Para transitar a una Reforma Electoral moderna, justa, equilibrada y de vanguardia, en México se escuchará a la sociedad a través de foros que se llevarán a cabo en diversas entidades del país para discutir la necesidad de mejorar nuestro sistema Político-Electoral. También servirán para presentar 40 iniciativas que ayuden a generar confianza y participación ciudadana en los procesos electorales por venir. Con ello gana la democracia, gana el diálogo y gana México.
El día 28 de Abril del presente año, por conducto del Secretario de Gobernación, ADÁN AUGUSTO LÓPEZ, el Presidente de la república, ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR, puso a consideración del Presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, SERGIO CARLOS GUTIÉRREZ LUNA, una iniciativa con proyecto de decreto en la que se propone reformar y adicionar diversos artículos de la Constitución Mexicana en materia electoral, apoyada por un dictamen presupuestal de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.
El clamor de las mayorías es más democracia y adecuar el sistema mexicano a las transformaciones políticas que ha vivido México en los últimos años. Esta iniciativa de ley pretende ampliar la representatividad y garantizar pluralidad en los poderes públicos; insertar el principio de austeridad republicana en el sistema electoral y de partidos; facilitar el ejercicio de los mecanismos de participación ciudadana; fortalecer a los órganos administrativos y jurisdiccionales en materia electoral salvaguardando el equilibrio de poderes y su imparcialidad en las contiendas electorales, y homologar los procesos electorales locales y el método de representación, bajo las siguientes propuestas:
1- Dotar al país de un sistema electoral que brinde seguridad, respeto al voto, honradez y legalidad.
2- Erigir autoridades administrativas y jurisdiccionales honestas e imparciales que se mantengan fuera de la lucha por el poder.
3- Garantizar la libertad política para todos los ciudadanos y ciudadanas, sin censura.
4- Construir un ámbito nacional en el que partidos y candidaturas independientes cuenten con garantías para su libre participación en la lucha por el poder político.
5- Conformar un solo mecanismo electoral nacional con instituciones administrativas y judiciales únicas, bajo principios de austeridad republicana.
6- Elegir mediante voto secreto, directo y universal a las máximas autoridades electorales administrativas y jurisdiccionales, por postulación de candidaturas a cargo de los poderes de la Unión.
7- Elegir a ambas Cámaras del Congreso de la Unión mediante votación en cada una de las entidades federativas, con el uso del método de listas postuladas por los partidos y candidaturas independientes. Se trata de mecanismos de representación proporcional más plural que se haya propuesto en la historia del sistema político mexicano.
8- Se eliminan 200 diputados federales y 32 senadores para dejar en 300 el número de integrantes de la Cámara de Diputados y en 96 el del Senado.
9- En los Estados y Municipios, los congresos y los ayuntamientos se registrarán por el mismo principio de listas postuladas en una sola demarcación que abarca la totalidad del territorio del respectivo Estado o Municipio.
10- Limitar el financiamiento de los partidos políticos solamente para gastos de campaña electoral y suprimir el llamado financiamiento ordinario que se les entrega mensualmente cada año; al mismo tiempo, regular las aportaciones de las personas a los partidos y el uso de tales recursos por parte de estos.
Lo que más genera indignación en la opinión pública es la millonaria cantidad de recursos del erario público que año con año son entregados a los partidos nacionales y locales para el sostenimiento de sus estructuras y la obtención del voto, cuando hay otras necesidades urgentes por atender.
De acuerdo a una Encuesta Cívica realizada cada cuatro años por el INEGI, en el 2020 los partidos políticos fueron la institución pública más desacreditada, entre otras razones, por el costo económico que significan para la sociedad mexicana.
El Estado destina cada año aproximadamente más de 11,000 millones de pesos en subsidios públicos a las actividades ordinarias de los partidos políticos, es decir, a la manutención de aparatos burocráticos controlados por cacicazgos políticos, grupos de poder y familias que se despachan con la cuchara grande al designar candidatos, vivir del presupuesto público, sin aportar lo suficiente para lograr partidos fuertes, democráticos y modernos que beneficien a la sociedad.
Los nuevos tiempos exigen una nueva cultura política de participación, moderación y cambio como imperativo democrático. Todos estamos obligados a desterrar la ineficiencia, la irresponsabilidad y el incumplimiento que daña a los demás.
En México existe entusiasmo por desatar los cambios más importantes y profundos que una nación asume cuando está decidida a cumplir con los valores que profesa. ¡No a los chantajes partidistas en materia política-electoral, no al secuestro de un México que es de todos, fuera protagonismos que se utilizan para defender feudos de poder!
La urgencia del cambio no la marca la oposición, la marcan el pueblo de México, que busca acelerar el paso para resolver los problemas que se arrastran del pasado y los que se acumulan en el presente.