bien quien tomará las riendas del Estado a partir del primero de noviembre próximo. Así que hay que prepararnos para lo que nos depara el 2022, donde MORENA competirá por 6 gubernaturas en juego. Si logra conquistarlas, el partido del presidente tendría más posibilidades de ganar la sucesión presidencial de 2024.
Pero antes debemos aterrizar en la realidad y entender que los cambios no llegan solos, también dependen de nosotros; es necesario involucrarnos y exigir a las próximas autoridades (estatales, municipales y legislaturas federal y local) que den a conocer sus agendas y planes de gobierno, así como los presupuestos de egresos, para que sean avalados por la sociedad.
La desaparición del Fondo de Desastres Naturales (FONDEN) es algo que preocupa, pues estamos en temporada de lluvias que nos traen grandes beneficios pero que a veces generan daños a la infraestructura hidráulica, caminos y viviendas. La infraestructura educativa y de salud requiere de una mayor inversión; es necesario también culminar grandes proyectos carreteros y presas en construcción en el sur del Estado. La seguridad es otro punto importante que debe ser tarea de todos para generar la paz que la sociedad añora.
Hay que revisar con lupa la eficacia con que se usan los recursos públicos en materia de salud, obra pública, educación, servicios, seguridad, entre otros. Evaluando cotidianamente su monto, prioridad y eficacia. En materia de ecología el discurso oficial debe pasar a la práctica y dejar de maquillar programas que solo quedan en documentos y leyes que no se respetan. Se tiene que hacer un gran esfuerzo en los tres niveles de gobierno para disminuir la desigualdad de los servicios y equipamiento urbano, así como lograr la reconstrucción de drenajes colapsados, de aguas pluviales, banquetas, calles, recolección de basura, alumbrado y mejoramiento en campos deportivos existentes en la geografía estatal. En fin, son muchas las necesidades por atender y pocos los recursos económicos. Sin duda se requieren esfuerzos adicionales, creatividad y mucha voluntad para impulsar y consolidar a Sinaloa en materia política, económica y social. Esto nos obliga a un ejercicio colectivo de autocrítica a partidos políticos, gobiernos en sus tres niveles, organizaciones empresariales, sociales, etc.
El gobierno que presidirá RUBÉN ROCHA MOYA y los 18 alcaldes están obligados a conducir el cambio encabezando reformas que demandan los nuevos tiempos; evitando el exacerbamiento, los conflictos, atacando la corrupción, los abusos de poder y los derroches económicos. Cada uno de ellos, de acuerdo a sus responsabilidades, debe conducir los cambios que interesan a la sociedad y no ceder ante presiones políticas o económicas, ni hacer cambios sin la adecuada preparación, investigación y planeación. La convicción es resolver los problemas de Sinaloa, sin justificaciones,sin chantajes ni buscando premios por ello.
El poder judicial debe ser ejemplo de honestidad, impulsando los cambios en la administración de
justicia y la transparencia. Es necesario una administración de justicia confiable y autónoma independiente de las presiones del poder económico o político. Una justicia que remedie el ultraje, que ampare las libertades, que proteja los derechos colectivos y no sea madriguera de intereses de grupos que han mantenido el control del poder judicial.
Se requiere además fortalecer la capacidad de los órganos de seguridad con el fin de acabar con la impunidad prevaleciente, donde el Estado cuente con instrumentos eficaces para garantizar la protección de los ciudadanos y el combate frontal a la delincuencia. No hay justicia, ni se brinda seguridad a la sociedad, cuando hay “levantones”, fosas clandestinas, asesinatos y los delitos quedan sin castigo.
La presión demográfica, la falta de educación en la sociedad, la carencia de valores, el “valemadrismo”, la corrupción, los malos gobiernos, los problemas económicos, entre otras cosas, nos están llevando a un camino sin retorno donde no se augura nada bueno. Urge ponernos las pilas y retomar el rumbo ¿será esto posible?