En días pasados, el gobernador RUBÉN ROCHA MOYA, instaló el Comité de Planeación Para el Desarrollo del Estado de Sinaloa, mismo que tiene la encomienda de recoger las opiniones de diversos sectores de la población para elaborar “El Plan Estatal de Desarrollo 2022-2027”, el cual está fincado en dos ejes: Transformación y Bienestar, que como punta de lanza deberán impulsar el bienestar social sustentable, el desarrollo económico, un gobierno democrático, seguridad, ética y eficiencia. Posiblemente este plan no tendrá la adhesión unánime de todos los grupos y corrientes de opinión, pero deberá respetar las críticas como elementos consubstanciales de la democracia.
El Plan Estatal de Desarrollo contendrá los lineamientos oficiales que guiarán las acciones de gobierno para los próximos seis años. Por los tiempos que se viven ante la pandemia del covid-19, la caída de la economía, la inseguridad existente, los problemas de la educación a distancia, entre otros temas, la planeación del desarrollo se convierte en un factor necesario para enfrentar con éxito la adversidad.
La planeación democrática como principio e instrumento de Gobierno, debe de rechazar los procedimientos autoritarios, los derroches económicos y abusos de poder. El plan debe evitar además la rigidez en sus acciones, siendo flexible en un marco de principios y propósitos claramente establecidos. Debe ser fundamentalmente cualitativo, con orientaciones generales fijas, y que señale claramente el compromiso del Estado para conducir a Sinaloa en una época donde campea la desconfianza y el temor a lo que viene.
Sinaloa requiere reforzar su autonomía para lograr la solidez de una sociedad bajo los principios de Estado de Derecho, garantizando la libertad individual y colectiva bajo sistemas integrales de democracia, rendición de cuentas, transparencia y justicia social. Para lograrlo se requiere congruencia del gobernante en turno, legisladores con la voz completa, autonomía del poder Judicial y de una mayor fortaleza interna, así como lograr la recuperación económica y una mayor participación social.
La línea estratégica denominada “transformación” propuesta por el gobernador, RUBÉN ROCHA MOYA, está encaminada a lograr verdaderos cambios en materia política, económica, en el aparato productivo, distributivo y en los mecanismos de participación social, con el fin de superar las insuficiencias y desequilibrios fundamentales existentes en la entidad.
La tarea que se tiene en Sinaloa es muy grande. Lo primero es atender la crisis que se vive en materia de salud, ya que los contagios por covid-19 siguen en aumento y el semáforo epidémico paso de verde a color amarillo; el tema es muy serio y debe ser encausado con mucha responsabilidad y sin poses populistas. Otro problema importante es la inseguridad pública, toda vez que la justicia y la seguridad son las bases para una convivencia armónica que abone al desarrollo económico de Sinaloa. El narcotráfico y la narcoviolencia deben atenderse en otro contexto, porque si se mezclan lo segundo afecta lo primero y se convierte en un platillo difícil de digerir. También urge proteger el empleo, atender las necesidades básicas, desarrollar tecnologías que impulsen la producción y otorguen valor agregado, mayor apoyo al sector agropecuario, etc.
En materia política, ROCHA MOYA debe poner orden en algunos municipios, respetando la autonomía municipal pero recordándoles que se trabaja en equipo, bajo los lineamientos de un Estado fuerte, con capacidad de dirección y con alta influencia social. Se necesita además un sector social que organice las actividades informales de la economía y fortalezca sus entidades productivas sobre bases duraderas de equidad y eficiencia, así como un sector privado con capacidad y disposición para responder con eficiencias los reclamos en la generación de empleo y oportunidades.
ROCHA MOYA y equipo deben empezar por transformar leyes y reglamentos en materia de transparencia, rendición de cuentas y mostrar como dejó “la casa” el gobierno de QUIRINO ORDAZ COPPEL, de otra forma se manda la lectura de que todo sigue igual.
Para lograr una gran transformación social en Sinaloa, además de voluntad política, se requiere de un programa integral de desarrollo económico y social exitoso; que los responsables de áreas de gobierno sean honestos y garanticen resultados positivos; así como una participación ciudadana más activa donde se involucren empresarios, instituciones educativas, medios de comunicación, colegios de profesionistas, organismos religiosos, jóvenes, comités de vecinos, padres de familia, etc. bajo una efectiva coordinación del gobierno federal y la participación integral de los municipios. Por supuesto sin descuidar la implementación de la agenda de riesgos y de impacto social.