Los intereses que se viven en la democracia y en las campañas electorales son muchos y muy diversos. Existen obstáculos para una verdadera democracia como la pobreza, la falta de desarrollo social, la división de la sociedad, la falta de una buena educación, así como los intereses que representa la delincuencia organizajda que aporta recursos, amenaza e impone candidatos.
Hay campañas electorales disfrazadas de transparencia y rendición de cuentas, donde los favores y apoyos se tienen que pagar cuando se llega al cargo. Se otorgan candidaturas a grupos de gran poder político-económico, mismos que tienen la posibilidad de influir en algunos medios de comunicación para manipular conciencias. Estos vicios y costumbres no se combaten con caravanas de vehículos, ni con discursos que se asemejan a fuegos artificiales, tampoco con guerras sucias que alejan a los votantes de las urnas, y mucho menos haciendo promesas de cambio, que no se cumplirán.
No hay minuto que no circulen en redes sociales, videos, mensajes o fotografías de profetas de plástico que se ofrecen como salvadores del mundo, señalando y acusando a otros de todos los males existentes en el país; y esos santones nunca cuestionan a los que impulsan y que son convertidos en santos de su devoción pero que utilizan una doble cara y brincan de un puesto a otro extraviados en ideologías trasnochadas.
De la explosión de conciencias que se dio con el movimiento estudiantil del 68 al gobierno del presidente LÓPEZ OBRADOR, han pasado muchas cosas. Como sociedad necesitamos alcanzar la mayoría de edad cívica y moral. Necesitamos exigir mayor democratización, equidad e igualdad.
Tenemos que cambiar esa sociedad dispuesta al espectáculo, que convierte los procesos electorales en temporadas de cosechas económicas, ofertando falsas lealtades y sumisiones que se terminan cuando se acaba el poder. Nuestra sociedad es muy diversa. En ocasiones inteligente, otras veces dominada, resignada, confundida y generalmente a la espera de que le resuelvan todos los problemas con solo estirar la mano, callando, aplaudiendo o regalando un voto sin pensarlo. Tenemos un sistema electoral que también solo defiende sus intereses y que permite el dedazo.
En la actualidad la izquierda mexicana está drenada por el sectarismo y el poder en manos de su líder moral ANDÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR, a varios de ellos los mareó el poder, se creen puros ideológicamente y como tribus se convierten en caníbales al devorarse unos con otros. Tal vez por ello, la tarea de RUBÉN ROCHA MOYA es convencer, unir y destruir obstáculos que impidan que en Sinaloa aterrice y gobierne la 4T. En ROCHA MOYA hay madurez experiencia y solidez para lograrlo. En el Partido Acción Nacional el objetivo es retornar al poder sin que importe cómo o con quién, perdiendo con ello sus valores, su ideología y la confianza de muchos ciudadanos que lo miran como un partido que solo va por las migajas que van dejando los de enfrente.
El PRI se encuentra envuelto en una maraña de intereses donde algunas de sus figuras son asiduos clientes de despachos de abogados por denuncias de actos de corrupción y lavado de dinero. Otros usan el fuero legislativo para evitar comparecer en la Fiscalía General de la Nación, por ello se siguen cotizando muy alto las candidaturas legislativas en lo federal y local. Si MARIO ZAMORA quiere ganar la elección, tendrá que convencer que es diferente a los demás. No la tiene fácil, pero tiene con que salir adelante.
Son tantos los partidos en México, que se arropan unos con otros en una forma de verse menos vulnerables ante los señalamientos de corrupción de muchos de sus dirigentes y socios temporales; sirven además para dividir el voto y cachar las inconformidades sociales, sin darnos cuenta que caemos en sus trampas al convertirse en embudos de lo mismo. No es fácil entender el mundo actual, tampoco al ser humano que tiene altas y bajas. En lo político se juega al gato y al ratón, donde los ratones andan sueltos, disfrutando comida y casa, mientras que el gato se encuentra encerrado, con tapabocas, guardando sana distancia por temor a contagiarse de covid-19. Sin que llegue la vacuna que podría salvarle la vida.
¿Las condiciones sociales han cambiado de forma radical. Tomar acuerdos como sociedad se nos dificulta ante tantos intereses políticos y económicos, medio social y cultural que nos divide. Aun así, vale la pena luchar por los cambios que añoramos como sociedad. ¿Quiénes serán el mejor conducto para lograrlo? ¿Los candidatos de la coalición PRI, PAN y PRD, con MARIO ZAMORA; MORENA con RUBÉN ROCHA MOYA, existirá un milagro para favorecer al PAS de HECTOR MELESIO CUEN OJEDA o a Movimiento Social con SERGIO TORRES? No hay que olvidar que es la sociedad quien tiene la última palabra.