El proceso electoral 2023-2024 es una buena oportunidad para que la sociedad encause el rumbo del país, el voto es un instrumento de poder que permite accionar sin lamentar. No es posible que una sola persona, llámese presidente de la república o gobernador en turno, decida caprichosamente en que gastar el presupuesto de cada año, y este termine en obras faraónicas que solo sirven de lucimiento personal.
A nivel federal, el Presidente AMLO creo bancos del bienestar con el propósito de entregar recursos sociales en forma directa, sin planeación, transparencia, organización y estructuras de calidad. También le dio vida a la empresa Mexicana de Aviación, como si fuera especialista en la materia, y que decir del poder que le otorgó a las fuerzas armadas.
El Presidente busca concluir cuatro proyectos estratégicos sin mucha planeación y sin que importe el presupuesto que cada uno de ellos consumirá: la Refinería Dos Bocas, el Corredor Transistmico, el Tren Maya y el Aeropuerto Felipe Ángeles. Herencias de un sexenio donde se despachó con la cuchara grande sin tener contrapesos que limitaran ambiciones personales. Con los recursos destinados a estas obras, se podía haber hecho grandes mejores a los sistemas de educación, salud, apoyo al campo y servicios como drenaje, agua potable, alumbrado público, etc. que tanta falta hacen.
En materia de seguridad es mucho lo que se dice y pocos los resultados que se obtienen, a pesar de que se puso en manos de las fuerzas armadas este tema tan delicado, sin valorar las consecuencias. Por otra parte, el poder legislativo y el judicial no deben estar sujetos al capricho de hombres o mujeres que pierden el piso, sufren mareos de poder y sienten que son los dioses sexenales.
Por el momento la popularidad del presidente es aceptable, pero no hay que olvidar que esta es volátil y todo cae por gravedad. Quien resulte triunfador en la elección presidencial del 2024 deberá estar sujeto a lo que marca la constitución, desterrando abusos del pasado, respetando libertades y derechos ciudadanos. CLAUDIA SHEIBAUM, XOCHITL GALVEZ o quien resulte triunfador en la elección de Junio del 24, deberá ser un presidente o presidenta democráticamente fuerte, no autoritaria, firme y enérgica; no dura ni atropelladora de los ciudadanos, pero si eficaz y con ágil respuesta a la demanda popular. También es necesario que los poderes Legislativo y Judicial asuman su autonomía y se mantengan en equilibrio con el poder Ejecutivo. Quien debe mandar es la sociedad y no el presidente de la república en turno.
En los últimos años, las condiciones de vida de la mayoría de los mexicanos se ha demeritado por diversas causas, los servicios de salud y educación no son como los deseamos, mucho menos como lo han prometido candidatos y gobernantes; las instituciones públicas han perdido el dinamismo y el respeto social y algo se tendrá que hacer al respecto. La carencia del orden ha propiciado que se genere impunidad y corrupción.
Es impostergable abatir miseria y desigualdades, rezagos ancestrales que no se han superado. La crisis en seguridad, economía, salud, educación y familiar ha multiplicado los reclamos. Las campañas político-electorales por venir seguramente repetirán los guiones del pasado donde se levantará la voz, se exigirá y se harán promesas de un mejor mañana. También se escucharán las quejas de los que se sienten vulnerables e indefensos ante los abusos de alcaldes que buscan su reelección sin darse cuenta que sus alforjas van cargadas de corrupción.
El gobierno de RUBÉN ROCHA MOYA debe mostrar visión, valor histórico y tenacidad para impulsar a un Estado al que le está quedando a deber en dos años de su administración. Dos años con un bajo crecimiento económico, mucha inseguridad y un alto grado de polarización política. Si el señor gobernador quiere evitar que esto, entre otras cosas, genere un daño irreversible debe hacer una pausa en su camino y marcar rutas de cordialidad y tolerancia política. En los cuatro años que le restan a su administración requerirá, sin duda alguna, el mayor de sus esfuerzos y un mejor equipo que lo ayude a gobernar.