Al crimen organizado se le relaciona con la violencia y la inseguridad, sin embargo, es un problema muy complejo que va más allá de todo esto. Visto objetivamente tiene varias aristas que es necesario analizar y puntualizar en su justa dimensión. Desde luego que tiene una gran influencia en el grado de violencia que se vive, tan es así que es lo que lo identifica. Esto inició producto de la logística de cuidar y transportar todo tipo de drogas; luego para defenderse de las autoridades que lo combatían y finalmente el armamentismo en los carteles de las drogas creció por las disputas entre ellos mismos por controlar rutas, territorios y la venta de sus “productos”.
Fue así como nació una guerra que superó al gobierno y a los propios carteles que perdieron la prudencia y cayeron en la ostentación con grandes fiestas, comprando autos de lujo, violentando jovencitas y realizando balaceras, levantones y ajusticiamientos públicos. Todo esto fue dimensionado por los medios de comunicación y la ciudadanía misma, creando una percepción de impotencia y rebasamiento de la autoridad gubernamental.
Los imperios multinacionales del narcotráfico generan grandes problemas sociales, principalmente corrupción en las estructuras políticas y judiciales, control de medios de comunicación, lavado de dinero, violencia, terrorismo y drogadicción.
Si algo positivo existiera de todo esto, sería que han ayudado a los pobladores cercanos a sus intereses creados, que becan a estudiantes provenientes del medio rural, han construido escuelas, caminos, plazas públicas y hasta iglesias. Pero lo más significativo es que el narcotráfico se involucró en el desarrollo de la economía de Estados como Sinaloa, primero con la proliferación de ranchos ganaderos y la cría de caballos de pura sangre al grado que la llevaron a su máxima expresión. Luego se involucraron en la industria, el turismo, la agricultura, la acuacultura y los servicios en gran escala convirtiéndose en grandes generadores de empleo y divisas. Aquí proliferó lo que se conoce como “lavado de dinero” manchado por la prepotencia y excesos de algunos responsables del negocio.
El punto más fino del narcotráfico es su involucramiento en la política, la narco-política, un problema que no es nuevo como lo quieren hacer creer algunos legisladores y dirigentes partidistas para sacar raja en materia política. La complicidad en estos dos sectores (narcotráfico- política) se arrastra desde muchos años atrás, solo que ahora no se respetan las formas y se descaró la complicidad entre ellos. El crimen organizado ha participado y participa abiertamente con decisiones claves. Primero ayudando económicamente a candidatos que buscan algún puesto de elección popular, los hacen ganar muchas veces utilizando el miedo. También usan el veto político cuando hay personajes que no convienen a sus intereses. Esto no se ve, pero se siente en muchas
decisiones que están a flor de piel. Así que políticos, a quitarse capuchas y dejar de aparentar lo que no son.
El crimen organizado cuida muy bien el papel que juega en este ámbito evitando rebasar públicamente el rol que le toca jugar a partidos políticos y al propio gobierno, del color que sea, es muy plural, como que le entiende muy bien a eso de la democracia. Por todo esto, al crimen organizado se le considera como un poder fáctico, no solo en lo económico y lo social, también en lo político y sin duda jugará un gran papel importante en la sucesión presidencial 2024. En México, los gobiernos se han enfocado al control, guerras y negociación con el narcotráfico.
Pero no se ha alcanzado el punto óptimo para evitar tanto derramamiento de sangre y desaparecidos. Hace falta mayor inteligencia y voluntad de ambas partes. El negocio ya no tiene remedio, pero hay que atacar el grado de violencia e inseguridad que prevalecen en el país y que nos está llevando a un túnel sin salida. La sociedad sinaloense anhela vivir en paz y armonía. Espera que sus gobiernos les proporcionen bienestar económico y social. “Lo otro” es punto y aparte, el que manda se encuentra entre las sombras y como dice un refrán popular “político que esté libre de culpa que arroje la primera piedra”.
En días pasados un personaje maquiavélico y siniestro procedente de Culiacán, visitó el municipio de Ahome con un mensaje de quien paga y domina. “No te muevas por el PRI, por lo pronto has tu juego político con MORENA para valorar lo que viene en EL 2024” ¿Serán confiables estos políticos para el Gobernador ROCHA MOYA, a quien supuestamente le reflejan lealtad y sumisión?