No cabe duda que el mundo entero está metido en grandes convulsiones en materia de salud y política. En esta última se pierden formas y se hace de todo por obtener poder político y económico. En Sinaloa tenemos una lucha por el poder en todos los sentidos, estamos viviendo una contienda donde se pretende que la 4T llegue al gobierno del Estado y eso inquieta al sector empresarial, quienes desenterraron el hacha de guerra y en su mayoría ofrecieron su apoyo al candidato de la coalición “Va por Sinaloa”. Mientras que los partidos políticos se unen de acuerdo a sus intereses y conveniencias sin que importen ideologías.
Por su parte la sociedad sigue preguntándose para cuándo se verá el crecimiento económico del país, cuándo se resolverán los problemas del campo, pesca, inseguridad pública, altas tarifas de CFE, combustibles y el gas. ¿Hasta cuándo tocará fondo la impunidad y la corrupción? Ya es tiempo que los partidos políticos y sus candidatos ofrezcan campañas de nivel, propositivas, sin campañas negras y con verdaderos liderazgos.
El gobierno de QUIRINO ORDAZ COPPEL, ya está contra reloj, el tiempo se acaba. Además después de la elección, su tranquilidad política dependerá de si meten o no las manos en el proceso electoral y de “asear la casa” en su administración pública. Por lo pronto está obligado a nadar de muertito, evitando con ello atraer reflectores que están en manos de otros y que no querrán soltar.
Pasando la elección del 6 de junio tendremos gobernador electo, se desatará el futurismo para la sucesión presidencial del 2024 y quien asuma el destino del Estado tiene que prepararse para ello pues no será tarea fácil, mucho menos si es oposición al partido en el poder federal por aquello del presupuesto y proyectos que impulsen la economía, el turismo y las grandes obras pendientes.
El nuevo gobierno también enfrentará el cambio estructural que involucra todo un proceso que toma tiempo en materializarse, por ello en las campañas no deben ofrecerse irresponsablemente obras o programas que tienen que reorientarse, planearse y reordenarse para restablecer equilibrios fundamentales que han sido afectados por la pandemia, por el rápido proceso de urbanización y crecimiento poblacional. Es necesario crear los equilibrios que no han podido materializarse por retrasos no superados, por la desigualdad social, ineficiencia de presupuesto o falta de planeación y visión de los gobernantes.
Quienes buscan llegar al gobierno del Estado deben de comprender que una cosa es ser candidato y otra muy diferente es gobernar con justicia, equidad de género y respeto a los derechos humanos, enfatizando aspectos sociales y redistributivos del crecimiento, ampliando la atención de las necesidades básicas, generar empleos, mejorar la economía e incrementar el grado de integración a través del desarrollo selectivo de la industria de bienes de capital y cuidando el medio ambiente.
También tendrá como tarea, adaptar y desarrollar tecnologías y ampliar la capacitación para impulsar la producción y la productividad. Brindar todo su apoyo a un sector agropecuario para que mejore los niveles de vida y participación social en el medio rural y asegurar los alimentos básicos de la población. Otorgar seguridad a la población que gobierna, mejorar los intercambios del sector agropecuario con el resto de la economía y promover un sistema justo en la comercialización de productos del campo para reducir el intermediarismo excesivo entre la producción y consumo.
Movilizar y atender en el marco de fortalecimiento del Pacto Federal y del municipio libre, la participación de la comunidad en el desarrollo regional y no convertirse en empleado del Presidente de la República en turno. Y lo más importante, al término de su responsabilidad salir con la frente en alto y con las manos limpias ¿se podrá o es mucho pedir?
El plan de gobierno por venir debe evitar rigideces numéricas inamovibles y difíciles de precisar en tiempos de incertidumbre económica. La situación actual exige flexibilidad con proyectos de gobierno claramente establecidos y no ocurrencias irresponsables de campañas electorales. Por ello, el plan a realizar por quien gane la gubernatura y alcaldías debe ser bien pensado, analizado y planeado.
Un plan de gobierno que sirva para construir una sociedad con principios, derechos y valores, garantizando libertades individuales y colectivas bajo un sistemas integral de democracia y condiciones de justicia social, y para ello se requiere como ingrediente principal la confianza en el gobernante, fortalecernos en lo interno con unidad y participación de todos, sin colores partidistas, y dando nuestra espalda a la mediocridad.