El Gobernador, RUBÉN ROCHA MOYA, presentó ante el poder legislativo un resumen de su primer año de gobierno no como un dictado de orden para imponerlo como ruta predeterminada desde el voluntarismo o el capricho sino como base social de lo que seguirá siendo su gobierno.
Este informe es un programa de acciones y resultados democráticamente integrado con las voces de la sociedad: sus necesidades sentidas, sus aspiraciones reales y sus reclamos expresados a través de un año de esfuerzos compartidos con la federación, ayuntamientos y diversos sectores de la sociedad. Un proyecto sujeto a otra instancia democrática, basado en el contacto permanente con el pueblo que se gobierna.
Debido a la geografía política, electoral, económica y social que vive Sinaloa con un gobierno de nuevo signo, será necesario que el gobernador siga dando manotazos en la mesa del poder para hacerse entender y para que la impunidad y los abusos queden atrás. Es muy probable que su gobierno tenga limitaciones financieras para el 2023, ya que el freno de la economía nacional hará más lento el crecimiento económico de Sinaloa y por ello se requiere mayor austeridad de los gobiernos. El sector empresarial hace hincapié en que se debe apostar al crecimiento económico con mejor infraestructura y seguridad pública. El gobernador debe tener en su equipo a los mejores hombres y mujeres, no a los mejores amigos o familiares. Quizá por ello el Gobernador prepara nuevos enroques y alienta renuncias de colaboradores que no han entendido su forma y estilo de gobernar.
La sociedad rechaza las viejas prácticas políticas donde abundaban “los negocios” de funcionarios. Aquí es donde se nota la 4 Transformación entendida como un nuevo estilo de gobernar y a la espera de aplicación de políticas públicas que beneficien a las mayorías.
En el municipio de Mazatlán (sur del Estado) se le da vuelta a la página con el nuevo alcalde, EDGAR GONZÁLEZ, quien le inyecta dinamismo a la agenda pública, oxigena la administración y enarbola la bandera de la austeridad. Ya veremos si en el aspecto político logra domar al tigre llamado inconformidad política y social.
La zona centro de Sinaloa, la más productiva, exigente e influyente por ser la sede de los liderazgos políticos, empresariales y sociales (Culiacán), es gobernada por JUAN DE DIOS GÁMEZ MENDÍVIL, un político con poca experiencia que tendrá que demostrar que tiene la capacidad suficiente para desempeñar un cargo de esa relevancia.
Ahome (norte del Estado) se distingue por su potencial agropecuario, tiene un gobierno municipal de claros-obscuros que trabaja en el futurismo político para el 2024. Habrá que esperar para ver si GERARDO VARGAS LANDEROS, rompe el cerco que le van tendiendo sus enemigos políticos y si logra salir librado de los señalamientos en su contra por contratar bienes y servicios sin licitar como lo marca la ley, en la renta de 126 vehículos para uso de seguridad pública y JAPAMA. Por lo pronto VARGAS LANDEROS no cuenta con bono democrático y entre sus aspiraciones está la Diputación Federal o reelegirse en la alcaldía, aunque por esos mismos rumbos podría toparse con ANA AYALA.
Ojala que los gobiernos de Sinaloa, en sus dos niveles, conduzcan los cambios que verdaderamente interesan al pueblo; que no cedan ante las presiones políticas y mucho menos se sientan reyes o piensen que con el simple hecho de prometer se resolverán todos los problemas. El 2023 requiere de servidores públicos capaces, preparados, inteligentes, austeros y honestos.
La percepción ciudadana del primer año de gobierno de RUBÉN ROCHA MOYA, es positiva. Sin embargo, tendrá que dar mejores resultados en materia de seguridad, sacudir su gabinete, incentivar la economía, diseñar mejores estrategias de comunicación sobre sus acciones de gobierno, implementar una estrategia de seguimiento y riesgos en materia agropecuaria y muchas otras acciones en beneficio de la sociedad sinaloense que vio en su gobierno la esperanza del cambio.