Los gobiernos en sus tres niveles, sin que importe color o ideología política, buscan resolver un sinfín de problemas que se padecen en el país, aunque muchas veces ellos sean generadores de gran parte de los mismos, además, se ofrecen como especialistas en temas de salud, educación ecología, combate a la pobreza, economía, ciencia, tecnología, agricultura, equidad de género, derechos humanos, seguridad, etc. Generalmente los cargos públicos son ocupados por personas sin ética y sin capacidad que se convierten en barreras que impiden construir el Estado mexicano que todos deseamos.
Ejemplos de lo que NO debería ser, hay por todas partes: empecemos por PEMEX, donde el director es un agrónomo; además de 15 prospectos dados a conocer por el Presidente AMLO para ocupar un cargo en el servicio exterior como cónsules o embajadores, sobresalen dos exgobernadores carentes de experiencia diplomática y quienes dejaron un gran desorden financiero en las entidades que gobernaron, ellos son CLAUDIA PAVLOVICH de Sonora y MIGUEL AYSA de Campeche, mientras que QUIRINO ORDAZ COPPEL, propuesto a la embajada en España, le pone sabor al caldo generando opiniones encontradas.
México, debe promover más allá de sus fronteras, iniciativas políticas que configuren un entorno más favorable para la nación en materia turística, comercial, económica y de servicios que favorezcan el bienestar en todos los sentidos. La política exterior debe ser activa y de calidad, por ello debe estar a cargo de especialistas en la materia y no convertirse en refugios de políticos que arrastran fantasmas de descrédito.
No se puede negar que la atención y respuesta que ha dado el gobierno a la pandemia del Covid- 19 no ha sido la mejor, ya que este tema se minimizó, se politizó y se alejó del área científica a pesar de ser de orden mundial. El semáforo de salud ha sido manejado a conveniencia y en materia educativa se hicieron evidentes las carencias y los atrasos en que se encuentran las escuelas, que sigue siendo rehén de intereses de grupos políticos o sindicales.
El Gobierno debe ser vinculante de los sectores de la sociedad (que finalmente es quien paga su operatividad vía impuestos) por lo que está obligado a colocar en puestos de responsabilidad a expertos en la materia, Sin embargo, sigue dando tumbos, gastando recursos en proyectos que no dan resultados e invirtiendo recursos públicos en obras faraónicas que terminan como elefantes blancos, claro ejemplo el nuevo teatro y el CUM de la ciudad de los Mochis.
La Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) dio a conocer que en México existen 35 millones de mexicanos que padecen escases extrema del vital líquido. 43 millones tienen baja disponibilidad y 15 millones no tienen acceso al agua potable. En Sinaloa, la mayoría de las juntas de agua potable están muy endeudadas, arrastran señalamientos de corrupción, son refugio político y se encuentran secuestradas por sus sindicatos.
El bajo nivel de agua de las presas, está obligando a que en algunos distritos de riego se restrinja el agua para nuevos cultivos del ciclo primavera-verano, en tanto que los productores de frijol están malbaratando sus productos al estar obligados a pagar créditos que se pueden encarecer; los productores de maíz, siguen con la esperanza de lograr buenos precios de comercialización; hay ausencia de liderazgos, el corporativismo desapareció y el sector agrícola anda al garete. Mientras que el equilibrio ecológico y la protección al medio ambiente solo se manejan en discursos, ¿Qué nos está pasando?
La Constitución de 1917 abrió un amplio horizonte al desarrollo político e institucional. El texto constitucional marca libertad e igualdad para el ejercicio de una vida democrática libre de intereses personales y de visión sobre lo que deseamos ser. Gran parte de los gobiernos que se han tenido en el país, han sido espectaculares, demagógicos y salpicados de corrupción. Olvidando que una de sus principales obligaciones es ser vinculantes con la sociedad, generar planes a largo plazo y dar buenos resultados de gobierno.
La sociedad rechaza la demagogia, la mentira y la confrontación pública. Sin embargo, por lo que se vive en municipios como Culiacán, parece lo contrario. Mientras que en el medio político es tanta la desesperación de muchos actores que viven de esta actividad que buscan atraer la atención de quien gobierna la entidad y se dicen “Morenistas” cuando en la práctica son multicolores.