En la actualidad estamos viviendo momentos de gran tensión, estrés, miedo y odios acumulados que no sabemos cómo ni cuándo terminarán. Lo que pasa en nuestro país y en este mundo globalizado nos ha conducido a una serie de quebrantos con graves consecuencias como el estancamiento productivo, la insuficiencia de la infraestructura económica y social, el empobrecimiento de grandes grupos y la confusión sobre lo que verdaderamente está en juego. No entendemos que nuestro viaje por la vida es corto y perdemos el tiempo en pleitos, frivolidades y mitotes que no nos llevan a nada.
El Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas, ANTONIO GUTERES, afirmó que el mundo está en un momento crítico debido a la “Pandemia del Covid-19 y la crisis climática”. Esta es una voz de alarma que no se puede ignorar y que debe ser escuchada con responsabilidad. También dijo “nos enfrentamos como humanidad a la mayor crisis de nuestra vida”. La pandemia del covid-19 aumentó la desconfianza de la humanidad, nos polarizó, nos paralizó y nos dimos cuenta que la solidaridad es escasa.
El papa FRANCISCO, calificó la violencia contra las mujeres de todo el mundo como una llaga abierta, y en este tema México no es el mejor ejemplo. El presidente AMLO reconoció que la violencia que sufren las mujeres en México sigue en aumento. En los primeros cinco meses de 2021, los feminicidios se han incrementado un 7.1%. De enero a mayo, 423 mujeres han sido asesinadas, mientras que las violaciones crecieron un 30%.
El tema migratorio también nos pone en alerta. Miles de haitianos (como lo hicieron meses atrás hondureños, guatemaltecos y nicaragüenses) cruzan la frontera sur, transitan por el territorio Nacional y terminan acampados en nuestra frontera con Estados Unidos, donde culminan años de frustración, pobreza, violencia y malos gobiernos.
Los mexicanos estamos viviendo en un espejismo donde es escasa la acción, sobran los discursos, nos invaden las promesas de justicia social, seguridad y paz. Sin embargo, impera el divisionismo, y la falta de ética en la clase política. Los dimes y diretes están a la orden del día y seguimos marcados por la intolerancia y la carencia de valores. Vivimos el presente sin darnos cuenta que el futuro nos rebasó.
De acuerdo a números del INEGI el 93% de los delitos en el país no son denunciados o no existen carpetas de investigación. Entre las principales causas para no denunciar está la pérdida de tiempo 33.9% y la desconfianza en la autoridad con 14.2%. Aun así se juega con cifras oficiales donde se anuncia que vamos bien, cuando la realidad es otra.
La contaminación del medio ambiente es un tema que se tiene que abordar con responsabilidad, sin tintes políticos y sin manipular a la sociedad. La Organización Mundial de la Salud (OMS) también levanta la voz de alerta por la mala calidad del aire en La Ciudad de México y otras regiones del país, así como por el aumento de los índices contaminantes del aire, ríos, mares y otros que amplían la brecha de los niveles tolerados y nos están llevando a un ambiente envenenado. Se tienen registrados a nivel mundial 4.2 millones de muertes prematuras causadas por la mala calidad del aire.
En cuanto a la pandemia del COVID-19, el dirigente de la Sección 53 del SNTE en Sinaloa, FERNANDO SANDOVAL, muy atinadamente señaló que el semáforo gubernamental que mide la pandemia es verde por fuera y rojo por dentro, al ser manipulado por la autoridad de acuerdo a circunstancias y conveniencias políticas del momento.
Es tiempo de ser responsables, crecer como sociedad y escuchar la voz de científicos, intelectuales, e investigadores en materia de educación, salud, etc. Para asimilar lo que pasa en el mundo, valorar lo que somos y entender lo que tenemos que hacer para mejorar nuestro nivel de vida y salvar el planeta que estamos destruyendo.