Algunas de las principales tareas que tendrá el próximo gobierno encabezado por RUBÉN ROCHA MOYA, será garantizar la gobernabilidad para establecer el orden y la convivencia social e impulsar la productiva y sacar adelante los indicadores económicos. Es necesario que con datos duros se nos diga cómo estamos en cada rubro y que nos corresponde hacer como sociedad. Se avecinan problemas sociales fuertes que tendremos que enfrentar como el cambio climático y sus efectos, así como buscar la mejor salida para la pandemia del covid-19.
Ante las políticas impuestas por el gobierno de la 4T y los acuerdos con nuestros socios comerciales (Estados Unidos y Canadá) las políticas migratorias y el combate al crimen organizado cambian las reglas del juego y Sinaloa podría ser uno de los Estados más afectados después de las entidades fronterizas. Los sinaloenses hemos sabido innovar respuestas a diversos retos de nuestro tiempo, pero aún hay muchos rezagos por resolver.
En el aspecto electoral, no termina una elección cuando ya estamos montados en otra. Se pierde tiempo, se invierten sumas millonarias y nos dividimos como sociedad al vivir en el teatro y la especulación donde la politiquería está a la orden del día. Cuando lo ideal sería usar nuestro tiempo en la participación ciudadana para enfrentar los grandes retos que tenemos.
Justicia y seguridad son las áreas que mayor peso deberían tener en el escenario sinaloense. Sin duda es donde se requieren resultados a corto plazo con acciones prontas y expeditas. La sociedad reclama una y otra vez que retorne la paz y la justicia. Es necesario decir NO a ocurrencias o programas que surgen al vapor donde se invierten sumas millonarias y no se ven resultados.
La crisis hermanada con la pandemia del covid-19 han impuesto una caída tan severa en los niveles de vida de la población sinaloense que los años por venir obligan a los gobiernos a ser austeros, responsables y honestos. Estirando la cobija presupuestal lo más posible para que arrope a todos, principalmente a los más pobres y necesitados.
Durante años, sociedad y gobierno han realizado un esfuerzo solidario, tenaz y con continuidad de propósitos, cayendo y levantándose entre presiones, crisis, olvido y marginación que no han permitido la solución de nuestros problemas al ritmo que se hubiera deseado. Además, cada final de sexenio surgen nuevos ricos amparados en la impunidad y los favores que brinda el gobernante en turno. En este sexenio estatal que está por iniciar, RUBÉN ROCHA MOYA, tiene la oportunidad de demostrar que es diferente en estilo y forma de gobernar.
A ROCHA MOYA, el bono democrático que posee (apoyado en un marco de planeación y acuerdos sociales) le permite desarrollar un programa económico que refleje la magnitud de la tarea de saneamiento y reconstrucción de un Estado que necesita la mano de obra de todos. Que dé certeza en la inversión bajo un esfuerzo sostenido. Con cambios estructurales, redefinición del sector público, atendiendo áreas estratégicas y prioritarias encargadas al Estado, en un marco de estricto control del gasto público y de justicia social.
El progreso material de la sociedad debe entenderse como resultados en materia de calidad en sectores de salud, educación, alimentación, empleo, vivienda, servicios públicos y un medio ambiente sano que evite la contaminación de ríos, mares, bosques y aire. El calentamiento global, nos guste o no, es responsabilidad de todos. El cambio climático mundial se encuentra en semáforo rojo, así lo dicen los científicos y otros conocedores del tema. Es generador de huracanes, terremotos, sequias y devastaciones que también dejan perdidas económicas, luto, dolor y muerte.
Sinaloa, no está al margen de lo que pasa en otras regiones del mundo. Esta es una crisis que no se detendrá con buenas intenciones. Es imperativo actuar para abordar la crisis del cambio climático donde la acción es de todos y la palabra para encausar programas, leyes y reglas claras son de los gobiernos en sus tres niveles.