Ante la opinión pública se gesta la percepción de que al interior del gabinete de RUBÉN ROCHA MOYA hay un tiroteo interno que lo deja mal parado para el periodo 2021-2027. Algunos columnistas y otras personas, traslucen esta situación como falta de orden político interno, además habría que sumar el canibalismo existente en MORENA, que se agrava ante la lucha que ya existe por las candidaturas de elección popular que se darán en el 2024. A nivel municipal la percepción no es mejor, ya que se refleja manoteo en contratos de obra pública, adquisición de bienes y servicios carentes de transparencia y rendición de cuentas. La auditoría general del Estado se muestra apática y ausente de su responsabilidad y sus resultados son tan pobres que solo exhiben
a funcionarios incómodos.
El poder legislativo y judicial están convertidos en los brazos (izquierdo y derecho) del gobernador ROCHA MOYA, quien no quita el dedo del renglón de transformar Sinaloa bajo los lineamientos que marca el presidente LÓPEZ OBRADOR. El bono democrático sigue favoreciendo al gobernador, pero no hay que olvidar que la autoridad gubernamental en Sinaloa está limitada por la crítica de los medios de comunicación, por organizaciones políticas y por la sociedad misma, ejerciendo ese permanente y extraordinario derecho que es la libertad de expresión.
El régimen de diversos partidos políticos y las crecientes y cada vez más participativas organizaciones sociales, reflejan una sociedad cada vez más vigilante y participativa constituyendo un equilibrio adicional. Es claro que el gobernador recibe presiones de diversa índole por parte de personajes políticos,influyentes empresarios y tal vez de poderes fácticos. Sin embargo, ROCHA MOYA tiene prioridades inherentes al ejercicio de su gobierno y del manejo del Congreso Local a través de su fiel escudero FELICIANO CASTRO, como el sacar avante la modificación a la ley en materia de seguridad pública con mando militar; la aprobación del presupuesto 2023 y hacer entrega del documento donde plasma los resultados de su primer año de gobierno, sin descuidar el seguimiento a la sucesión presidencial.
Ante estas circunstancias políticas que se unen a otras presiones más, el gobernador, RUBÉN ROCHA MOYA, debe apoyarse en funcionarios de su confianza, para que le ayuden con el control político del Estado, ya que existen muchos intereses que a veces chocan entre sí. El gobernador, debe evitar dar manotazos en público, toda vez que esto desmerece su autoridad y desgasta su figura. Esta tarea debe recaer en su Secretario General de Gobierno, ENRIQUE INZUNZA, quien debe estructurarse y cuidar que los servidores públicos tengan disposición, voluntad y conocimiento de la tarea encomendada; evitar que se desborden las pasiones en busca de puestos de elección
popular; ser interlocutor con el gobernador para negociaciones y compromisos que calmen movimientos políticos que puedan afectar la marcha del gobierno.
El Estado de Sinaloa con 3 millones 027 mil habitantes y un universo electoral de 2 millones 250 mil 098 electores, no pinta en el firmamento electoral nacional como para llamar la atención de los partidos nacionales, es por eso que dan libertad a las dirigencias estatales. En efecto, Sinaloa no forma parte de la gran reserva electoral nacional como la ciudad de México, Veracruz, Puebla, Jalisco, Nuevo león, Guanajuato y Michoacán, donde se encuentran la mayoría de los electores que definirán la contienda electoral del 2024.
Mucho se pregona que Sinaloa es un gran Estado con potencialidades que lo distinguen del resto del país. No obstante que su extensión territorial es pequeña, concentra la mayor producción de alimentos como granos, legumbres, carnes y mariscos. Tenemos un detonante turístico con Mazatlán que es orgullo nacional. La Ciudad de Culiacán prácticamente tiene todo para una mejor de vida de sus habitantes: cuenta con un moderno aeropuerto, una cómoda central camionera, es favorecido con carreteras que sin sus baches podrían ser de primer mundo, en materia deportiva cuenta con modernos estadios de futbol y beisbol.
En el norte de Estado se concentra una gran extensión de tierra productiva de granos, legumbres y granjas de camarón, también cuenta con grandes infraestructuras de servicios, comunicaciones, salud, recreativas y educación. Sin embargo, Sinaloa no ha podido dar el gran salto hacia la industrialización y el empleo estable y bien remunerado. Son muchos los esfuerzos que se han hecho pero no se alcanzan los objetivos ¿Qué falta para lograrlo?