El sistema educativo que han ofrecido los gobiernos en los últimos años sigue marcado por “ocurrencias”, rutas populistas y poses electorales que dan virajes irresponsables cada seis años. La emergencia sanitaria obligó al sector educativo mexicano a improvisar en lugar de planear con resultados nada positivos. No existe un diagnóstico que refleje con cifras reales el gran rezago educativo que dejó la pandemia con las clases a distancia en un país como el nuestro, lleno de contrastes en materia económica, política y social.
En lo que va del sexenio de AMLO, la SEP ha tenido tres secretarios: ESTEBAN MOCTEZUMA, actual embajador de México en Estados Unidos; DELFINA GÓMEZ, quien a pesar de no tener perfil para esta responsabilidad, fue su titular con la finalidad de tener una plataforma camino al Estado de México y por último LETICIA RAMÍREZ, cuyo nombramiento generó un gran descontento en el magisterio mexicano por el poco nivel de su perfil profesional y la escasa experiencia que posee en el ámbito educativo, lo que seguramente no ayudará mucho para elevar la calidad de la educación pero si contribuirá a sacar “un 10” en materia electoral en el 2024.
Es tanta la miopía de nuestros gobernantes que han olvidado que la modernización educativa supone llevar a cabo un esfuerzo nacional extraordinario sin poses populistas o de manipulación política-electoral, capacitando y motivando a sus trabajadores, elevando sus ingresos y la calidad de su producción, proporcionando educación básica a todos los mexicanos; reforzando el estudio de nuestro idioma, el civismo, las matemáticas, la historia, etc. No debe haber confusión alguna en el tema educativo mucho menos manipulación.
Se debe revisar a fondo todo lo concerniente a la educación básica, media y superior, para lograr un mejor país, generando nuevas oportunidades de realización personal, profesional y laboral. Cualquier gobierno justo y responsable tiene el compromiso de estimular y fortalecer la nobleza y vitalidad de la ejemplar tarea magisterial; buscar fórmulas que disminuyan disparidades educativas entre regiones geográficas y grupos sociales; elevar la eficiencia terminal del sistema y ampliar los sistemas que da el internet, la tv, etc.
Hay que poner énfasis en el conocimiento de nuestra historia, en el comportamiento global, en el rápido cambio científico y tecnológico, y en las demandas efectivas que nuestro país está generando. La formación de los cuadros superiores debe ser tal, que responda a tiempos donde el conocimiento, la ciencia, la técnica, la producción y la construcción del Estado estén por delante de cualquier interés grupal o político-electoral.
En Sinaloa la educación debe ser pivote para el desarrollo, libre de intereses sindicales, de partidos políticos y grupos fácticos. Requiere visión, planeación, organización y mayor presupuesto, libre de barreras burocráticas, libre de corrupción y sin banderas partidistas. La educación es forma de convivencia, sustento de vida democrática, fuente de renovación de nuestra realidad y de nuestras potencialidades, acervo para el presente y para el futuro de México.
El reclamo de la población en materia educativa es que se eleve su calidad para ser actores y no meros espectadores de un Estado donde la educación sigue siendo rehén de intereses grupales, sindicales y políticos.
Los tres niveles de gobierno deben buscar fórmulas que permitan elevar el porcentaje del gasto educativo respecto al producto interno bruto apoyando programas sólidamente sustentados; rehabilitando escuelas, campos deportivos, laboratorios; dejando atrás lamentos y pretextos para hacer de la educación una ruta de progreso y bienestar. GRACIELA DOMÍNGUEZ, tiene la oportunidad de trascender como Secretaria de Educación Pública en Sinaloa, para ello debe avanzar con nuevas ideas y programas de consolidación, aumentando la eficacia y equipamiento de cobertura con calidad y trabajo en equipo con estudiantes, maestros, padres de familia y sociedad en general. ¿Qué espera?
Por otra parte, el compromiso del recto de la UPES, AARÓN QUINTERO, es avanzar y no retroceder como parece estar sucediendo. Llegó tarde y pasado de moda a una institución responsable de formar nuevos maestros, mismos que serán los encargados de preparar a los futuros ciudadanos ¿Entenderá AARÓN que el diálogo es el mejor instrumento para convencer y avanzar o seguirá pensando que la izquierda radical que practicó en los años setenta le dará mejores resultados?