En política, los sentimientos revanchistas están llevando al país a un precipicio de grandes dimensiones, la población más vulnerable de México sigue pagando los platos rotos ante la lucha que se vive por el poder. Muchos de nuestros gobernantes buscan proteger sus intereses personales o grupales, dividiendo, cobrando facturas de agravios y desencuentros personales, económicos y políticos. La apatía ciudadana, el fanatismo, la pobreza y el cinismo nos hacen generar y solapar malos gobiernos. Hoy, como ayer, nuestra clase política busca la manera de mantenerse en el poder, mientras el país camina al revés en economía, salud y la inseguridad pública golpea sin piedad diversas regiones del país.
El proceso electoral del 2021 es una prioridad en la agenda del Presidente de la República. Estarán en juego 15 gubernaturas y 500 curules federales, así como muchas alcaldías y diputaciones locales. El Presidente LÓPEZ OBRADOR, se juega el todo por el todo en la elección del año entrante, cuenta con el control de instituciones públicas federales, bastos recursos económicos y apoyos sociales que reparte a los más pobres del país. Mientras que algunos amigos y compadres hacen negocios al amparo del poder.
Los partidos de oposición a MORENA tienen a su favor el descontento popular que se ha generado por las medidas radicales de un gobierno que ha desmantelado instituciones públicas, que a veces no escucha ni comprende la realidad que se vive en el país; pero que aun así sigue el proyecto de transformar y limpiar la casa por los desaseos que dejaron los gobiernos de FELIPE CALDERÓN y ENRIQUE PEÑA NIETO. El presidente sigue sin entender que un gobierno se fortalece con la confianza ciudadana, con trabajo armónico, unión y buenos resultados.
Si quieren ganar las próximas elecciones, los partidos políticos deben modernizarse y abrirse más a la sociedad para permanecer como mayoría. Las coaliciones electorales han demostrado que son buenas para ganar elecciones pero malas para gobernar. En Sinaloa se tuvo un claro ejemplo de ello con MARIO LÓPEZ VALDEZ, quien logró ganar la elección a gobernador bajo la coalición “con MALOVA de Corazón por Sinaloa” arropado por Acción Nacional, PRD, y Convergencia, pero su administración dejó muy mal sabor de boca en la ciudadanía.
A 18 meses de gobierno, el presidente ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR, no puede desplegar las velas al viento y pensar que el poder es absoluto. Gobernadores del PAN, el independiente de Nuevo León JORGE RODRÍGUEZ CALDERÓN, y el de Jalisco ENRIQUE ALFARO, así como líderes de diversas cúpulas empresariales, han estado recordando que el proceso electoral del 2021, es la oportunidad para limitar y ponerle contrapesos al poder presidencial, y el mejor instrumento para lograrlo, es ganarle al presidente en las urnas el poder legislativo federal.
A la oposición le sobran argumentos para descarrilar al tren de la 4T. El deterioro de la economía, la pérdida de empleos, la forma de contrarrestar los daños que deja el covid-19, la falta de inversión privada, la terquedad presidencial de seguir con el proyecto de la refinería dos bocas, el tren maya, el aeropuerto de Santa Lucia, la violencia, el incremento de la gasolina, entre otras cosas, dan a partidos políticos y sectores opuestos al presidente LÓPEZ OBRADOR, el material suficientes para abrir un gran boquete electoral a MORENA que repercutiría a corto plazo en la forma y estilo de gobernar del presidente.
México seguirá dividido por la clase política aprovechándose de la pobreza existente; del temor al covid-19; porque hay Estados pintados de rojo, naranja y verde; por conflictos políticos- económicos de conservadores contra liberales; pobres contra ricos; ciudadanos que luchan por la paz y los que le apuestan a la violencia; y sobre todo por un Presidente que se le va el tiempo en conferencias mañaneras y viajando en líneas aéreas comerciales. Mientras que las prioridades del país se dejan para después de las elecciones, siempre y cuando haya tiempo, porque hay que prepararse para la sucesión presidencial.
En Sinaloa, el proceso electoral toca puertas, acelera inquietudes y son muchos los apuntados que quieren suceder a QUIRINO ORDAZ COPPEL, todos y cada uno de ellos, primeramente tendrán que medir posibilidades, capacidades, lealtades, recursos económicos y apoyos diversos. JAVIER LIZARRAGA, ALFREDO VILLEGAS, GERMÁN ESCOBAR, AARÓN IRÍZAR, SERGIO TORRES, MARIO ZAMORA, JUAN ALFONSO MEJIA, MANUEL OSUNA, JESÚS VALDEZ, CARLOS GANDARILLA y JESÚS VIZCARRA (este último se cuece aparte, al ser harina de otro costal), son algunos de los mencionados.
Por MORENA y aliados se escuchan los nombres de RUBÉN ROCHA MOYA, IMELDA CASTRO, GUILLERMO BENITEZ, MANUEL GUILLERMO CHAPMAN MORENO y JESÚS ESTRADA FERREIRO. No hay más, salvo que exista un milagro político, y esos, son muy difíciles en estos tiempos. Por otros colores, se reflejan HECTOR MELESIO CUEN OJEDA, HERIBERTO FELIX, JUAN CARLOS CASTAÑÓN y GERARDO VARGAS LANDEROS
En México se han venido consolidando las coaliciones entre partidos nacionales y locales. Seguramente en el proceso electoral del año entrante habrá varias, en ellas no cuentan ideologías o proyectos de gobierno, el objetivo es repartirse el poder: derecha con izquierda, evangélicos con ateos, etc. Todos dicen que es por servir a México o a su Estado ¿será verdad?