En México se viven nuevos tiempos que pintan un panorama alentador para los próximos tres años, esto de acuerdo a la visión del presidente LÓPEZ OBRADOR, quien a mitad de su administración sigue sorprendiendo por el apoyo popular que tiene, principalmente de aquellos que fueron marginados del desarrollo social.
El presidente se refleja inquieto por lograr apoyos legislativos que le permitan sacar avante reformas constitucionales que le servirían para sentar las bases de la 4T. AMLO muestra un estilo de gobernar que muchos no comprenden ni aceptan, pero que es apoyado por otros con la esperanza de un mejor mañana. En los próximos meses pretende trascender y sacar avante tres reformas constitucionales que marcarán su gobierno e impactarán a la sociedad que gobierna.
Una de ellas es el fortalecimiento de la CFE, de aprobarse, esta reforma le asegura el 56% del mercado a la empresa que dirige MANUEL BARTLET, que como dinosaurio político sigue “vivito y coleando”; el 44% restante estaría en manos privadas que en su mayoría generarían energías limpias. Por ello, dicha reforma divide opiniones y tendrá que negociarse en las fracciones parlamentarias del Congreso Legislativo principalmente con aliados de MORENA y opositores como el PRI, PAN y PRD.
Otra reforma es la electoral, que lleva como objetivo transformar al INE quitando su control a partidos; disminuir recursos públicos otorgados a partidos políticos y desaparecer las diputaciones y senadurías plurinominales. También sería de gran interés público si el presidente da un paso adelante y desaparece partidos políticos (chiquillada) que no tienen razón de ser pues viven del presupuesto público y están convertidos en negocios familiares. Esta es una reforma difícil de lograr por los intereses políticos y económicos que representa para partidos de oposición a MORENA.
Fusionar la Guardia Nacional a las fuerzas armadas. Ante el temor de que futuros gobiernos la hagan retornar a mandos civiles, se corrompa y se pierda lo logrado. Un tema que se tiene que cabildear con partidos políticos, fracciones parlamentarias y la sociedad misma, por sus repercusiones a futuro y el poder que se le da a las fuerzas armadas. Sin olvidar que fue el mismo presidente AMLO quien se comprometió a retirar al ejército de las funciones de seguridad pública en marzo del 2024 y retornarlo a los cuarteles.
En materia política, el presidente ANDRÉS MANUEL tendrá que poner en práctica toda su experiencia y habilidad para lograr los equilibrios que necesita el país, evitando una confrontación abierta, poniendo conductos directos de su gabinete con gobernadores, grupos empresariales, partidos políticos, intelectuales y medios de comunicación, entre otros. Cabe recordar que al interior del gobierno federal ya se abrió el juego sucesorio, donde las lealtades pasarán a segundo término y las responsabilidades públicas desmerecerán.
En el aspecto internacional el presidente tendrá que dar un nuevo giro y darle otra cara al mundo en materia económica y seguridad a la inversión, cambio climático, migración, derechos humanos, separación de poderes y seguridad pública. Gradualmente la política exterior deja de ser defensiva y se torna más activa. México debe promover resuelta y deliberadamente la búsqueda, más allá de sus fronteras, de iniciativas que contribuyan al logro de sus objetivos nacionales e iniciativas políticas que configuren un entorno más favorable para la nación. Iniciativas económicas, técnicas y financieras que complementen el esfuerzo interno y suplan insuficiencias temporales; iniciativas culturales que estrechen el conocimiento y el aprecio de otras formas de ser nacionales que enriquezcan nuestra propia pluralidad.
Una política exterior activa no se limita a reaccionar ante los acontecimientos externos sino que trata de influir ante los acontecimientos externos; no se encierra en el ámbito de las relaciones bilaterales dominantes, sino que se abre a todas las vertientes de una vida internacional compleja, rica y diversificada; no renuncia a las nuevas formas de comunicación política, cooperación económica y dialogo multilateral, más bien se vale de ellas de manera cotidiana y coherente.
Los retos del mundo contemporáneo exigen una política exterior activa, eficaz en su respuesta, fiel a lo que siempre hemos sido y atenta a lo que necesitamos ser hoy y mañana. Una política exterior al servicio de México que, al defender la soberanía nacional, permita que se dé la soberanía popular.
Sinaloa y su gobierno no están exentos de lo que pase a nivel nacional, mucho menos a la forma y estilo de gobernar del Presidente LÓPEZ OBRADOR. Por lo pronto el gobernador electo RUBÉN ROCHA MOYA, tiene tiempo para definir que necesita el Estado a futuro, cuáles son los obstáculos que nos impiden avanzar, las problemáticas del futuro, que apoyos otorgará su gobierno y cómo atenderá los rezagos en los altos de Sinaloa. También deberá darse tiempo para definir quiénes serán los principales colaboradores que le ayudarán a sacar adelante la gran tarea de transformar a Sinaloa.