México enfrenta grandes desafíos en diferentes ámbitos, por ello, es tiempo de hacer un alto en el camino y realizar un balance sobre lo hecho y lo que falta por hacer. Como sociedad tenemos grandes desafíos por resolver con la participación de todos, gobiernos actuales y otros que habrán de venir. Es impostergable abatir miseria y desigualdades. Rezagos ancestrales que no se han superado. La crisis y la pandemia del covid-19, han multiplicado los reclamos; hay demanda de hospitales, medicamentos, vivienda, agua potable, escuelas, empleo y seguridad. La tarea de los tres niveles de gobierno es impedir que se ensanche la distancia entre el precepto legal de justicia y lo que se vive.
Es tiempo de hacer a un lado espejismos electorales y aterrizar en la realidad de un país con 130 millones de habitantes que requieren salud, alimento, agua, trabajo y condiciones dignas para vivir con democracia, libertad y seguridad. Nada de esto se resolverá por decreto, mucho menos con discursos, tampoco con consultas ciudadanas disque para enjuiciar a los expresidentes. El pueblo ya señaló y sentenció a los expresidentes como culpables de la crisis que se vive, de alentar la impunidad y ser cómplices de la corrupción.
El gobierno del Presidente LÓPEZ OBRADOR, debe mostrar visión y tenacidad para sanear las estructuras económicas y generar un ambiente que permita mayor crecimiento, limitando el costo social de la crisis, evitar el menor daño posible en materia de salud y abrir los ojos a la realidad que se vive: México pasa por una etapa difícil en lo Económico, político y social.
Sin duda se requieren esfuerzos adicionales para impulsar y consolidar la obra económica donde empresarios y gobiernos vayan de la mano, para que sean generadores de empleo y juntos fortalezcan un modelo económico solidario.
La austeridad republicana que puso en marcha el Presidente, no será lubricante suficiente para avanzar, se requiere además eficientar el servicio público, eligiendo correctamente en que se va utilizar el presupuesto del 2021, así como una transparente rendición de cuentas. También se necesitan hombres y mujeres puestos, dispuestos y experimentados en la tarea pública encomendada.
México, requiere bases, para adaptar al Estado a la velocidad del cambio de la dinámica social actual. Es necesaria la consolidación de un sistema fiscal más eficaz, equitativo y justo. Una reforma fiscal eficiente, moderna y transparente. En los próximos años se necesitarán esfuerzos adicionales para impulsar la obra económica en marcha por empresarios y gobierno.
No se debe olvidar que los gobiernos ganan su autoridad por respeto y confianza ciudadana. Un presidente responsable, sabio y justo, es aquel que logra impulsar a las instituciones bajo el esfuerzo colectivo de acción orientadora para construir y no destruir, sin caer en la tentación neo populista. Un gobierno respetado, es el que logra reducir los abismos entre los que tienen todo y los que legítimamente reclaman un mejor bienestar. Un gobierno justo, es aquel que recupera el crecimiento económico a partir de una estrategia que simultáneamente permita que se incremente el ingreso individual y se mejore su distribución social, y no un presidente de ocurrencias, sin planeación y que siempre culpa al pasado.
EL CAMPO SINALOENSE Y SU REALIDAD.
El panorama agrícola en Sinaloa presenta una dicotomía en la que es posible distinguir una agricultura comercial y otra de subsistencia. Los factores que han determinado esta situación son diversos: la insuficiencia de los recursos destinados a la producción de granos, los altos costos de insumos como semillas, insecticidas, fertilizantes, diésel, etc. Mientras que la comercialización de productos como el maíz, siguen en caída libre. La zona de los altos de la entidad, está en peores condiciones pues su siembra es de temporal y sus pobres beneficios dependen de la lluvia.
Sinaloa también es un gran productor de mango y hortalizas que se cotizan en dólares. Esta situación del sector agrícola sinaloense ha llevado a los gobiernos a asumir compromisos que a veces se respetan y otras veces quedan en el olvido o a la espera de nuevas campañas políticas, donde los reclamos suben de tono y todo sigue igual.
Leyes, decretos y organismos en materia agraria nacen y mueren, se habla de organización, planeación, fomento a la producción agrícola de financiamiento justo y barato. Se han multiplicado esfuerzos en la construcción de infraestructura agrícola, canalizando volúmenes de recursos financieros públicos y privados al campo. Hoy, los hombres del campo sinaloense, siguen a la espera de que el presidente LÓPEZ OBRADOR, se ponga la camiseta del campo, la sude y viva la realidad de lo que pasa con los productores sinaloenses. Por lo pronto, partidos políticos y futuros candidatos, tendrán que pensar propuestas y compromisos que puedan cumplir y no se conviertan en un engaño más en sectores como el agrícola.