A poco más de un año de que se realicen las elecciones de 2024, la sociedad mexicana tiene una visión clara y articulada de los grandes problemas que se han acumulado en México en todos los órdenes por lo que difícilmente se le podrá engañar con falsas promesas. La sociedad está a la espera de candidatos y propuestas responsables, aunque es seguro que también habrá quienes al calor de las campañas políticas traten de imponer sus mañas, pactos, estructuras y engaños.
México requiere gobernantes con sobrada calidad moral, capacidad, experiencia, temple, honestidad y liderazgo. Hombres o mujeres cuyo objetivo sea poner orden, ser factor de unidad, árbitro de intereses en pugna, un verdadero líder que haga historia generando confianza en la inversión interna y externa, y lograr grandes avances en política, democracia, economía y justicia social. Por lo pronto hay que esperar los tiempos que marca el calendario electoral para conocer a quienes serán los agraciados con la candidatura presidencial, senado, alcaldías, diputaciones y gubernaturas.
ADÁN AUGUSTO LÓPEZ, Secretario de Gobernación y jefe del gabinete presidencial, pareciera que tiene el sartén por el mango. Conoce y vive los problemas que enfrenta día con día el país; su fuerza política solo está por debajo de la autoridad presidencial; tiene a su favor una estructura natural en materia política, económica y social por todo el territorio nacional; además, es enlace y punto de equilibrio entre el gobierno federal y los gobernadores de los Estados, así como con los poderes legislativo y judicial.
El Secretario de gobernación es también puente de comunicación con empresarios, partidos y organizaciones políticas; goza del respeto de las fuerzas armadas y su opinión pesa mucho en materia de seguridad; sin olvidar que tiene picaporte en palacio nacional, y aunque no haga mucho ruido, su mano se siente. Si MORENA le otorga la candidatura presidencial, y posteriormente gana la elección constitucional, podría ser el hombre que le garantice a AMLO y familia tranquilidad política y judicial. Además podría respetar el rumbo de la 4T sin caer en los extremos del populismo.
La situación nacional y la ciudadana demandan a los partidos políticos y a los candidatos que buscarán el voto, que precisen tesis y contraigan compromisos. Tesis claras que tengan sustento ideológico y compromisos que puedan cumplir. El cambio es inevitable pero se necesita un buen conductor ¿Será ADÁN AUGUSTO el afortunado o perderá la careada?
Por el lado de enfrente son más de 13 aspirantes que se apuntan para formar un amplio frente opositor y demostrar, dicen ellos, que “las corcholatas” de MORENA no son invencibles. Tal parece que la oposición ya entendió que solo unidos lo pueden lograr. Habrá que ver si pueden ponerse de acuerdo para designar a quien será su candidato, uno que sume y sea garantía de triunfo y buen gobierno. Por el PRI se observa a BEATRIZ PAREDES, mujer de mucha experiencia y mañas; ALEJANDRO MURAT, ex gobernador de Oaxaca; IDELFONSO GUAJARDO, ex Secretario de Economía; ENRIQUE DE LA MADRID, quien con el apellido lo dice todo y JOSÉ ÁNGEL GURRIA, hombre de gran experiencia en el servicio público pero sin estructura electoral.
Dentro de la cúpula panista se apuntan gobernadores de la talla de MAURICIO VILA de Yucatán, MARU CAMPOS de Chihuahua, MAURICIO KURI de Querétaro; así como los legisladores CARLOS ROMERO HICKS, SANTIAGO CREEL y la Senadora LILLY TELLEZ.
Dentro de los convocados también hay independientes en las figuras de GUSTAVO DE HOYOS y DEMETRIO SODI. Así como los perredistas SILVANO AUREOLES y MIGUEL ÁNGEL MANCERA. Solo les faltó sumar a Movimiento Ciudadano, quien también tiene sus gallos para lo que se ofrezca en las figuras de LUIS DONALDO COLOSIO, el joven Gobernador de NL SAMUEL GARCÍA y ENRIQUE ALFARO RAMIREZ, gobernador de Jalisco.
Nuestra constitución abrió un amplio horizonte al desarrollo político e institucional al articular mensajes y leyes de libertad e igualdad para el ejercicio de una vida democrática, misma que algunas veces se confunde con libertinaje, trapecio y abuso de poder. En pocas palabras, se pone buena la careada y todo puede suceder en un menú electoral donde hay para todos los gustos.