Lo que pasa en el mundo y por ende en nuestro país, debe de preocuparnos y ocuparnos. Algunos movimientos sociales generados por inconformidades e intereses políticos diversos, están provocando un clima de violencia y denostaciones que lastiman el tejido social, ya que se quieren buscar soluciones a través de mentadas de madre, protestas, vandalismo, destrucción, daños a terceros, represión o con dinero.
Es triste ver como se utilizan las redes sociales sin responsabilidad y sin respeto, ahora es muy común que sin medir consecuencias se ventilen vidas privadas y se generen falsos rumores. El crimen organizado también aporta su parte con levantones y asesinatos a plena luz del día provocando terror y sicosis en la población.
Ante toda esta problemática, se demanda una revisión general de las estrategias utilizadas en materia de seguridad que permitan afirmar y consolidar el paso al cambio social y progreso económico. Una auténtica Revolución moral es un programa de transformación que nace y se realiza por voluntad de todos y no de unos cuantos.
México fue castrado por los abusos de los conquistadores en contra de nuestra raza indígena, mismos que fueron sometidos y vejados por los españoles para posteriormente en épocas del virreinato convertirlos en esclavos. Con nuestra independencia llegó la lucha por el poder, dividiendo clases sociales, convirtiéndose en un cuento de nunca acabar. Nuestro país ha vivido invasiones extranjeras, guerras de Reforma, revoluciones, padeció el Porfiriato y soportó a los caudillos e hijos de la Revolución que se enriquecieron a más no poder. También experimentó gobiernos populistas y neoliberales. El primero de diciembre del 2018 nos dijeron que el país iba con destino a una cuarta transformación. Pero ahora muchos ciudadanos nos preguntamos ¿transformación de qué?
La ideología que encuadra el discurso presidencial es un movimiento que invita a la polarización de la sociedad, es una desvinculación del pensamiento de buena voluntad que choca con la realidad de acción de un gobierno que se dice transformador, donde las ideas no tienen fronteras y alimentan el morbo, la mentira y la intolerancia de aquellos que dicen si a todo lo que dice y hace el presidente de la República.
Las transformaciones que ha tenido nuestro país a partir de su independencia han generado un fenómeno original por las circunstancias del momento, no es posible comprenderlas fuera de nuestra historia. El fruto de la primera constitución social del mundo, se dio después de una larga y cruenta lucha por la independencia, una guerra civil por las libertades individuales y una dolorosa explosión popular por la justicia distributiva.
En esos grandes jaloneos se fueron deslindando los principios de la joven Nación para dejar profundamente grabadas en nuestra conciencia colectiva la voluntad de autonomía, la creencia en la libertad, y finalmente, la convicción de que la base de la coexistencia es la equidad en el disfrute del producto general y la igualdad de oportunidades, utilizando como cimientos la unidad de todos los mexicanos.
De estos principios arraigados en el alma del país, deriva una ideología que debería contar con un consenso popular y tener como objetivo el unificar a las mayorías para darle sentido a la vida cotidiana de la población, a sus esfuerzos y esperanzas. Lamentablemente los objetivos de nuestra independencia y de otros legados que señala nuestra historia siguen al garete, no existe una autentica solidaridad de los mexicanos, los tecnócratas se robaron la tabla de valores que le daba coherencia al quehacer de la República y el resto de ella anda extraviada en el proyecto de la cuarta transformación.
La ideología que le da vida a la cuarta transformación no solo debe forjarse de buenas intenciones, mucho menos del alzamiento de las mazas sin valorar consecuencias de lo que puede pasar en un país agraviado y lastimado por décadas, pues con ello se mantienen abiertas algunas heridas del pasado que aún no han cicatrizado.
Un gobierno nacionalista, es aquel que pugna por preservar nuestra libertad colectiva para definir nuestro destino sin imposiciones políticas, económicas o electoreras. De no ser así ahoga libertades, genera descontento y puede provocar levantamientos sociales y manifestaciones radicales como sucede en Colombia, Venezuela, Argentina, Bolivia y Francia.
El pueblo victorioso no abolió las conquistas que lograron sus ancestros, no divorció la satisfacción de los requerimientos materiales de la cultura. En cambio, diseñó un sistema cuyo imperativo es conjugar libertad y democracia para lograr la plenitud humana: libertad del cuerpo y la mente. Donde el ejemplo lo deben dar aquellos que nos gobiernan.
Nuestra Independencia nos dio libertad; la Revolución le dio forma a un Estado obligado a organizar a la Nación para producir riqueza y distribuirla equitativamente, respetando la libertad. El movimiento social estableció límites definitivos a la propiedad en aras del interés social, y también puso límites a la autoridad para la protección de la autonomía de individuos y grupos. En esa síntesis se fundamenta la vida en común, en ella se da la alianza de clases que se mantiene en la medida en que todos los sectores concurran a darle vigencia día a día y no se caiga en la pasividad, mucho menos en pasiones mediáticas que no llevan a nada y menos cuando se otorgan cheques en blanco para que se gobierne, a veces sin sentido y sin rumbo. La fórmula es libertad y justicia, no como conceptos abstractos, sino como exigencias reales.
REVOLTURA POLÍTICA
El presidencialismo en México perdió su esencia, el respeto, se devaluó y desgastó; el Ejército Mexicano pasa por una grave crisis de credibilidad y respeto ciudadano, ya solo nos queda la fe en la Virgen de Guadalupe, misma que hay que cuidar y alentar. . . Andamos tan mal en política exterior que el tema de la semana, lo acaparó el ex presidente de Bolivia, EVO MORALES, como si no existieran otros actores y otras prioridades. . . El Director de PEMEX, OCTAVIO ROMERO OROPEZA, lanza las campanas al vuelo con el descubrimiento de un nuevo yacimiento petrolero en el Estado de Tabasco, mientras que el presidente AMLO, manifestó que la ventaja de este nuevo campo petrolero permitirá más ganancia para la nación. Como recordatorio: siendo presidente LÓPEZ PORTILLO, se descubrió el pozo Cantarell y él manifestó “hay que prepararnos para administrar la abundancia”, sin embargo, esta nunca llegó a manos del pueblo mexicano.