Nada va más de prisa que los años, en la tierna edad de la infancia imitamos y deseamos ser adultos, a los veinte reina la voluntad de los caprichos, a los treinta se impone la grandeza del espíritu, a los cuarenta el juicio de la madurez nos hace un llamado de atención, a los cincuenta la seriedad con que tomamos la vida nos anuncia achaques y enfermedades que vendrán, a los sesenta arde la llama en nuestros ojos queriendo retornar a edades de la infancia y adolescencia. Al llegar a los setenta damos un grito de alegría por los años vividos, deseando cumplir más. El niño y los jóvenes valen mucho por su pureza y energía, los mayores por la experiencia que dan los años. Todos, sin importar edades, nos enfrentamos a un mundo diferente en costumbres y razón de ser.
La crisis económica y de Salud, provocada por la pandemia que afecta al mundo entero, nos hace un llamado de alerta para que reflexionemos sobre lo que se ha hecho y lo que se ha dejado de hacer. Por otra parte, el Covid 19 le ha hecho un gran beneficio a la naturaleza, ahora tenemos un cielo limpio y oxigenado; nuestras playas, ríos y lagos no padecen de la contaminación diaria; las aves nos alegran con su canto; los vehículos automotores dejaron temporalmente de ser ruidosos y las industrias no dañan el medio ambiente. El descuido, la irresponsabilidad del ser humano, la corrupción y la mala aplicación de las leyes nos han llevado al abandono y valemadrismo de un tema de vital importancia como es el cuidado del agua, la tierra y el medio ambiente.
En materia económica el reto será salir de la recesión en que nos encontramos, crecer en lo económico y acabar con las desigualdades sociales. Como sociedad, no podemos resignarnos a vivir permanentemente con la inflación. No puede aceptarse porque concentra el ingreso, desestimula la inversión, propicia la especulación, diluye el valor y se demerita la función de nuestra moneda. La inflación desestabiliza los precios reales de los bienes, acorta el horizonte del quehacer económico e imposibilita la planeación de las actividades.
En un entorno inflacionario, la actividad productiva se vuelve ineficiente, la economía se inhibe y se atrofia, el futuro se torna incierto y la misma convivencia social se deteriora. Hoy se escuchan voces en el país buscando consolidar el abatimiento de la inflación, generar crecimiento económico, más empleos e ingresos fiscales al Estado. La recuperación de un crecimiento sostenido sobre bases justas solo será posible manteniendo la confianza del sector privado en el gobierno y viceversa.
El reto es salir de la recesión, del estancamiento económico que padecemos como nación, pues lo que pasa actualmente no es el estado natural de nuestra economía. Los mexicanos rechazamos la fatalidad del demérito de nuestra vida económica, tenemos la capacidad, la voluntad y la fuerza para poder revertirlo. Ahora necesitamos que el Presidente ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR, apoyado en Gobernadores como QUIRINO ORDAZ COPPEL y los alcaldes de Ahome, MANUEL GUILLERMO CHAPMAN; Guasave, MARIA AURELIA LEAL LÓPEZ; Culiacán, JESÚS ESTRADA FERREIRO y Mazatlán, LUIS GUILLERMO BENITEZ, etc. Unidos con legisladores locales, federales, sector privado y social se conviertan en los impulsores de un crecimiento sostenido y responsable para atraer inversión externa, impulsar las exportaciones, generar infraestructura y convertirse en facilitadores de la expansión del mercado interno. Esto solamente se logrará, haciendo a un lado el burocratismo y utilizando una alta dosis de confianza, unidad y apoyos mutuos.
La inversión pública también es clave en la recuperación del crecimiento, no por su monto sino por su canalización estratégica hacia la ampliación de la infraestructura básica del país. La expansión global de la economía alcanzó su nivel más bajo desde la crisis del 2008-2009. El instituto de Finanzas Internacionales rebajó su pronóstico de crecimiento económico para Estados Unidos y China, el primero considerado nuestro mayor socio comercial reportó la mayor caída en la producción económica desde el 2008 y nos guste o no, nos arrastrará en su caída; China con un crecimiento del 4%, alejado de nuestro mercado, es considerado el más fortalecido en materia económica; Francia experimenta una contracción profunda; mientras que la Unión Europea desacelera su ritmo de crecimiento y anuncia diversas acciones para alentar su desarrollo.
El desempleo existente en el mundo entero, afecta también a México generando violencia, saqueos, robo de alimentos y otros productos. El Centro Nacional de Contingencia Covid 19, en el que participan mandos militares, de seguridad y salud, reportó que desde el 20 de marzo a la fecha se han denunciado 166 saqueos en 15 entidades del país, y lo que es peor, se cree que estos se acrecentarán y se sumarán a otros hechos generados por la delincuencia organizada, con robos domiciliarios, secuestros exprés, extorsión, etc.
Como país estamos enfrentando al Covid 19 con defensas económicas bajas, que apuntan a una caída libre y sin paracaídas. Urge establecer políticas públicas, reconstruir la confianza ciudadana, fortalecer las instituciones, reducir nuestras vulnerabilidades, lograr el bienestar de los mexicanos, saneamiento de los órganos de impartición de justicia, recomponer nuestros mercados financieros, encontrar orden y disciplina en nuestra economía. Además de llevar a la práctica el respeto y autonomía de los tres poderes de la Nación, para que el poder legislativo recupere credibilidad y confianza ciudadana. También urge recuperar la paz y tranquilidad perdida.
Es momento de que gobierno y sociedad, hagamos un esfuerzo solidario y tenaz, con continuidad de propósitos y congruencia de acciones para horas de incertidumbre como las que se viven en la actualidad. Ciertamente la pandemia del Covid 19 nos sorprendió y nos puso contra las cuerdas, pero juntos saldremos adelante y podremos avanzar hacia un destino mejor. ¿Quién se apunta?