A partir de los años setentas arribó al poder presidencial una camada de personajes con grandes diferencias en edades, ideologías y formas de ejercer el poder: populistas, tecnócratas, neoliberales (o mafia del poder como ahora los llama el presidente LÓPEZ OBRADOR) provenientes de la Secretaría de Gobernación, Hacienda, Programación y Presupuesto, Educación, Energía, Gobierno de Guanajuato y Estado de México. Desde ahí comenzó a formarse en el país una tristeza agria al imponerse el populismo del presidente LUIS ECHEVERRÍA; la frivolidad y nepotismo de JOSÉ LÓPEZ PORTILLO; la falta de carácter de MIGUEL DE LA MADRID; la perversidad de CARLOS SALINAS; las ocurrencias de VICENTE FOX; la guerra contra el crimen organizado de FELIPE CALDERÓN y la corrupción de ENRIQUE PEÑA NIETO.
En esos años predominó la lejanía del gobernante con la gente, se desincorporaron bienes del Estado, surgió el FOBAPROA, se devaluó el peso frente al dólar, las crisis económicas fueron recurrentes, los programas sociales cambiaron de nombre y el país incrementó su deuda en lo interno y externo, entre muchas cosas más.
Sin embargo, pareciera que nada hemos aprendido de esa lección. Todavía acudimos a las urnas y damos nuestro voto sin saber a quién; votamos por diputados o senadores que no volvemos a ver; nos vamos por personajes que demuestran simpatía, carisma o son buenos bailarines y no por su capacidad o calidad moral.
Hoy, la mayoría de los políticos cambian de partido como cambiar de ropa buscando estar siempre con el ganador, arrastrando “grandes colas” que no pueden ocultar. En fin, la política se contaminó y ahora sobrevive en ella, no el más capaz sino el más servil, cínico o corrupto.
En México la sucesión presidencial se adelantó y el presidente LÓPEZ OBRADOR, sin proponérselo, despertó a los demonios que se alimentan del poder. Como antecedente: Recordemos que desde el destape de LUIS ECHEVERRÍA como precandidato a la presidencia de la República, sus partidarios se adueñaron de los pasillos y antesalas de la Secretaría de Gobernación ante un presidente (GUSTAVO DÍAZ ORDAZ) opacado por los hechos del 68 en Tlatelolco, así que los pocos reflectores que le quedaban se apagaron por el nacimiento del “nuevo sol”.
ECHEVERRÍA, desde el momento que cruzó en su pecho la banda presidencial, mandó la primera señal de rompimiento con su antecesor, además fueron muy notorios sus cambios de personalidad, confundiendo su introversión con soledad en vísperas de entregar su responsabilidad a JOSÉ LÓPEZ PORTILLO.
LUIS ECHEVERRÍA, se dio cuenta muy tarde que de nada le sirvió imponer limitaciones a sus críticos, que el poder es efímero, que en política los amigos no existen y que los enemigos son de carne y hueso.
En la actualidad, millones de ciudadanos siguen brindando su apoyo al presidente LÓPEZ OBRADOR, sin embargo, MORENA como partido de izquierda en el poder, ha dejado malos resultados de gobierno en la mayoría de los Estados y Municipios que está gobernando. Ha demostrado incapacidad para organizarse y trabajar en equipo. Su lenguaje es tan abstracto que ni ellos mismos se entienden y eso merma la popularidad presidencial.
No cabe duda que la consulta popular o revocación de mandato del próximo 10 de abril, le caerá “como anillo al dedo” al presidente AMLO. Mi pronóstico es que se tendrá una votación de 15 al 18%, mismo que representa entre 13 y 17 millones de votos. De este total, AMLO podría lograr el 85% a su favor.
Para que el resultado del próximo domingo sea vinculatorio, es necesario que vote el 40%, equivalente a 36 millones de sufragios de un padrón nacional de 92 millones 823 mil 216 ciudadanos. Empieza la función y la última palabra la tiene usted como elector.
La oposición que milita en el PAN, no está muy convencida de salir a votar, los persigue el afán de los negocios al amparo del poder y difícilmente se sacrificarán para cambiar al país cuando ellos mismos son parte del problema.
Al PRI se le vinieron los años encima, las mañas siguen vigentes y sus dirigentes solo pretenden seguir en el juego del reparto del poder. Mientras que algunos reviven los recuerdos y el discurso del malogrado candidato presidencial LUIS DONALDO COLOSIO. La sociedad, por su parte, requiere equilibrio emocional de sus gobernantes. Exige que transformen sus caprichos en buenos resultados de gobierno, que entiendan que el tejido social ha cambiado: hay nuevos grupos, creciente presión de los jóvenes y diversas necesidades que atender. De los buenos resultados de gobierno depende la estabilidad y la paz social de los mexicanos. Bienvenida la revocación de mandato.