PLUTARCO ELIAS CALLES, fundador del PNR, abuelo del PRI, jamás imaginó que su partido gobernaría ininterrumpidamente durante 71 años, perdiendo 12 años de mandato presidencial con VICENTE FOX y FELIPE CALDERÓN. Con 92 años de edad, el PRI se niega a morir y busca retornar al poder. En las elecciones del 2021, se jugará el todo por el todo en condiciones poco favorables. Olvidó los postulados de la revolución, mientras que la consolidación, cohesión y disciplina de su militancia está dispersa y ausente. La modernización y renovación para elegir a sus candidatos a puestos de elección popular no ha mejorado, y la transformación social que pregonó como gobierno tampoco cuajó. Aun así, su dirigente en Sinaloa JESÚS VALDEZ, recorre el Estado en suburban y con sombrero nuevo, como si quisiera demostrar su origen de hombre de campo.
Los gobiernos priistas, sumados a los 12 años de gobiernos del PAN, no pudieron o no quisieron generar el renovado Pacto Federal que necesitaba el país, tal vez en una forma de tener sometidos políticamente a Estados y municipios. Actualmente las necesidades de la población y la falta de inversión de obras de infraestructura, han sido heredadas a Estados y municipios. Alcaldes de Ahome, Guasave, Culiacán, Mazatlán y otros, absorben como esponjas los reclamos, resienten carencias y son muros de contención del reclamo social existente sin poder resolver todas las demandas por falta de apoyos económicos que les niega la federación.
Estamos viviendo un cambio generacional delicado y fuerte en hábitos, estilos y patrones de conducta. Hay una lucha muy intensa entre la tradición y las exigencias de una sociedad más crítica que reclama atención, dialogo y solución a sus demandas. Si miramos al PRI través de un cristal, nos daremos cuenta que no ha cambiado, siguen los mismos grupos luchando por el poder, impulsando otras caras como fachada de cambio pero en la práctica nada ha cambiado; si nos vamos al PRD son las mismas caras que no convencen y solo buscan migajas de poder.
En el PAN sigue el forcejeo entre unos y otros extraviados en ideologías, añorando tiempos pasados; en MORENA se mantiene la lucha por el poder, sin darse cuenta que ahora tienen que convencer como gobierno; la chiquillada de partidos observa y trata de obtener su tajada del poder. Otros también hacen su juego y buscan crear sus propios partidos como si la democracia fuera negocio familiar. En fin, la clase política mexicana se enfrenta a grandes retos, pero primero tendrán que convencer para alcanzar el poder ante una sociedad más cuestionadora y exigente.
Actualmente el PRI, PAN, MORENA y otros. Tienen un papel estratégico en un régimen disque democrático como el nuestro. Deben coadyuvar en las tareas de gobierno, bajo lineamientos de transparencia, respeto, legalidad y guardando la sana distancia. Deben ser contrapesos responsables de los gobiernos en turno y no mandaderos del poder. La población mexicana quiere partidos políticos responsables, fuertes, respetuosos de la ley y de las instituciones, que trabajen democráticamente en la ampliación de sus bases sociales y no de intereses personales
En el poder legislativo, el trabajo que realizan Diputados y Senadores, queda mucho a deber a sus representados. Son los conductos para que promuevan reformas, modificaciones y adecuaciones a las leyes. Sus partidos deben proporcionarles una buena dirección política; ellos deben cumplir con eficacia el cargo para el cual fueron elegidos. Deben ser aliados de la sociedad no del poder o de partidos políticos.
Todos, sin importar color o ideología política, están obligados a promover acciones que permitan redistribuir los recursos públicos en forma justa y equilibrada entre Federación, Estados y Municipios. Logrando con ello un mejor desarrollo económico, que logre modernizar las administraciones locales, liberando la energía social y una efectiva participación democrática.
Sinaloa y sus municipios no pueden quedar al margen del reto democrático y de cambios institucionales que la sociedad demanda. Una real separación de poderes, participaciones federales justas y equilibrio presupuestal, también son generadores de convivencia política y armonía social. Sin dejar a un lado tarifas justas de la CFE para los sinaloenses.
Nuestra constitución abrió un amplio horizonte al desarrollo político e institucional, ahora falta practicarlo e impulsarlo. La libertad e igualdad para el ejercicio de una vida democrática amalgamó el programa social sustentado en libertad y derecho de todo ciudadano para votar y ser votado. Pero también una democracia manipulada por quien tiene más poder y más capacidad económica se convierte en engaño.
La democracia electoral mexicana es, como en el resto del mundo, un proceso inacabado, en evolución, con perspectivas abiertas por la voluntad de las mayorías y con capacidad para adaptarse al cambio que su propia acción genera. Se rechaza cualquier imagen de la democracia como un estado final de cosas al que todos, por lógica, tendemos a llegar. La democracia es un proceso dinámico pero no inevitable, es un acto de voluntad y perseverancia.
Las instituciones democráticas requieren ser recreadas a diario por ciudadanos, grupos y sectores. En su interior se sujetan a lucha cotidiana contra el ritual y la rigidez, entre la dinámica del cambio y el riesgo de la dispersión. Esa batalla que viene por el triunfo de candidaturas por la gubernatura de Sinaloa, alcaldías, y diputaciones no se ganan antes de librar la batalla, mucho menos entregando despensas o generando presencia en redes sociales. Se ganan con muchas cosas más importantes ¿Cuáles serán?
El presidente LÓPEZ OBRADOR utilizó un espacio de la conferencia mañanera para denunciar una supuesta campaña electoral en contra de MORENA, impulsada presuntamente por partidos políticos, Gobernadores, alcaldes y grupos empresariales. Desde palacio Nacional, el presidente señaló, a pesar de que él debe ser símbolo de unidad de los mexicanos. Exhibió un documento en el que un supuesto “Bloque Opositor Amplio” se organiza para derrotar a MORENA en las elecciones de 2021 y empujar la revocación de mandato en 2022. Con ello se ensucia la política, se desgasta la figura presidencial y muestra al árbitro tomando partido abiertamente. Seguramente esto dará mucho de qué hablar.