La política es la ciencia de gobernar bajo principios de orden y administración del Estado en asuntos de interés general, bajo conceptos de políticas regulativas o reglamentarias, distributivas y redistributivas orientadas a objetivos comunes, con resultados de acción de buen gobierno. Por su parte los partidos políticos son entidades de interés público con personalidad jurídica y patrimonio propio, cuyo objetivo principal es promover la participación de la población en la vida democrática.
El proceso electoral que se vive actualmente es una nueva oportunidad para que el electorado elija a los mejores hombres y mujeres que habrán de llevar las riendas del país por los próximos seis años. También representa la coyuntura ideal para poner a los partidos políticos en el lugar que les corresponde, y con ello dejar en claro que el mandato lo tiene la sociedad y los servidores públicos son los mandatarios.
La modernización de los partidos políticos es una tarea colectiva que debe evitar caer en agobios y trabas de coaliciones partidistas o parlamentarias que solo sirven para que las minorías terminen gobernando. Debemos avanzar como país hacia un renovado pacto federal. Tomemos conciencia de que la magnitud de nuestro desarrollo, la densidad demográfica y la diversidad de nuestras regiones constituyen un reto para la gestión adecuada de los asuntos de la comunidad. La persona que llegue a gobernar el país por los próximos 6 años, estará obligada a mantener un estrecho contacto con los ciudadanos y ser eficaz promotor de la satisfacción de sus demandas.
Partidos políticos, sociedad y gobierno tienen una gran responsabilidad por delante: trabajar en equipo y respetar la libertad de expresión y de acción de los ciudadanos. Este trinomio está obligado a recoger el esfuerzo y corregir el rumbo de las organizaciones políticas y sociales, no solo en su relación con el Estado, sino en su propia responsabilidad y en el papel que desempeñan para con sus agremiados. Por su parte, la sociedad tiene el compromiso de votar de manera informada y reflexiva porque esto impacta en temas como economía, seguridad, movilidad y determina la competitividad de cada uno de los Estados. Hay que elegir a los mejores hombres y mujeres que como interlocutores representen realmente los intereses de la sociedad.
El voto debe ser una decisión ciudadana libre y secreta. Durante los ejercicios democráticos mínimamente deberíamos informarnos, reflexionar y después deliberar. Sin embargo, la realidad nos demuestra que generalmente esto no se cumple y en su mayoría somos apáticos a los procesos electorales.
México está frente a una gran oportunidad de enderezar el barco, asumamos el compromiso de participar de manera activa en las decisiones de nuestro país. El próximo domingo 2 de junio de 2024 hay que cruzar la boleta electoral de manera responsable preguntándonos ¿quién es la opción más confiable para nuestro país? ¿Quién puede verdaderamente mejorar la calidad de vida, la seguridad y el futuro de mi ciudad, estado o nación? Establezcamos reglas claras entre sociedad y gobierno, el momento es hoy.