FRANCISCO I MADERO aun con el triunfo, fue el gran perdedor de la Revolución Mexicana, porque México no fue el país democrático por el que luchó y dio su vida. El sufragio efectivo y la no reelección son letra muerta. Ahora cualquiera llega al poder, sin aportar a la democracia y no conforme con ello todavía buscan la reelección.
Difícilmente se puede hablar o analizar el proceso electoral del 2021 sin valorar el pasado y presente de los partidos políticos, gobiernos, poderes fácticos, candidatos y sociedad. Es interesante descubrir lo que esconde cada uno de los candidatos a los diferentes puestos de elección popular, ventilar lo que en realidad buscan, los intereses que los mueven y quien está detrás de cada uno de ellos.
Cuando LUIS ECHEVERRÍA y JOSÉ LÓPEZ PORTILLO llegaron a la Presidencia de la República provocaron un cambio radical en la forma de administrar y hacer política, se dijeron herederos y cachorros de la Revolución, a pesar de no haber ocupado ningún puesto de elección popular y mucho menos haber olido la pólvora como muchos de sus antecesores. Con ambos, arribó también el populismo, la frivolidad y la demagogia.
La bandera de la Revolución que enarbolaron muchos candidatos a la presidencia de la República, solamente tuvo la finalidad de mediatizar y captar votos utilizando el movimiento armado de 1910. Al ser un tecnócrata por los cuatro costados, MIGUEL DE LA MADRID le dio un vuelco a la forma y estilo de gobernar. Llegó a Palacio Nacional acompañado de una fauna de burócratas provenientes del Banco de México y de la Secretaría de Hacienda, Programación y Presupuesto. Fue a partir de entonces que se dio el cambio generacional en la administración pública y por consiguiente nació un estilo diferente de hacer política.
Nuestro país requiere de hombres de la talla de JOSÉ MARÍA MORELOS Y PAVÓN, hombre fundamental en nuestra historia, porque encarna la tensión entre el pasado y el futuro de México. Por un lado representa la profundidad religiosa, los conflictos sociales y étnicos; por otro, está la vocación por construir un país igualitario, libre, republicano y justo. BENITO JUAREZ es también un personaje fundamental. En Juárez y en la Reforma está la encrucijada de México. De ellos hay mucho que aprender y no solo tomarlos como banderas políticas.
Es difícil que México se sustraiga a una tendencia que está en todas partes. Es difícil que el sistema político que nos gobernó siga extrayendo su legitimidad del pasado como si no pasara nada y los actos de corrupción, abusos de poder e impunidad se borren de un día para otro. En el pasado, el hecho de que CALLES llegase al poder por medio de los votos, no era una condición importante; lo importante era que fuese General y que lo hubiese elegido ALVARO OBREGÓN. Su legitimidad provenía del hecho de que ambos eran revolucionarios. Ahora esa fuente de legitimidad es obsoleta y la Revolución Mexicana sólo se recuerda cada 20 de noviembre.
Actualmente la única forma de llegar legítimamente al poder es por medio de los votos, y eso lo tienen que entender todos aquellos que buscan un puesto de elección popular bajo la sombra de ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR, como LUIS GUILLERMO BENITES, JESÚS ESTRADA FERREIRO y tantos otros que se sienten dueños de Sinaloa por el simple hecho de haber formado parte del movimiento que le dio vida a MORENA y habérsela jugado con el presidente. También existen otros actores políticos que alardean de padrinazgos políticos del pasado, que son impulsados por poderes fácticos o que tienen ligas con grupos de la delincuencia organizada.
Son muchos los que no entienden que los caudillos pertenecen al pasado y que los líderes (muy escasos por cierto) siempre existirán, aun en las sociedades más democráticas. En México las elecciones se hacen cada vez más sobre el liderazgo como base de las personas y sus ideas, no de ideologías ni tampoco de partidos.
El presidente LÓPEZ OBRADOR, no puede seguir apostándole a su suerte, mucho menos jugar con el destino del país. Tampoco es justo que la oposición a su gobierno quiera arrebatarle el poder cuando la mayoría tiene una cola muy larga. En el 2024 veremos si cuajó o no el proyecto económico del presidente AMLO, si fue el adecuado para el país o fracasó en su intento.
La comunidad es la molécula básica de México, y el programa bienestar, mas allá de su manipulación política, refleja que esta administración sigue cojeando en la vida política y democrática. En suma, ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR, es un presidente que tiene ciertos rasgos de CALLES; es un reformador más que un demócrata, pero no como lo fue LÁZARO CÁRDENAS, porque CÁRDENAS fue quien hizo la reforma agraria tal como la conocimos antes de SALINAS; él fue quien llegó a un acuerdo más o menos tácito con la Iglesia; corporativizó a los obreros y campesinos en el PRI y fundó el sistema político mexicano. Lo que lo hizo sobrevivir por muchos años.