Por sus vastos recursos naturales, su infraestructura hidráulica, su agricultura, el turismo y sobre todo por su gente, Sinaloa es un gran estado. Pero sería aún mejor, si su fortaleza se sustentara en la ética de su sociedad, partidos y gobernantes; respetando el principio de justicia, de derecho, orden y legalidad. Es bien sabido que muchos de sus gobernantes no han sido tan pulcros, como dicen serlo, en el manejo de las finanzas públicas, y su ejercicio del poder sigue sin estar sujeto al derecho y la rendición de cuentas. El pasado reciente refleja impunidad, saqueos y actos de corrupción de varios exfuncionarios públicos, quienes cínicamente están tratando de obtener candidaturas a puestos de elección popular en el 2024, sin que les importe el lodo que van desparramando al caminar. Por esto y muchas cosas más, es importante valorar el desempeño de los alcaldes, unos elegidos por el voto popular y otros “designados” por el Congreso del Estado.
En materia electoral, el municipio de Mazatlán ha vivido un verdadero “carnaval político”, al haber sido gobernado por diferentes ideologías partidistas, donde muchas de sus administraciones mostraron desordenes administrativos, impunidad y corrupción.
El actual alcalde de Mazatlán, EDGAR GONZÁLEZ ZATARAIN, es un arcoíris político de mil colores que no ha podido ganarse la confianza ciudadana, a pesar del sin fin de campañas publicitarias que se han implementado para ello. Los cambios dentro de la estructura municipal no convencen y las deudas por pagar que se arrastran de administraciones pasadas limitan la calidad de los servicios que presta un ayuntamiento donde abunda la traición, la tranza y el rumor.
El otro Mazatlán, el de las colonias populares y la zona rural, sigue a la espera de que se solucionen los desequilibrios económicos que impiden elevar los niveles de vida de la población bajo un régimen democrático y no de injertos del poder. Es tiempo de que la autoridad municipal deje de vivir del espejismo que da el poder. Si EDGAR GONZÁLEZ quiere reelegirse, tendrá que subirse a la balanza electoral y enfrentar las inconformidades sociales, esas que no se maquillan, solo así podrá competir con hombres y mujeres de gran capacidad, experiencia y voluntad que también quieren gobernar el Municipio de Mazatlán.
El Municipio de Culiacán, sede de los tres poderes del Estado, ha tenido alcaldes con mucho prestigio, experiencia y calidad moral, pero también ha sido gobernado por personajes que difícilmente pasarían una prueba de honestidad. Trece meses de gobierno del alcalde JUAN DE DIOS GÁMEZ, son suficientes para demostrar su experiencia, voluntad y resultados de buen gobierno. Sin embargo, todo indica que su desempeño ha sido gris, que no ha podido con la inseguridad y mucho menos ha logrado el bienestar familiar tan prometido por los gobiernos de la 4T.
JUAN DE DIOS GÁMEZ, no ha sabido conducir los cambios políticos, económicos y sociales a los que aspira una sociedad pujante y moderna. Tal vez pretenda obtener una candidatura al Senado o su reelección, pero antes debe analizar el terreno que pisa y valorar las condiciones políticas del momento para saber si le son favorables o no.
En los años sesentas, el Municipio de Ahome era considerado un orgullo del noroeste del país gracias a su pujanza empresarial, a la riqueza de sus valles, a su legado histórico y a su planeación urbana. Actualmente las calles de la zona urbana y rural están deterioradas, los drenajes son obsoletos y la tranquilidad la otorgan los poderes fácticos.
La Junta de Agua Potable (JAPAMA), antes reconocida por la calidad de agua que brindaba, se ha convertido en refugio de personajes sin experiencia, con baja calidad moral y distante de los usuarios que sufren por la falta de presión del vital líquido. ¿Dónde están los resultados de las auditorías realizadas a la paramunicipal? ¿Dónde el orden y visión social?
Abonémosle a esto el pésimo servicio de recolección de basura que está muy lejos de ser lo que tanto pregona la autoridad municipal; mientras que los predios que fueron destinados para áreas verdes se comercializan al mejor postor y los terrenos de lo que fue el Ingenio Azucarero tienen un largo historial que marca juicios de tipo penal ¿Quiénes serán los verdaderos propietarios?
GERARDO VARGAS LANDEROS, sigue sin mirarse al espejo, su mirada no apunta a lo social a pesar de que proclama la ideología de la 4T. Su intención de buscar la relección se puede frustrar por el descontento popular, ya que está rodeado de incondicionales y no de servidores públicos con calidad moral. Además, el lodo que dejó MARIO LÓPEZ VALDEZ como gobernador de Sinaloa, indirectamente lo salpica y difícilmente podrá librarse de esa etiqueta.