Los efectos económicos, políticos y sociales que va dejando la pandemia de Covid-19 son muchos, y para contrarrestar sus efectos tenemos que ser fuertes, austeros, organizados, exigentes y disciplinados. La industria Automotriz ha sido motor de la economía y generadora de miles de empleos. Esta industria de gran peso, tanto en lo interno como en lo externo por la exportación de sus productos, está siendo minada por el Covid-19, por la escasez de semiconductores y componentes electrónicos así como por la baja capacidad de compra de sus clientes que ven mermados sus ingresos por los índices de inflación. Esta industria también enfrenta competencia desleal en sus ventas por el decreto presidencial para legalizar vehículos (chocolates) provenientes ilegalmente de los Estados Unidos de Norteamérica.
Bien para quienes son poseedores de un vehículo de procedencia ilegal que podrán regularizar para circular de manera segura. Sin embargo, este problema se ha convertido en un círculo vicioso que crece y rebasa a la autoridad en turno. Ojala que al cerrar el plazo de regularización vehicular en México, el SAT y las autoridades competentes terminen con la impunidad y prohíban la circulación de estos vehículos que andan sin placas, con vidrios obscuros y sin pagar impuestos.
México se ha convertido en el país de la corrupción. Aduanas, policías de la guardia nacional, municipales, agentes de tránsito, etc. ven incrementados sus ingresos gracias a “las mochadas”. De seguir la tendencia populista de jalar la cobija hacia un solo dado ¿Cuál será el comportamiento del sector privado?
En materia política también se viven momentos de estira y afloja, la cuarentena obligada por el Covid-19 dio tiempo suficiente a la sociedad para valorar gobiernos, partidos y organizaciones políticas. Es obvio que a nivel nacional el primer orden de poder es el presidente de la república, quien en sus acostumbradas conferencias mañaneras se dedica a etiquetar a “los buenos y a los malos”, mientras que el gabinete presidencial solo está sentado como ambientación, esperando la foto pero sin voz ni voto.
Las Cámaras de Diputados y Senadores con sus respectivos liderazgos, buscan sacar avante reformas constitucionales como la eléctrica, electoral y la de la guardia nacional. Iniciativas que siguen sin convencer a las mayorías y será responsabilidad de los legisladores aprobarlas o no. Correlacionados están los partidos políticos nacionales que luchan y hablan de cambios, de planes de gobierno, mientras desacreditan y se autonombran como los mejores, a pesar de que siguen siendo guaridas de exservidores públicos que se enriquecieron gracias a la impunidad y a la corrupción. Mención aparte merecen los medios de comunicación electrónicos como Televisa, Azteca y otros que actúan como grupo de poder y destrucción de imágenes.
Existen otros entes fácticos como el narcotráfico, los grupos religiosos y el magisterio. Este último se significa por su poder territorial, por su organización y por tender puentes políticos con quien mejor le convenga. La percepción ciudadana está dividida en tres bandos: los que siguen ciegamente los postulados que marca el presidente LÓPEZ OBRADOR, quien según diversas encuestas ha bajado su aceptación ciudadana, pero sigue como los buenos boxeadores lleno de moretones pero sin ser derribado por sus adversarios; en otro bando se encuentran los opositores a la 4T, quienes señalan, desacreditan y se mofan del presidente; en el tercer grupo se ubica la indiferencia, la apatía y el conformismo, donde da igual quien gobierne. De los tres grupos anteriores ¿Cuál se impondrá electoralmente en el 2024?
REVOLTURA POLÍTICA
El PRI sinaloense calienta motores rumbo a la designación de su nueva dirigencia, en este transitar vemos caras sonrientes y de frustración a sabiendas de que el tricolor está en cenizas y sin recursos económicos, donde sus principales figuras andan en las filas de MORENA haciendo méritos para lograr algún consulado o lograr candidaturas a diputado o regidor. . . Los alcaldes de la entidad deben entender que el dispendio y la corrupción son producto del exceso de reglamentaciones, duplicidad de dependencias y trámites burocráticos interminables; por lo tanto, la solución no está en crear más dependencias y secretarías sino en suprimir reglamentaciones y
dependencias innecesarias que solo han servido para colocar al amigo, socio o compadre.