La situación económica y de salud en el mundo se está complicando más de lo previsto, y México no es la excepción. La falta de crecimiento de la economía de los Estados Unidos, causa desempleo y recesión, que nos llega de rebote, además provoca aumento en la inflación, ya que los insumos importados hacen que los productos se encarezcan. En lo interno, la falta de empleos, el costo de gasolina y otros energéticos genera un malestar social que seguramente veremos reflejado en las boletas electorales del 2021.
La pandemia del nuevo coronavirus y el confinamiento provocaron pérdidas por el orden de los 320 mil millones de dólares para el turismo mundial entre enero y mayo según datos de la Organización Mundial de Turismo. Entre los principales peligros para el sector, la OMT cita “el recrudecimiento del virus y el riesgo de nuevos confinamientos” así como la situación “de punto muerto” en China y Estados Unidos, dos de los principales mercados proveedores de turistas, que nos guste o no, también nos afecta.
En México, son varios factores que propician el descontento popular: La caída de la economía, propiciada por el covid-19 y las malas políticas del gobierno federal en materia económica, que afectan diversos sectores de la población. La caída de los precios del petróleo, la deuda externa del país, de PEMEX y CFE es lo que más impacta. La mezcla mexicana cayó debajo de la barrera de los 40 dólares, el margen de utilidad se reduce por su costo de producción, pero también baja producción, haciendo que los ingresos le peguen a PEMEX y al país en sus finanzas. Otros factores son el bajo crecimiento de la economía. El presidente LÓPEZ OBRADOR reconoció que “va a haber crecimiento de la deuda por la caída de la economía y por la depreciación del peso”.
El panorama económico que se vislumbra no es nada halagador y esto le pegará a la política en el 2021, año trascendente para el gobierno del Presidente LÓPEZ OBRADOR. 15 gubernaturas, 500 escaños federales, diputaciones locales, presidencias municipales y regidurías estarán en juego. A todos los partidos y candidatos en campaña se les dificultará articular propuestas, además el electorado estará muy sensible a los discursos frívolos, faltos de realidad y a todo aquello que suene hueco. También contará y mucho, el pasado y presente de honorabilidad de partidos y candidatos.
México tiene graves problemas. No es la pandemia, no es la pobreza, no es la violencia que también afectan y mucho. Es la clase gubernamental cobijada en partidos políticos llámense PRI, PAN, PRD, MORENA, ENCUENTRO SOCIAL, REDES CIUDADANAS, RSP, PAS, ETC. Mismos que se han convertido en refugio de hombres y mujeres que utilizan a sus partidos para tranzar, pactar y hacer jugosos negocios al amparo del poder.
Los beneficiarios del pasado, pretenden lavarse las manos y justifican sus errores cargándole culpas al presidente LOPEZ OBRADOR, que también tiene lo suyo y no es bodega de nadie. Ahora sobran los consejos, los señalamientos y pretenden ser los iluminados del presente a pesar de cargar un sinfín de desaciertos cuando estos fueron gobierno.
Los militares se juegan el prestigio ganado en una difícil tarea “dar paz y tranquilidad al país”; el equipo de colaboradores que rodean al presidente, parece un asilo de ancianos, mudos y temerosos que poco aportan; las mujeres siguen siendo acosadas y usadas; los jóvenes sin temor al futuro viven solamente su presente; los pequeños negocios son absorbidos por grandes cadenas de autoservicio; el sector salud sigue en crisis y en muchos casos se lucra con la necesidad de la gente.
La lucha por la democracia no está exenta de dificultades, riesgos y conflictos. Les corresponde a los candidatos y partidos políticos que buscarán el triunfo en junio del 2021 recuperar la confianza ciudadana. Los buenos gobiernos se definen por actitudes, experiencia, empuje y decisiones gubernamentales que beneficien a todos y no solo a unos cuantos. Se necesitan cuadros políticos orientados a escuchar, conciliar y coordinar las tareas del desarrollo nacional con vocación política, talento administrativo y sobre todo lealtad por México.
La sociedad esta puesta y dispuesta a apoyar nuevos cuadros políticos, que entiendan que México es una democracia que no se agota, sino que comienza en las elecciones, que el acto de gobierno debe ser responsabilidad permanente con el mandato expreso y concreto de la ciudadanía; que se gobierna de cara al pueblo, con actitud de servicio y con plena conciencia de que el pueblo supervisa y evalúa de manera cotidiana los actos de todo servidor público.
Ojala que las dirigencias partidistas se pongan las pilas y designen como sus candidatos a hombres y mujeres con calidad moral, honestidad y lealtad a toda prueba, y no aventureros de la política. Se buscan nuevas caras, que representen a la sociedad y no a intereses económicos y políticos de unos cuantos. ¿Dónde están?