La congruencia no ha sido una de las características de los últimos gobiernos de México. “Los que se fueron” son señalados de corruptos y elitistas al servicio de grupos de gran poder económico, pero el actual gobierno del presidente ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR, cae en serias contradicciones al hacer cosas semejantes, es señalado de dividir aún más al país y de ser solo él quien decide que se hace o que se deja de hacer en materia política, económica y social.
El presidente ha sido muy aclamado pero también criticado por su trabajo al frente del país. Si su desempeño fue bueno o malo, en su momento será juzgado por la historia. Hay que reconocer que nadie del equipo presidencial actuó fuera del guion marcado por Palacio Nacional, mismo guion que siguieron Senadores y Diputados del partido en el poder.
Los mexicanos están a la expectativa de quién ganará la elección presidencial, del comportamiento económico por venir, de cómo quedará conformada la Cámara de Senadores y la de Diputados, etc. Hay mucha inversión privada que está en el aire a la espera de que la nueva inquilina o inquilino de Palacio Nacional defina cuál será su política de gobierno. No quieren sorpresas ni jugar a la gallinita ciega, a sabiendas que en política una cosa son las declaraciones al calor de las campañas electorales y otra cuando se cruzan la banda presidencial en el pecho.
CLAUDIA SHEIBAUM, XÓCHITL GÁLVEZ y JORGE ÁLVAREZ, así como cientos de candidatos a diversos puestos de elección popular (sin que importe color o ideología) son también responsables de los lastres que arrastra el país. Se muestran inconformes por lo que pasa en el territorio nacional, pero olvidan que, en su gran mayoría, son cómplices de lo que sucede en todos los ámbitos. Nos preguntamos ¿qué hicieron antes para que las cosas mejoraran y su inconformidad menguara? ¿Acaso necesitaban un mayor campo de acción y por eso brincaron de un partido a otro?
De acuerdo al calendario electoral del 2024, el 1 de marzo inician formal las campañas electorales en nuestro país y seguramente veremos la misma película de otras elecciones: giras apantalladoras, mucha publicidad, acarreos, compra de votos, promesas difíciles de cumplir, encuestas hechas a la medida de quien las paga, etc. Serán campañas muy “prometedoras” por la cantidad de ofertas que harán cada uno de los candidatos, donde se hablará de violencia, corrupción, cacicazgos, explotación, desaparecidos, educación, salud, programas sociales, cambio climático, derechos humanos, etc. haciendo pública nuestra realidad, la realidad del México indolente y a veces conformista. Por el bien del país, ojala que las heridas políticas de las campañas por venir sean restañadas y no dejen cicatrices de odios o venganzas.
Quien tome las riendas de México por los próximos seis años, difícilmente podrá reformar y ordenar en poco tiempo un país como el nuestro sin caer en graves errores, eso ya quedó demostrado en este sexenio. Relevar a AMLO no será tarea fácil, en ello se juegan el destino de millones de mexicanos, por ello el responsable del poder ejecutivo deberá estar apoyado por un equipo de gobierno integrado por personas capaces, leales y honestas. No debe ser un gobierno de camarilla o mafiosos, ni de funcionarios grises o ineptos.
No hay que olvidar que vivimos en un régimen de derecho a pesar de que miles de ciudadanos no crean en la administración de la justicia ni en la honorabilidad de las autoridades que nos gobiernan. Hay mucho por hacer, la ley nos da derechos y obligaciones. Dejemos de ser víctimas de la injusticia y de los malos gobiernos. Trabajemos en equipo y seamos vigilantes y críticos para que se cumpla con lo establecido en la Constitución, sólo así podremos cambiar el rostro de México.