¿Dónde estábamos? ¿En qué país vivíamos que nos conformábamos con tan poco? Aceptamos malos gobiernos, aprobamos las promesas incumplidas, consentimos problemas sin solución, aceptamos la corrupción y nos acostumbramos a convivir con la violencia, con la impunidad y con los abusos de poder. Hasta cierto punto nos hemos vuelto cínicos y nos convertimos en cómplices de todo lo que nos quejamos puesto que cada vez nos dividimos más como sociedad, nos alejamos de nuestros ideales y aceptamos a dirigentes partidistas, servidores públicos y legisladores sin capacidad, sin experiencia, sin valores y sin amor por México, país al que dicen amar y representar.
Como sociedad no podemos desligarnos de lo que se vive actualmente en materia política económica y social en nuestro país. Es también imposible sustraerse a la responsabilidad de enfrentar nuestro destino sin rendirle cuentas a las futuras generaciones.
En este punto tenemos dos “proyectos de nación” que nos venden como la mejor opción en dos coaliciones política: una representada por CLAUDIA SHEINBAUM y la otra por XÓCHITL GÁLVEZ. “Lo otro”, es punto y aparte ya que solo busca dividir el voto. Conforme avanza el reloj electoral nos preguntamos ¿Dónde están las ideas, las propuestas y el amor a México? Nos están invadiendo con promesas y compromisos que se contraen sin mayor dificultad, el número es abrumador y la facilidad con la que se pronuncian nos hace pensar en la falta de honestidad. Es cierto que los candidatos anteriores también prometieron y en su mayoría no cumplieron, pero tampoco hubo nadie que les exigiera cumplir con la palabra empeñada porque todos formamos parte de ese juego en qué se parodia la democracia
Narcotráfico, violencia, corrupción, pobreza y otros muchos problemas no llegaron en el gobierno del presidente ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR, son una herencia del pasado, sin embargo, los actuales gobiernos están obligados a desterrar y combatir esas lacras que tanto daño han hecho a la nación.
Sin lugar a dudas la congruencia no ha sido una característica del actual gobierno, tampoco lo fue de otros que lo antecedieron. Unos y otros han caído en serias contradicciones, al grado de que millones de mexicanos están llenos de dudas y no saben para dónde moverse electoralmente hablando. La desconfianza social está a flor de piel, los ciudadanos están a la expectativa y la inversión extranjera queda en el aire en espera de conocer la política de gobierno que impondrá la nueva inquilina de Palacio Nacional.
En Sinaloa, la trinchera del gobernador RUBÉN ROCHA MOYA, es morada, pero el día de mañana podría ser roja o amarilla ante la imposición de candidatos con un perfil inadecuado, y extraviados en sus ideologías. Se incumple la palabra, pues lejos de remediar los males estos empeoran al imponerse el desorden y la duda en un gobierno que se dice diferente a los demás, mientras que el principal accionista del PAS juega a la gallinita ciega.