La sociedad se siente utilizada, injuriada, desconfiada y temerosa por las cosas tan graves que están sucediendo en el ámbito económico, político y social. Por todas partes se escuchan quejas y existe un gran descontento popular que no sabemos cuándo y cómo terminará. En todos los rincones del país, incluido Sinaloa, ya impacta el encono social derivado de la situación económica ante la falta de crecimiento, bajos salarios y desempleo. En materia de Salud el covid-19 llegó para darnos el tiro de gracia en todos los aspectos y lo peor es que no sabemos hasta cuando se podrá controlar.
En materia de inseguridad también impacta la impunidad, corrupción y seguimos añorando una paz que no llega; en tanto que, por el lado político, se perdieron las formas y el número de partidos sigue aumentando, ya que el INE autorizó la creación de otros tres que vendrán a dividir el voto, a sangrar el erario público y a seguir haciendo de la política el gran negocio de unos cuantos. Fuerza Social por México, Redes Sociales Progresistas y Encuentro Solidario debutarán en el proceso electoral del 2021 como nuevos partidos políticos.
A pesar de tantos problemas, el SAT no da tregua y la CFE ya anunció que el día último del mes en curso termina el subsidio de verano para Sinaloa, así que hay que cuidar los consumos de energía eléctrica y aguantarse el calor que aún no se va.
El Fondo Monetario Internacional pronostica para México un crecimiento económico para todo el sexenio del presidente LÓPEZ OBRADOR del 0.2%; el precio de la mezcla mexicana de crudo para exportación tampoco ayuda al estar el barril de petróleo en 37.25 dólares; el peso se cotiza a 20.74 frente al dólar; se toman casetas de peaje y no pasa nada; la deuda del sector público se incrementa por el costo de sus intereses; el gobierno federal no tiene contrapesos y eso hace más complicado el panorama que viene para el 2021. También preocupa lo que sucede en las fuerzas armadas pues están al frente de la seguridad pública del país.
El gobernador QUIRINO ORDAZ COPPEL y su gabinete, así como los 18 alcaldes en funciones, serán sometidos a una dura prueba para hacerle frente a una problemática inédita en la historia del país. Las capacidades y estrategias tendrán que ejercerse al máximo, pero además tendrán que demostrar que saben vender programas y disposiciones con resultados tangibles que ayuden a mitigar la carga económica de la ciudadanía, así como atender un sinfín de necesidades en infraestructura, salud y servicios públicos.
El malestar ciudadano está en el límite de que una chispa social lo violente. Ojala las autoridades federales, estatales y municipales lo sepan evaluar en su justa dimensión. El 2021 será el termómetro de la ciudadanía en el ejercicio del voto en las diferentes modalidades, pero no debe ser un proceso donde predomine el abstencionismo, ni que el voto se encause por el coraje o la ira. Sin embargo, nada es predecible a como se están presentando las cosas, mucho menos cuando la máxima autoridad de salud federal anuncia que podrían darse más casos de contagio del coronavirus, y esto obligue a la sociedad a un nuevo confinamiento. Mientras que la influenza se hace presente, que sumada al covid se convierten en la tormenta perfecta.
El presidente como jefe de Estado debe entender que la dinámica del desenvolvimiento económico y social de un país como México, conlleva la necesidad de modernizar sus estructuras y los sistemas administrativos a través de los cuales el Estado ejerce sus atribuciones para que la acción pública se adecue a las necesidades del desarrollo.
El presidente tiene atribuciones para acelerar el avance del país, ya que la autoridad con la que se encuentra investido y la amplitud de los apoyos que goza con otros poderes de la unión, son los instrumentos idóneos para promover el desarrollo nacional y coordinar los esfuerzos colectivos y el óptimo aprovechamiento de los recursos disponibles, que por cierto son muchos, a pesar de los saqueos y explotación de grandes riquezas petroleras, mineras, bosques y marítimas que se dieron en el pasado.
REVOLTURA POLÍTICA
Estamos en un cambio generacional muy fuerte de hábitos, estilos y patrones de conducta. Hay una lucha muy intensa entre la tradición y la exigencia de nuevos estilos de gobernar. Si vemos lo que ocurre dentro de MORENA y el gobierno, se descubre, entre otras cosas, un ajuste de cuentas de quienes hoy gobiernan en contra de los que dejaron el poder. Un forcejeo que se da también por el control de la dirigencia de MORENA. Al presidente se le dificultará poner orden y disciplina en un partido donde imperan las tribus y las ideologías se pierden. La clase política mexicana está frente a grandes retos que tendrán que superarse. . . Sería interesante valorar la posibilidad de que en México solo existieran tres partidos políticos: MORENA representando a la izquierda; volver a fundar al PRI, como partido del centro y refundar al PAN cargado a la derecha. Ya basta que los partidos políticos sigan siendo lucrativos negocios de unos cuantos.