Con el primer Informe de Gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador, se siguen escuchando voces de apoyo y esperanza de muchas personas que consideran que México va por buen camino y confían plenamente que en los próximos años se verá reflejado el avance en materia de economía, empleo, seguridad, etc. Temas que tanto han dolido a México en años anteriores.
Por el contrario, en algunos sectores de la sociedad existen inconformidades por diferentes decisiones tomadas y sobre todo por el estilo de gobernar del presidente, que se sale de lo tradicional. Pero hay que reconocer que esas voces discordantes hacen muy poco esfuerzo para tratar de interpretar lo que significa la presencia al frente del ejecutivo de un personaje que nació en1953, en Macuspana Tabasco, pues más allá de su personalidad y de las grietas que ha generado en un viejo sistema político que supuestamente derrumbó, habría que preguntarnos cuál será su trascendencia y el por qué su insistencia de lograr la tan anunciada 4T.
A casi un año de gobierno, la economía y la inseguridad son temas que hay que desglosar con responsabilidad y objetividad. Es complicado asimilar como un político sui generis ha llegado a dinamitar las relaciones del poder político-económico en México. Exhibiendo pactos, transas, impunidad y corrupción que han generado progreso y bienestar por muchos sexenios.
AMLO llegó a la presidencia de la República gracias a que la coyuntura estaba madura y las circunstancias eran idóneas para un cambio, debido al gran malestar ciudadano existente, al hartazgo, el encabronamiento o por la combinación de todos ellos. Su arribo al poder el primero de diciembre representó un desplazamiento de las elites en la administración pública, marcada por la prisa en el combate a la corrupción, la austeridad y la autoridad republicana. Principios que implicaron un quiebre con la política tradicional y acartonada que representaron mandatarios como MIGUEL DE LA MADRID, SALINAS DE GORTARI, ZEDILLO, FOX, CALDERON y PEÑA NIETO. Mismos que en su momento, con su política tradicional, supieron atrapar y contaminar hasta aquellos disque políticos de izquierda, que cobraban con la mano izquierda y gastaban sumas millonarias con la derecha, olvidando sus ideales al trasladarse en lujosas suburban del año y llevando un tren de vida difícil de justificar.
El cambio de régimen que se vive hoy, implica un nuevo arreglo político, social, jurídico, y hasta económico en un contexto internacional de incertidumbre y confusión ideológico por el quiebre de las doctrinas neoliberales y el resurgimiento del populismo y nacionalismo, que también nos puede arrastrar a un callejón sin salida, donde nos emborrachan con promesas difíciles de cumplir y se reparte dinero sin alentar el crecimiento económico. Que no nos extrañe que el día de mañana despertemos con la cruda realidad de que hay que ajustarse el cinturón, seguir haciendo un sacrificio familiar y escuchar nuevas promesas de austeridad para volver a crecer.
Estas experiencias del pasado chocan con el presente y nos trasladan a países como Venezuela Nicaragua y Brasil, donde la izquierda terminó como caricatura de tira cómica, ya que en los dos primeros países la democracia no cuenta y la economía es un desastre. Mientras que en Brasil, el expresidente LUIS IGNACIO LULA DA SILVA, es huésped distinguido de un reclusorio local.
Lo que sucede en diferentes partes del mundo y en nuestro país, obliga a reflexionar con responsabilidad algunas cuestiones sobre los cambios que están ocurriendo y la responsabilidad que debe asumir la sociedad para que estos sean reales y duraderos.
Si Gobierno y Sociedad no entienden el rol a seguir, corren el riesgo de quedar anclados en una vieja visión del mundo, anquilosada, que solo atina a anticipar el desastre heredado que sumado al nuevo se puede convertir en una bomba de tiempo. Aquellos que enarbolan la bandera de MORENA, en su mayoría, no alcanzan a comprender la dimensión del cambio y su responsabilidad ante él, al faltarles congruencia, independencia y visión de políticas públicas responsables y realistas.
LÓPEZ OBRADOR, ha propiciado ajustes brutales en la Izquierda mexicana, pero también ha exhibido a partidos como el PRI y el PAN, mientras que a otros como al PRD los ignora. Si bien en su gobierno existe una mezcolanza de ideologías con personajes disímbolos, desde viejos empresarios que parecen dormitar en los programas de prensa “mañaneras”, también hay priistas con largo historial que no son ningún símbolo de orgullo, mucho menos ejemplo de honestidad.
También hay “destacadas” figuras de la derecha que parecen que perdieron el rumbo ideológico y el sentido común. Solo el tiempo nos dirá si el Presidente ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR, pudo cumplir sus promesas como el darle a la población mexicana un sistema de salud de primer mundo. Por lo pronto el coordinador de los diputados de Morena, MARIO DELGADO, acaba de anunciar que su bancada esta lista para sacar en los próximos días de este mes, la iniciativa para crear el Instituto Nacional de Salud para el Bienestar y desaparecer el Seguro Popular. Ahora solo hay que esperar para ver si esto se logra o sólo queda en buenas intenciones.
En Educación se inició con el programa “La Nueva Escuela Mexicana” buscando integrar a maestros, padres de familia y alumnos en el trinomio indisoluble de la educación. Sin embargo, los recursos que otorga el Estado Mexicano no son suficientes, y las cuotas “voluntarias” de padres de familia se convierten en obligatorias, violando el Art. Tercero Constitucional. En el tema de combate a la corrupción, la Secretaria de la Función Pública, detectó más de 20 mil 500 casos de Corrupción. La población sólo pide el cumplimiento a la ley y que esta no termine simplemente en buenas intenciones.
Estamos presenciando una agenda presidencial marcada por la prisa, un nuevo régimen que consumió 9 meses de su tiempo como gobierno entre dimes y diretes, tratando de dispersar las cenizas del pasado y buscando construir un nuevo estilo de gobernar. Cabe recalcar que la responsabilidad social del Estado, no sustituye a la que le corresponde realizar a cada quien. Las tareas en busca de una mejor calidad de vida, son responsabilidad
compartida y no de un solo hombre. Actualmente no tenemos la economía ni la sociedad del pasado, así que hay que trabajar y dejar de soñar.
Concuerdo a plenitud.
Excelente pluma, mis felicitaciones