La lucha por la democracia no está exenta de dificultades, riesgos, pasiones y conflictos. La consulta ciudadana para la revocación de mandato que se realizará mañana 10 de abril, genera un choque de dos visiones diferentes: los que la impulsan como fuente de democracia y quienes la rechazan por considerarla un instrumento manipulador y publicidad presidencial.
A partir de pasado mañana se abren abiertamente los apetitos por la sucesión presidencial. La lucha por el poder no dará tregua y con ello se olvidarán los preceptos que dieron origen a la Revolución de 1910 “sufragio efectivo y no reelección”. La elección presidencial del 2024 despierta los demonios, se olvidan temporalmente los grandes problemas nacionales y se instala el circo de la manipulación ciudadana.
Es tiempo de que México supere la subcultura del rumor, la incredulidad, la desconfianza y los abusos de poder. Debemos hacer a un lado las ambiciones políticas trasnochadas, hay que sumar, pensar en grande, trabajar en equipo y buscar la forma de contrarrestar los efectos de la pandemia del Covid-19 y los daños causados a nuestra economía por los impactos de la guerra Ucrania-Rusia. La consulta de revocación de mandato nos ha dividido aún más como sociedad y ha enfrentado a viejos aliados que antes lucharon por impulsar la democracia, por combatir la desigualdad social y para sacar al viejo PRI de palacio nacional. Hoy el oficialismo en el gobierno encabezado por el presidente LÓPEZ OBRADOR, publicita a más no poder la revocación de mandato, la apoyan y la aclaman como solución a todos los males. Mientras que los partidos políticos de oposición, los líderes empresariales y organizaciones diversas la rechazan y la etiquetan como una manera de tratar de prolongar el poder del presidente AMLO.
En el invierno de su vida, PORFIRIO MUÑOZ LEDO, crítica y desaprueba esta consulta, asegurando que el presidente LÓPEZ OBRADOR, está sintiendo el vacío del abandono del poder; por su parte, CUAUHTEMOC CÁRDENAS ha manifestado que fue muy positivo que esta figura se haya incluido en La Constitución, pero que realizar en este momento una consulta resulta injustificado y con alta dosis de perversidad política.
Es indudable que estamos viviendo tiempos de incertidumbre económica y que hay cosas más importantes que realizar consultas populares. El primero de julio del 2018 los mexicanos elegimos por seis años al presidente LÓPEZ OBRADOR para que nos gobierne y no se justifica que la clase gobernante pierda su valioso tiempo en torno al proceso electoral del 2024 utilizando una consulta que debería aplicarse en el próximo sexenio presidencial.
Lo que realmente nos debería preocupar en estos momentos es ¿Qué pasará con los precios de los energéticos cuando bajen los precios del barril del petróleo, se quiten los subsidios que provienen de los sobreprecios del petróleo, se afecten los ingresos fiscales y se tenga que aplicar nuevamente el impuesto especial IEPS? ¿Qué pasará en Sinaloa si este año las lluvias no son abundantes y las presas siguen con bajo nivel de captación provocando sequía? ¿Qué hacer para mejorar la calidad de la educación, cuidar el medio ambiente, lograr mejores resultados en seguridad, etc.?
El Comité Internacional de la Cruz Roja, advirtió que en México persiste la violencia armada y sus consecuencias (especialmente las no visibles) que llegan a afectar la vida de las personas. Este es un tema que debe de preocuparnos y ocuparnos, así como la gran migración de sinaloenses hacia Estados Unidos de Norteamérica por cuestiones económicas. En fin, hay mucho por hacer. Por lo pronto, nos guste o no, la consulta de revocación de mandato del día de mañana domingo está provocando división social, polarización y enfrentamientos en la clase política. Los resultados que se obtengan marcarán nuevas reglas del juego sucesorio del presidente AMLO.
Solo nos resta decir “Bienvenida la democracia”, esa que ayude a conducir los cambios que pide la sociedad, que evite los exacerbamientos sociales, los conflictos, la intolerancia y el uso inadecuado de los recursos públicos. Que la constitución y la ley sean el camino para conducir los cambios que interesan verdaderamente al pueblo que se gobierna. El cambio no lo debe marcar la oposición al gobierno y mucho menos quienes gobiernan, es un derecho del pueblo de México y el pueblo tiene la última palabra. Por vacaciones de Semana Santa, esta columna no se publicará la próxima semana. Estaremos de regreso el día 21 del mes en curso. Cuídense y disfruten con responsabilidad.