México y por consiguiente Sinaloa, no pueden estar al margen de lo que sucede en otras regiones de este planeta tan globalizado. Nuestro país ha padecido y sigue padeciendo violencia, pobreza, corrupción, feminicidios, impunidad y falta de rumbo en sus gobernantes. Actualmente también hay que enfrentar la pandemia mundial llamada “coronavirus”, que no es cualquier cosa al golpear los sistemas de salud, desacelerar la economía y generar temor en la población. Sería infantil reconocer que autoridades del sector salud y los gobiernos en sus tres niveles tienen la capacidad para enfrentar este grave problema que afecta a más de 50 países.
Se debe revisar la eficacia con que se usan los recursos públicos destinados a la salud, evaluando cotidianamente su monto, destino y resultados. El Secretario de Salud EFREN ENCINAS, supo enfrentar la primera crisis que provocó el Coronavirus en Sinaloa, aun cuando los sistemas de salud de la entidad requieren de mayor inversión en infraestructura y personal. Los sinaloenses pueden carecer de muchas otras cosas, menos de los satisfactores que da la salud. El ex secretario ERNESTO ECHEVERRIA, dejó en esta área y en la de justicia un sabor amargo de impunidad, que no debe de repetirse ni solaparse.
Actualmente el desmesurado aumento de la población que vive en pobreza extrema, sin educación y mala atención en los servicios de salud, entre otros factores, es parte esencial del subdesarrollo en México. Esto solo puede rectificarse transformando a la sociedad sobre nuevas bases morales y materiales ajenas a cualquier proyecto de dominio hegemónico. A la unidad Nacional, debe seguir el establecimiento de alianzas de contenido verdaderamente popular y sin demagogia, capaz de romper la inmoralidad de los gobiernos y el valemadrismo de la población, que se resisten a aceptar los cambios que del proceso de transformación y desenvolvimiento social.
La sociedad nuestra no puede vivir aislada de las inquietudes y preocupaciones de su comunidad, y esta debe de indagar en una compulsa permanente las orientaciones y preferencias, las necesidades e inclinaciones y lo que sucede en nuestro entorno. Las sociedades marginales de nuestro tiempo, no deben temer a los riesgos del presente, sino por lo contrario, rehuir cualquier responsabilidad que se tome a espaldas de la mayoría pues esto sería traicionar principios, valores y tareas que afectarán a las nuevas generaciones.
Desde el político en el poder, hasta el simple administrador de la cosa pública, tienen una doble responsabilidad por cumplir: el reconocer y advertir cuando vamos por el camino equivocado. Si todos anhelamos una sociedad progresista que conviva en paz y armonía, esta ha de ser forzosamente participativa y actuante; pero para participar debe estarse sucesivamente educando e informando, con salud, donde los valores han de ser comunes y los objetivos sociales idénticos. No es posible que seamos una sociedad que divorcia los hechos de las ideas y cae en la inmoralidad, en la complicidad de malos gobiernos y en la delincuencia organizada.
El rasgo demográfico más característico es el de la población aglomerada en ciudades como Ciudad de México, Guadalajara, Monterrey, Tijuana, Ciudad Juárez, Culiacán, Mazatlán, Guasave y los Mochis, casi siempre compuesta por una mayoría de personas que buscan empleo, educación, seguridad y servicios públicos de mejor calidad. De ahí surgen multitud de paradojas: hacinamiento frente a la soledad espiritual; enriquecimiento tecnológico frente a empobrecimiento de valores morales; institucionalización de la violencia expresada en mil formas. Monotonía cotidiana, mercantilismo, faltos de educación, reglamentos de gobierno pasados “por el arco del triunfo”, levantones, asesinatos, robos, drogas y fosas clandestinas como espectáculo que invitan al cinismo, corrupción y el morbo. Eventos deportivos disfrazados de convivencia social, convertidos en negocios lucrativos, avance de la ciencia al servicio de la producción comercial frente al aumento de grandes sueños de progreso y bienestar.
La política debería estar al servicio de la sociedad, y no como disolvente que destruye, divide, y enriquece a quienes van montados en ella. Más bien debería ser la expresión de una sociedad democrática y abierta a todas las corrientes del pensamiento, pero sobre todo, con libertad y responsabilidad.
El presidente ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR, señaló que no se tolerarán acciones como toma de casetas por protestas sociales. Casetas de cobro, tomadas para botear, que pierden cientos de millones de pesos diarios. Se acaba el amor, se va el candidato, se asumen responsabilidades constitucionales o todos salimos perdiendo.
El sector empresarial por conducto del Consejo Coordinador Empresarial y 150 organizaciones y empresas adherentes, se comprometieron asumir un nuevo rol ante la sociedad para recuperar la credibilidad y confianza, para lo cual presentó un decálogo de responsabilidad que lo desmitifique y en cambio lo considere como un factor que ayude a resolver problemas de las familias y combate a la pobreza. Elevando salarios de los trabajadores, bajo la línea del bienestar familiar, garantizando oportunidades de empleo y crecimiento económico, así como inclusión social.
En Sinaloa inicia la resta en el conteo electoral rumbo a la elección constitucional de 2021, tiempo suficiente para valorar perfiles de aspirantes a puestos de elección popular. Con ello inicia también la contaminación visual, los discursos que adormecen, se olvida la honestidad, impera el poder económico en publicidad, mientras que el persuasor profesional que dedica gran parte de su tiempo y esfuerzo a convencer a la gente como la mejor opción, utiliza sonrisas, cautiva con poses, sin importar que muchos solo busquen el puesto para beneficiar a unos cuantos y robar a sus anchas.
Por su parte las mujeres se encuentran divididas y muchas de ellas luchan por dirigir el Instituto de las Mujeres. Su gran fiesta la tendrán el día 9 de marzo, ante la ola nacional que impulsan más de 50 organizaciones que integran “ni una menos en México”, que promueve el paro nacional de mujeres para ese día, cuyo objetivo es erradicar los feminicidios y toda violencia contra las mujeres. Un mensaje que obliga a la autoridad a voltear a ver un país que se encuentra destrozado por la violencia, lleno de impunidad y sediento de justicia.