México ha pasado por varias facetas que lo han marcado y lastimado, pero también se ha fortalecido y endurecido, como pueblo resistente y aguantador que busca salir adelante. Hemos padecido mutaciones territoriales, saqueos de recursos naturales, invasiones extranjeras, corrupción, violencia y pobreza. En la actualidad, no estamos en condiciones de perder el tiempo en escaramuzas que nos dividan. Por el contrario, necesitamos sentar las bases para levantar el vuelo, trabajando tenazmente para fortalecer el estado de derecho y promover un proceso de renovación nacional.
El éxito dependerá del liderazgo del presidente LÓPEZ OBRADOR, de gobernadores, alcaldes, legisladores, empresarios nacionalistas, partidos políticos y toda la sociedad en general. Aprendiendo a convivir con respeto, tolerancia, valores y unidad. El covid-19, no puede ser el freno que limite y castre esperanzas.
La extradición a México de EMILIO LOZOYA, será para que responda por presuntos sobornos de 10.5 millones de dólares recibidos de la constructora brasileña Odebrecht, que fueron a dar supuestamente a la campaña presidencial de ENRIQUE PEÑA NIETO. Será juzgado en México acusado por delitos de cohecho, asociación delictuosa, así como de operaciones con recursos de procedencia ilícita. Presunto fraude de 280 millones de dólares en la compra de una planta chatarra de fertilizantes.
CESAR DUARTE, ex gobernador de Chihuahua, es detenido en Florida por autoridades norteamericanas, acusado por el gobernador JAVIER CORRAL, por el presunto desvió de 1200 millones de pesos, además la FGR tiene abiertas 10 causas penales en su contra.
TOMAS CERÓN, ex director de la Agencia de Investigación Criminal de la extinta PGR, quien es investigado por el caso Ayotzinapa, huyó del país y es buscado por la Interpol para ser detenido y extraditado a México. Mientras que la verdad histórica por el caso Ayotzinapa se cae y da un nuevo giro judicial.
El presidente LÓPEZ OBRADOR, cumple parte de su compromiso de campaña, de ir con todo en contra de la impunidad y la corrupción, sin importar que se diga que es por motivos electorales. Con ello se inquieta la clase política que gobernó el país en sexenios pasados, pero también se inquieta a un ex gobernador de Sinaloa ¿Quién será?
El presidente debe seguir fortaleciendo el sistema de justicia y de gobierno, representativo, democrático y federal. Avanzando y respetando la autonomía del poder legislativo, para que tenga más atribuciones y deje de ser mandadero del ejecutivo federal. Reconociendo la nueva pluralidad de la sociedad. Por ello, en el proceso electoral del año entrante, los partidos políticos sin que importe color o ideología deberán mandar a sus mejores hombres y mujeres como candidatos, aquellos que entiendan y conozcan la función del poder legislativo y ejecutivo.
México requiere un poder legislativo y un poder judicial, fuertes, compatibles con la institución presidencial; Los tres poderes nos deben brindar paz, democracia, libertad y derechos sociales; deben también garantizar la unidad nacional, defender la soberanía, preservar nuestra independencia y ser promotores eficaces del desarrollo económico y social. Con esta conciencia histórica debe de gobernar el presidente LÓPEZ OBRADOR, ante las nuevas realidades y en respuesta a una más compleja conducción política y administrativa de México.
A dos años de haber logrado el triunfo electoral, no se puede culpar al Presidente LÓPEZ OBRADOR de todos los males que padece el país, pero tampoco es válido querer justificarlo y dejarlo hacer lo que le venga en gana, mucho menos cuando hizo promesas electorales difíciles de cumplir a corto plazo.
Si JOSE ANTONIO MEADE o RICARDO ANAYA, hubieran logrado el triunfo electoral por la presidencia de la República, ¿Qué tipo de gobierno tendríamos? Tal vez seguirían los vicios del pasado, la figura presidencial fuera acartonada y resguardada por el Estado Mayor Presidencial, seguirían despachando en lo que fue la residencia oficial de los pinos, y el Avión Presidencial volaría por el territorio Nacional y otros lugares del mundo. Tal vez no saldrían tantos trapitos al sol, fraudes fiscales, actos de corrupción, de abusos de poder, etc. ¿Y si nos hubieran dado la gran sorpresa de gobernar con honestidad? En fin, él hubiera no existe.
El covid-19, también nos está dando la oportunidad de echarle una ojeada al pasado y escudriñar los últimos gobiernos que hemos tenido, en color, ideologías, estilos y ropajes de honestidad que van cayendo con el tiempo. Son tiempos de cambio, de transformación y no de lamentos, mucho menos de justificar errores de gobierno y sociedad.
La transformación del país, es tarea de todos y no de unos cuantos. Nos enganchamos al llamado presidencial a pesar de los errores que ha cometido, aplicamos el freno de mano para hacer un alto y preguntarnos si realmente es lo que queremos o hay que cambiar de rumbo.
Está muy cerca la oportunidad de decidir políticamente el destino que deseamos como país. El proceso electoral del año entrante es una gran oportunidad para fortalecernos, la pregunta es: ¿Cambiamos o seguimos de frente?, el instrumento a usar es la credencial de elector y el voto que depositaremos en las urnas electorales. No hay pierde, solo hay que pensar, reflexionar y accionar.