En vísperas de la elección para renovar 6 gubernaturas en los Estados de Durango, Tamaulipas, Quintana Roo, Hidalgo, Oaxaca y Aguascalientes, debemos reflexionar y preguntarnos ¿qué pasa con las leyes que se hacen al vapor para beneficiar a servidores públicos y a partidos políticos en el Poder? ¿Qué “cachucha” utilizan el presidente de la república, los secretarios de Estado y gobernadores en sus tiempos libres para apoyar candidatos a los gobiernos de los Estados? ¿Serán servidores públicos o porras del partido en el poder utilizando recursos públicos, fuero e influencias como un ritual del pasado que sigue vigente?
A que categoría pertenecen los hombres públicos que dicen estar en su tiempo libre pero que no se despojan del poder, siguen gozando de altos salarios, disfrutando de los bienes que paga el estado y dicen no violar ninguna ley. Esas leyes que fueron aprobadas por legisladores y partidos políticos como traje a la medida para seguir disfrutando de las mieles del poder. México necesita democracia y justicia entre los vivos, y no coronas o conmemoraciones para demócratas que mueren injustamente derrotados.
Sin una real democracia electoral se deja incompleta y fracturada la ideología que dio origen a la Revolución de 1910. El ejercicio de la libertad no se da en abstracto, sino en condiciones sociales y económicas concretas, alejadas de la simulación, del protagonismo y del engaño: la ignorancia, la marginación y la compra de conciencias, no es libre ni estable cuando es manipulada por quienes tienen el poder.
La democracia que tanto se pregona se ha convertido en presa fácil de quienes tienen más poder, más recursos económicos y más capacidad dentro de la sociedad. Por ello la población mexicana no debe ser pasiva sino exigir a los gobiernos que cumplan su tarea de promover justicia, democracia, libertad y leyes que se apeguen a la realidad.
El país requiere de tranquilidad, de solidaridad, de armonía y de entendimiento para enfrentar los graves problemas que se padecen, poniendo punto final a los excesos de la clase gobernante. En el caso del Presidente, ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR, es mucha su capacidad de organización política, su firmeza de carácter, su valentía cívica y su salud mental a toda prueba al llamar pan al pan y vino al vino. Sin embargo, es un hombre amante del poder y visto con temor por su temperamento, terquedad y sus decisiones de gobierno que a veces no convencen.
Si algo genera hartazgo social es seguir adorando a quienes se autonombran caudillos de México y el partidarismo que se trasmite de generación en generación como una tradición dañina que se resiste a morir. El problema no es reducir la propaganda y la información que se les brinda a los ciudadanos para que tomen sus decisiones, sino en determinar de dónde salen los fondos de las campañas políticas para que los ciudadanos no sean manipulados y engañados.
En esencia, hay diversas formas de financiar las actividades electorales de los partidos: se pagan con fondos públicos, se recurre a donaciones privadas siempre y cuando estén libres de intereses con el crimen organizado o se mezclan recursos públicos con recursos que aporta la militancia partidista. Urge quitarse las capuchas “disque democráticas” y evitar que los políticos contraigan obligaciones onerosas con grupos poderosos que luego exigirán contrapartidas y favores especiales inapropiados e ilegales, como posiciones en mandos policiacos, contratos de obra pública, concesiones de basura, contratos de adquisiciones y servicios, etc.
LA TERNA PRESIDENCIAL QUE NO CONVENCE AL ELECTORADO
En la terna del presidente AMLO siguen figurando CLAUDIA SHEINBAUM, MARCELO EBRARD Y ADÁN AUGUSTO LÓPEZ. En cada uno de ellos se revisa trabajo, devoción por el país y lealtad al presidente, aun así no la tienen segura al ser vecinos de un gobierno que cuida celosamente sus intereses como es Estados Unidos de Norteamérica, mismo que puede meter “su cuchara”. Además, hay una piedra incomoda en el zapato presidencial en la figura del SEN. RICARDO MONREAL, quien tiene a su favor experiencia, madurez y la confianza de gran parte de los sectores de la sociedad. En otra cancha se ubica al gobernador de Sonora, ALFONSO DURAZO, no por su inteligencia, pero si por los intereses obscuros que representa. Sin embargo, todo indica que el apoyo presidencial está puesto en CLAUDIA SHEINBAUM, quien parece que va en caída libre.