Sinaloa posee grandes riquezas, pero podría ser un mejor Estado si sus gobernantes y su población cumplieran al pie de la letra lo que marca la constitución. En este sentido, es interesante escudriñar en el pasado para moldear el presente y planear el futuro que todos deseamos.
En diferentes fechas del siglo XX, el Municipio de Ahome recibió con los brazos abiertos a dos ilustres ciudadanos que hasta ahora siguen siendo un ejemplo a seguir: el Médico WILLIAM G. CHAPMAN y el niño ALFONSO G. CALDERÓN. Ambos trabajaron en el Ingenio Azucarero de la Ciudad de Los Mochis, lo que les permitió compartir ideas, sueños y ambiciones, a pesar de su diferencia de edades, origen y cultura. Estas diferencias no fueron obstáculo para fortalecer su relación e impulsar un objetivo común “el edificar una ciudad modelo, planeada a futuro con un gran desarrollo social, prosperidad, paz y oportunidades”.
Como es sabido, el Ingenio Azucarero cerró sus puertas por problemas financieros y por la ambición de un grupo de políticos y empresarios que terminaron con muchos años de orgullo e historia mochitense. Las chimeneas del Ingenio quedan como mudos testigo del progreso y bienestar que alguna vez tuvieron miles de familias que de un día para otro quedaron en la incertidumbre laboral.
A la vista solo queda una de las locomotoras que se usaban, misma que no se robaron porque pesaba mucho. Los terrenos que cobijaron la factoría se encuentran en manos de exfuncionarios y empresarios y no conformes con ello, se anuncia la prolongación de la calle Guerrero para culminar en el Boulevard Centenario, lo que seguramente les producirá una magnifica utilidad económica.
Quizá la actual autoridad municipal se olvidó del decreto municipal #28, donde se declara patrimonio histórico, cultural y artístico, el bien inmueble y muebles adicionales que están estrechamente ligados al origen y desarrollo de la ciudad (Ingenio) que fue pieza fundamental en la economía regional. Por ello colegios de profesionistas, historiadores y grupos culturales emiten voces de alerta para NO permitir un saqueo más.
Son tantos los abusos que han cometido autoridades municipales con sus respectivos cabildos, que la Ciudad de Los Mochis perdió la planeación urbana que le dio vida. Otro claro ejemplo es el predio que se tenía contemplado para construir la central camionera, el cual terminó como sede de una tienda departamental; y que decir del Parque Sinaloa que fue cercenado para construir un fraccionamiento habitacional y también una torre, símbolo de “prosperidad”, donde por cierto viven algunas “personalidades” que difícilmente aguantarían la visita de la Unidad de Inteligencia Financiera a cargo de PABLO GÓMEZ.
La ciudadanía Ahomense, rechaza los procedimientos autoritarios, los abusos de poder, la corrupción y el trapecio político. Aun así, existen gobernantes de doble cara que buscan gobernar por un período más, sin darse cuenta que los tiempos han cambiado, que los lastres que arrastran son pesados y que sus conductas no son de lo mejor.
El Municipio de Mazatlán, se esfuerza en la construcción de una sociedad bajo principios de Estado de derecho que garanticen libertades individuales y colectivas de un sistema integral de democracia y en condiciones de justicia social. Para ello requiere de alcaldes elegidos por el voto popular, y no arribistas del poder que como reinas de carnaval utilizan cualquier evento para promoverse políticamente. Mazatlán ha tenido alcaldes multicolores, algunos han gobernado con mucha visión democrática y planeación, pero también hay otros que se han quedado en el arrancadero. Hay muchos casos de corrupción donde están coludidos funcionarios y empresarios. Un Tiburonario que buscan desaparecer y con ello cerrar carpetas de investigación judicial donde hay figuras relevantes que buscan puestos de elección popular.
Todo parece indicar que la sociedad mazatleca padece de amnesia y la democracia sigue embriagada por las fiestas del carnaval, mientras los grupos de gran poder político-económico guardan su inconformidad al ser gobernados por un importado que viene del municipio de Rosario, quien cual si fuera un mago ofrece solución a todo y en todos lados quiere estar, por el solo hecho de atraer reflectores de publicidad.
Los 18 ayuntamientos de la entidad necesitan conductores que sepan encausar los destinos municipales en situaciones difíciles como las que se viven en materia política, económica y social. El dispendio y la corrupción son producto del exceso de reglamentaciones, duplicidad de dependencias y trámites burocráticos interminables ¿Dónde queda gran parte del dinero recaudado por los inspectores municipales en la vía pública de municipios como Ahome, Culiacán y Mazatlán? ¿Dónde está el gerente de la JAPAMA, qué hace y por qué maneja bajo perfil? ¿Tan pobre se encuentra políticamente Mazatlán que lo gobierna un importado?