En México vivimos rodeados de un sinfín de problemas que no dan tregua, y hasta pareciera que al gobierno le resulta conveniente que la población viva en constante temor para después aparecer como los salvadores de la patria, cuando generalmente es lo contrario. La Suprema Corte de Justicia de la Nación se prepara para discutir el proyecto constitucional donde se establece la procedencia de la prisión oficiosa absoluta, desproporcionada y automática, en contravención de los principios constitucionales que rigen la prisión preventiva, la presunción de inocencia y el principio de proporcionalidad, una verdadera “papa caliente”. En Sinaloa ocurre algo similar con el tema de la UAS, mismo que tiene que ser tratado con pinzas.
Conocedor de la Constitución, DIEGO VALADEZ, fue muy claro al manifestar públicamente que no conoce legislación alguna en el mundo que permita procesar en su casa a los acusados de terrorismo. Además preguntó ¿es desproporcionado impedir que un acusado de feminicidio, de violencia sexual contra menores, de secuestro o de trata de personas regrese al seno familiar en el curso de su proceso? La tesis de que la Suprema Corte declare inconstitucional algunos fragmentos de la Constitución carece de soporte jurídico. En ningún precepto constitucional se faculta a la Corte para pronunciarse sobre reales o hipotéticas contradicciones de la Constitución.
Como lo afirmó DIEGO VALADEZ, la corte no debe jugar con la Constitución cuya defensa tiene encomendada. Hacerlo expondría al país a vicisitudes inimaginables. Si la corte se apropiara de facultades que la Constitución no le otorga ¿Qué impediría que los otros poderes hicieran lo mismo?
Y todo por el capricho de algunos magistrados que creen tener la razón. Por su parte, el presidente AMLO, a solo 26 meses de que termine su responsabilidad defiende su verdad histórica. En fin, este es México, un país que seguimos destruyendo sin que nadie responda por ello.
El crimen organizado mantiene una encarnizada lucha territorial por el control de las plazas que nos está llevando a un estado de indefensión marcado por el terror, el cual se combina con la lucha por el poder ante una sucesión presidencial adelantada. Todo parece indicar que el árbitro puede ser rebasado por la izquierda; en tanto que la derecha da gritos y sombrerazos alegando que la actual administración no sabe gobernar. Lo más preocupante es el miedo que vive la sociedad, pues es muy difícil identificar a los buenos y a los malos ante un gobierno que tiene fortalezas y debilidades, pero cuya prioridad es seguir en el poder.
En lo que va de la actual administración se han registrado más de 121 mil 655 homicidios, lo que demuestra que el gobierno federal carece de estrategias para lograr la tranquilidad que tanto se añora. El tema de la seguridad pública ahora recae en las fuerzas armadas, por lo que habrá que brindarles el beneficio de la duda y esperar mejores resultados.
En nuestro país la política dejó de ser el instrumento para dirimir conflictos, por el contrario, ahora es usada para destruir al opositor, para brincar de un partido a otro y llegar al poder. MORENA busca retener el poder utilizando prácticas que se comprometió a desterrar; en su mayoría lleva como candidatos a puestos de elección popular a personajes sin capacidad, con ideologías extraviadas y con una cola muy larga, aunque también hay honrosas excepciones. Generalmente MORENA no busca en sus candidatos trayectoria partidista, experiencia o capacidad. Su requisito más importante es sumisión, rentabilidad electoral y lealtad al líder moral que despacha en palacio nacional.
Los partidos de oposición PRI, PAN, PRD, MC y otros, si no van en alianza para el 2024 (y con buenos candidatos) podrán hacer muy poco. Por su parte, RICARDO MONREAL sigue tentado por el diablo, midiendo tiempos, circunstancias y marcando diversas rutas a seguir: ser candidato presidencial por la alianza PRI-PAN-PRD-MC rompiendo con MORENA y obviamente con el presidente AMLO, alinearse para buscar el gobierno de La Ciudad de México o repetir como Senador de la república.