Los años pasan y candidatos, gobernantes, dirigentes partidistas, legisladores, etc. Continúan con el mismo discurso de siempre prometiendo cambios y mágicas soluciones que nunca llegan. Al igual que sus antecesores, el soberano presidente de la república goza de amplísimos poderes. AMLO tiene tanta autoridad que puede elegir a su sucesor sin tener que consultar con ningún otro poder. Sin embargo, hay que tener presente que en torno a la sucesión presidencial del 2024 orbitan intereses de gran calado que pueden meter su cuchara, como nuestros vecinos del norte, grupos empresariales de gran poder económico, el crimen organizado, los poderes fácticos y una oposición que quiere retornar al poder.
Lo que se vive en Coahuila y el Estado de México (entidades donde mañana domingo habrá elecciones para gobernador) es un claro ejemplo de que el sistema político actual y el que nos gobernó en el pasado son enemigos de la soberanía popular, toda vez que sigue imperando el derroche de recursos públicos, el acarreo, la compra de conciencias, la confrontación, la falta de propuestas y los candidatos “a modo” que puedan ser manipulados por grupos de gran poder, impidiendo el sufragio efectivo libre de manipulación.
En el pasado todos hablábamos de “el tapado”, personaje que ahora se convirtió en “la corcholata”. Una vez proclamado el nuevo soberano, llámese CLAUDIA, ADÁN O MARCELO, tendrá que soportar una terrible “campaña” y recorrer todo el país ponderando el gobierno del presidente AMLO. En dicha campaña se escucharán numerosas peroratas y elocuentes discursos donde se le dará solución a todo, aunque al final no se solucione nada, al fin y al cabo México es bien aguantador.
Si la elección presidencial del 2024 la gana cualquiera de “las corcholatas”, el nuevo monarca recibirá del saliente las insignias del cargo en un acto solemne que puede culminar en la explanada de Palacio Nacional. En su discurso a la nación, el nuevo soberano-presidente, podría hablarnos de dignidad soberana y del rumbo que posiblemente tome el país en materia política, económica y social durante su sexenio.
El nuevo presidente agradecerá al pueblo de México “que lo haya elegido”, se comprometerá a combatir la corrupción, la pobreza, la inseguridad pública, a ser respetuoso de la ley, impulsor de la democracia y hará un llamado a la unidad nacional. Seguramente también se lamentará de tener que llevar una carga tan pesada como es el gobierno de una nación en proceso de integración, prometerá defender los principios más caros de la 4T e invitará a emular las ideas de los héroes de las tres últimas transformaciones.
Pero antes de todo esto, habrá que valorar las posibles rutas políticas que podría tomar la sucesión presidencial. ¿Qué pasará si MARCELO EBRAD no es elegido candidato presidencial de MORENA? ¿Se disciplinará como lo hizo en el pasado o se unirá a la oposición? ¿Qué papel jugará el gobierno de Estados Unidos en materia sucesoria?.
Indudablemente los presidentes de México siguen practicando el paternalismo del pasado con programas sociales que solamente se maquillan y cambian de nombre, pero continúan siendo usados como carnada electoral.
Los presidentes de la república, no solo se han mostrado como partidarios ardientes del engrandecimiento de la economía o como defensores de la soberanía nacional, sino que siempre se dicen dispuestos a servir como tutores o protectores de “las clases menos favorecidas”. A este benévolo paternalismo, no exento de rasgos negativos, se le denomina “populismo”. Mientras que en la otra esquina política-electoral el PRI, PAN, PRD, MC y otros, son como fuegos artificiales que solo dejan humo y mal olor.
REVOLTURA POLÍTICA
Es tan pobre la democracia existente en el PRI, que su próxima dirigencia en Sinaloa llegó por el “dedazo” de ALEJANDRO MORENO. La designación de PAOLA GARATE y BERNARDINO ANTELO, marca un rompimiento de la dirigencia del tricolor con QUIRINO ORDAZ COPPEL. Muy buen olfato el del periodista JAVIER CALDERÓN, quien desde el pasado mes de abril pronosticó la llegada de estos personajes a la dirigencia del PRI. Ahora habrá que seguir la huella de los priistas que se sientan desairados o desplazados y que seguramente buscarán la sombra de MORENA o del Verde Ecologista partido del que procede QUIRINO. . . Tan mal andan los liderazgos en Sinaloa, que MARIO LÓPEZ VALDEZ quiere ser candidato a Senador o Diputado. ¿Tan pronto se le olvidó el saqueo que sufrió Sinaloa durante su administración?, ¿Cinismo, frivolidad o afán de poder?