Nuestro país arrastra heridas y agravios no superados, dejando claro que poco hemos aprendido de las grandes lecciones que nos ha dejado la historia, algunas de las cuales nos llenan de orgullo pero otras nos lastiman y nos impiden avanzar como quisiéramos. Tenemos un país dividido, confrontado y manipulado por la clase política. Un poder que transforma personalidades, enloquece, enriquece y todo sigue igual o peor que en el pasado.
De 1869 a 1877 los historiadores sitúan el período llamado “República Restaurada” donde se triunfó sobre el imperio de MAXIMILIANO y el partido liberal consolidó su poder sin el peligro de otra intervención extranjera. Pugnaban por el poder en el seno de los Liberales, Lerditas, Porfiristas, Juaristas y cada grupo trató de imponer su enfoque programático.
La reelección de Juárez en 1871 provocó la escisión del Partido Liberal, aunque las verdaderas diferencias se ubicaron en el proyecto de desarrollo capitalista que defendía cada corriente. Si bien JUÁREZ Y LERDO simbolizaban el esquema que pretendía el crecimiento capitalista del país sin una importante intervención extranjera, respetando la formas federales de gobierno; el grupo controlado por PORFIRIO DIAZ buscaba consolidar la paz social mediante la represión al pueblo y la conciliación con los conservadores, en particular el clero, impulsando el desarrollo a base de abrir las puertas al capital extranjero y construir un gobierno fuerte y consolidado.
JUÁREZ, inspiración del Presidente LÓPEZ OBRADOR, buscó la reelección en 1871, perdiendo ante la muerte. Por aquel entonces, PROFIRIO DIAZ, era un joven y prestigiado militar que había luchado contra los franceses y tomado como bandera el Plan de Tuxtepec, bajo el lema de “no reelección”, pero al llegar a la presidencia gobernó por más de 30 años.
El gobierno personal y autoritario de DIAZ contribuyó a formar un Estado Liberal Oligárquico que algunos historiadores han llamado Porfiriato o Porfirismo. Estos años se caracterizaron por el desarrollo del capitalismo y por el crecimiento económico sin precedente en la historia, acompañado de grandes injusticias y contradicciones que contribuyeron al estallido revolucionario de 1910.
La bandera de MADERO, otro personaje inspiración del presidente LÓPEZ OBRADOR, era “sufragio efectivo y no reelección. Ahora hay que esperar para ver si el Señor Presidente de la República AMLO seguirá con la bandera de JUÁREZ, DÍAZ y MADERO o hace de los tres una revoltura para gobernar como le pegue en gana.
Tal como en el pasado, actualmente la pugna entre mexicanos es alentada por la lucha por el poder. Liberales contra conservadores, ricos contra pobres, fifís contra chairos; generando pasiones que nos pueden llevar al desastre.
El Embajador de Estados Unidos en México, CHRISTOPHER LANDEU, afirmó que el Presidente DONALD TRUMP, está muy preocupado por la estabilidad de México. LANDEU señaló que su país quiere un México “próspero y estable”, donde la prioridad es el tema de la seguridad, la violencia, la corrupción y los problemas diversos entre ambos países.
Más allá de nuestros intercambios comerciales, de diplomacia y trabajos que realiza la DEA, en nuestro país, existe un gran problema entre ambas naciones: la debilidad y la corrupción en sus aduanas, al seguir siendo una puerta abierta al tráfico ilegal de armas de Estados Unidos a México. Entre enero de 2018 y marzo de 2019 las 49 aduanas mexicanas han decomisado y entregado a las autoridades competentes 77 mil 110 cartuchos de diferentes calibres. Cantidades verdaderamente ridículas ante el armamentismo en poder de la delincuencia organizada. Si hay alguna duda, hay que ver los videos de la toma y control de Culiacán por parte de la delincuencia organizada, donde se hizo gala del armamento con el que cuentan.
En Estados Unidos existe el Complejo Militar Industrial de fabricación y comercialización de armas de todos los calibres y usos, conformado por empresarios de las armas y militares con gran poder, que corrompen a la clase política, pagan campañas presidenciables, de legisladores y gobernadores norteamericanos, desestabilizan gobiernos extranjeros, usan el narcotráfico, entre otros para acrecentar el armamentismo. La industria de las armas cuenta con gran poder político y económico que vive y se alimenta de la sangre que dejan países en guerra como: Siria, Irán, Yemen, etc., conflictos mundiales provocados por elementos económicos, políticos, ideológicos, culturales y religiosos que por sus raíces antiguas y por la prolongación de disputas que tuvieron lugar en momentos anteriores, acumuladas a las actuales con Corea del Norte, Rusia, Venezuela, China, entre otros, son un riesgo para la tranquilidad y paz del mundo.
En el Gobierno de FELIPE CALDERÓN, se implementó la guerra contra la delincuencia organizada, misma que fue secundada por ENRIQUE PEÑA NIETO. Ambos, sin proponérselo, convirtieron a México en un panteón clandestino y dieron a ganar sumas millonarias a los fabricantes de armas. En esta guerra fallida contra el narcotráfico y la delincuencia organizada, México se convirtió en exportador de mariguana, heroína y otras drogas, poniendo también los muertos; mientras que nuestros vecinos del norte aportaron las armas, pagando en dólares y consumiendo las drogas.
MOMENTOS DE REFLEXIÓN, PAZ Y CONCORDIA
El sistema de vida de un Estado como Sinaloa, está determinado por los satisfactores económicos, de salud, de ecología y otros, pero lo que más lacera es la inseguridad imperante en todas sus manifestaciones. El mundo entero ha probado y reprobado los altos índices delincuenciales que se han registrado. Un fenómeno al que no se le ve fin y donde muchos de nosotros podemos estar directa o indirectamente involucrados.
México al igual que Colombia, ha padecido la violencia del crimen organizado. Ese país Sudamericano la padeció por el narcotráfico en su modalidad de ser el principal productor de “Coca”, a lo que se le agregó el problema de la guerrilla en sus dos vertientes: fuerzas armadas revolucionarias de Colombia y Frente de liberación nacional, a ambos grupos se les redujo a su mínima expresión, mas no la producción de cocaína, ahora manejada por carteles mexicanos. Que tampoco son grandes ejemplos a seguir.
Los sinaloenses queremos vivir en paz, armonía y tranquilidad, impulsados por los valores de nuestros antepasados y con la fortaleza de vivir en una tierra sin igual. Los retos del presente y del futuro nos invitan a echar mano de los caudales que nos dejaron nuestros padres y abuelos. El respeto y la paz no se logran con hijos descarriados, mucho menos usados como carne de cañón en conflictos armados.
La sociedad, los sectores y el gobierno estamos ante una gran prueba que con unidad, trabajo y armonía podemos superar, el estigma de la violencia y el narcotráfico tienen que ser alejados de nuestros hogares, calles, pueblos y ciudades. Lo que sigue depende de cada uno de nosotros. Es tiempo de acción y de buenos ejemplos, no de lloriqueos, reclamos o lamentos.