A 10 meses de haber recibido la banda presidencial de manos de su antecesor ENRIQUE PEÑA NIETO, el presidente LÓPEZ OBRADOR, hace intentos por levantar a un México sumido en la marginación social, en la pobreza, inseguridad pública y grandes hechos de corrupción, pero también en la desesperanza por los malos gobiernos que traicionaron la confianza ciudadana.
LÓPEZ OBRADOR busca que vuelva la tranquilidad al país, ante los negros nubarrones de violencia y pobreza heredados por sus antecesores. Sin embrago, la tarea no será nada fácil por los diversos factores que impiden lograrlo. Sus esfuerzos van encaminados a que al final de su administración regrese la tranquilidad al país, se reduzca la corrupción, acabar con los desequilibrios sociales y económicos. Pero también que se tenga un crecimiento justo, equilibrado y sostenido.
A juzgar por su retórica, el problema de la pobreza crónica aparentemente ha preocupado a todos los gobiernos, toda vez que en su discurso de toma de posesión en 1970, LUIS ECHEVERRIA apuntaba: “Existen aún graves deficiencias e injusticias que ponen en peligro nuestros logros, la excesiva concentración de los ingresos y la marginación de grandes grupos humanos son una amenaza para la continuidad armoniosa del desarrollo”.
Seis años después JOSÉ LÓPEZ PORTILLO dijo: “Si pudiera pedir algo a los grupos desposeídos y marginados, seria perdón por no haberlos sacado aún de su miseria, pero también les digo a estas personas que todo el país conoce y se avergüenza de su atraso en este sentido y, por este motivo, nos uniremos para lograr la justicia a través de la ley”.
En diciembre de 1982, tocó el turno a MIGUEL DE LA MADRID, que dijo: “la desigualdad social sigue siendo uno de los problemas más graves de México”. Y en medio de la peor crisis económica habida desde la Revolución, se sintió obligado a añadir. “Mientras la crisis continúe no podemos avanzar en el proceso de justicia social”.
Estos cuatro presidentes, y cinco más que los sucedieron no supieron responder al reclamo social.
Se acumularon los agravios de la población, avanzó la desilusión, se dimensionó la corrupción, se trastocó la tranquilidad en materia de seguridad y hoy pagamos las consecuencias de promesas incumplidas, de candidatos y gobernantes que no han estado a la altura de un país que requiere de liderazgos visionarios que ayuden a detener el deterioro social y que sepan emprender una nueva era de crecimiento redistribuidor del ingreso.
Hoy la responsabilidad está en manos del Presidente LÓPEZ OBRADOR, quien plantea una dirección en acuerdos firmes donde primero sean los pobres, aunque debe entender que también la clase media y alta está dentro de ese barco llamado México, para que todos juntos desarrollen sus potencialidades y unifiquen esfuerzos para enfrentar los retos que se presenten para lograr un México mejor.
HISTORIA Y VALORES QUE NO SE PUEDEN OLVIDAR
La constitución de 1917 abrió un amplio horizonte al desarrollo político e institucional de México. Nuestro texto constitucional pudo articular, finalmente, libertad e igualdad para el ejercicio de una vida democrática. La nueva constitución recibió como legado las luchas liberales del siglo XIX y amalgamó el programa social sustentado por la coalición revolucionaria. Así, la constitución expresa un proyecto explícito de sociedad al que se adhirió las fuerzas fundamentales de la Nación. En este sentido la carta constitucional es, a la vez, ley, consenso y visión de la sociedad que queremos ser.
La constitución, nuestra independencia y la Revolución mexicana, son legados de grandes hombres y mujeres que lucharon por un país justo, democrático y libre. Se ha trabajado tenazmente para fortalecer y perfecciona el Estado de derecho y para promover un proceso de renovación nacional que afirme al país en su soberanía, le de viabilidad económica, responda a la propia transformación social, que busque condiciones que favorezcan una mayor justicia, ampliando el ámbito de libertades y siga abriendo nuevos cauces a la democracia.
La renovación nacional que se vive en la actualidad constituye un avance incuestionable en nuestra vida democrática. Esto revela que la sociedad despertó. México se encuentra hoy en un proceso de transformación que afecta todos los aspectos de la vida nacional. Tenemos historia, principios y valores, como legado de grandes héroes como HIDALGO, MORELOS, GUERRERO, MINA, NICOLÁS BRAVO, JUAN ALDAMA, IGNACIO ALLENDE y GUADALUPE VICTORIA, entre otros, cuyos nombres permanecen gravados en la columna de la independencia. Esos héroes nos legaron un sinfín de oportunidades para crecer, desarrollarnos y ser mejores. El turno es nuestro ¿Qué hay que hacer?
Tenemos que dirimir controversias, superar conflictos y renovarnos con el apoyo de todos los mexicanos. Sin caer en el resquebramiento institucional y ampliando los cauces de la participación social para que se siga construyendo una sociedad más fuerte, más unida, mejor organizada y representada.
También es necesario fortalecer democráticamente al Estado y modernizar su andamiaje institucional. Los cambios son para fortalecernos y avanzar, no para destruirnos ni retroceder. Que sigan disfrutando el mes de la patria.
REVOLTURA POLÍTICA
Dice un refrán muy popular que “uno hace él puesto y no el puesto a uno”. Bien por el trabajo que realiza el Dr. EFREN ENCINAS TORRES, Secretario de Salud de Sinaloa, quien avanza con paso firme, sin hacer alarde y sin reflectores para llamar la atención. De una manera eficaz y humana atiende y pone orden en un sector estratégico del gobierno que encabeza QUIRINO ORDAZ COPPEL; En el Sector de Educación JUAN ALFONSO MEJIA, como buen administrador trata de estirar la cobija para que alcance para todos; en la Secretaria General de Gobierno, GONZALO GOMEZ FLORES, con visión clara y articulada por los grandes problemas acumulados, más los que llegan día a día a la dependencia a su cargo elabora documentos, propone soluciones a su jefe el gobernador y responde a esos problemas que demandan atención.