A unos días de que los partidos políticos registren ante el INE a sus abanderados para competir por los diversos puestos de elección popular en el 2024; la sociedad mexicana tiene una visión clara y articulada de los grandes problemas que se han acumulado en todos los órdenes: los que obstaculizan el desarrollo de la democracia, los que reproducen los más bochornosos grados de desigualdad social, los altos grados de inseguridad, los que bloquean las energías productivas de la nación y que se han mantenido por largo tiempo trabadas en mitos equívocos e inercias inoperantes tanto en gestión gubernamental como en la organización socioeconómica y todos aquellos que afectan su calidad de vida.
Esperemos que las campañas políticas electorales por venir sean de propuestas, de gestión y compromisos compartidos, y sobre todo que respondan a las expectativas de todos los mexicanos que buscan solución a los problemas que los afectan día a día y que se repiten por las diferentes regiones del país.
El sistema financiero mexicano, en todas sus modalidades, instituciones e instrumentos, enfrenta la gran tarea de recuperar y acrecentar la capacidad del ahorro nacional y de canalizarlo con eficacia y oportunidad hacia el proceso productivo. En el cumplimiento de esta responsabilidad, la tarea de los gobiernos porvenir es asegurar la confianza ciudadana, valorar las condiciones macroeconómicas estables y tratar de impulsar programas y leyes que ayuden a modernizar el marco jurídico regulador de todos los intermediarios financieros. Es conveniente mantener un tipo de cambio peso-dólar en niveles adecuados para fomentar las exportaciones y evitar inestabilidad en los precios.
Tendrán además la tarea de revisar con objetividad las funciones del sistema bancario, las compañías de seguros, las uniones de crédito, las afianzadoras y arrendadoras; así como revisar a fondo el marco regulador del mercado de valores para ampliar su funcionamiento sobre bases sanas y proteger los intereses del público inversionista. En pocas palabras, poner orden en el sistema financiero mexicano. El reto es muy grande.