Lo que está sucediendo en México, en todos los órdenes, es algo que debe preocuparnos y sobre todo ocuparnos. Es necesario dejar de ser meros espectadores y convertirnos en actores responsables para decidir en el 2024 el tipo de gobierno que queremos. Tenemos la obligación de reclamar todo aquello que nos afecta, poner un tope a las injusticias, exigir orden, acabar con los abusos de poder y diferenciar gobiernos populistas de populares. Ya basta de manipulación, cinismo, engaños y de tanta inseguridad y corrupción. Es imperante que “Las mañaneras” dejen de ser foros de lucimiento y confrontación nacional, y que los legisladores ya no sean simples mandaderos del presidente de la república en turno.
En la actualidad, los decretos presidenciales están de moda, muchas leyes se aprueban al vapor ante la irresponsabilidad de algunos Diputados y Senadores que se olvidan de la sociedad que dicen representar. Están encendidos los focos de alerta y muchos nos preguntamos ¿Qué sigue?
Se eliminó el Seguro Popular y se creó el INSABI sin resultado alguno; Financiera Rural desapareció por un decretazo; a pesar de las sumas millonarias que se han invertido en formación y creación de la Guardia Nacional sigue sin resolverse el problema de inseguridad pública; las fuerzas Armadas se convirtieron en constructores, administradores de puertos, aeropuertos y refinerías; y la ley minera en manos del Senado genera división de opiniones y desnuda intereses políticos y económicos.
El CONACIT también desapareció y en su lugar se creó, de un plumazo, el CONAHCTI; el precio de la energía eléctrica se incrementó en un 7.1%; el conflicto entre el presidente AMLO Y la presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, LUCIA PIÑA HERNÁNDEZ, pinta de cuerpo entero la falta de liderazgo nacional y la autonomía de ambos poderes; la relación con nuestros vecinos del norte (Estados Unidos) no es de lo más cordial y pronostica tempestad; mientras que la polarización nacional avanza y se hace difícil pronosticar lo que pasará en la elección del 2024.
La CTM, orgullo y grandeza del sector obrero, sigue en decadencia y su dirigente Nacional CARLOS ACEVES DEL OLMO, no es ni la sombra de lo que fue FIDEL VELAZQUEZ; el PRI se encuentra en la orfandad política y su dirigente duerme en brazos de MORENA; el PAN sufre de amnesia y niega a GENARO GARCIA LUNA.
En Sinaloa, la lucha de los productores agrícolas por conseguir mejores precios para el trigo y maíz, anuncia un malestar social difícil de controlar. Nuestros diputados locales reflejan falta de capacidad y experiencia, y eso en política se llama mediocridad.
La vida democrática exige afirmar el consenso porque no todo puede estar abierto a la interminable disputa entre intereses de grupos o individuos. Querer movilizar a todos y sujetar todo a esa lucha por el poder, atomiza, pulveriza las instituciones y desgasta la figura de cualquier gobernante. La democracia es, esencialmente, un acuerdo de los ciudadanos. Las organizaciones y los sectores pueden diferir entre sí, incluso sobre los términos que les permiten diferir sin destruirse mutuamente como está sucediendo.
Es hora de que en México se supere la subcultura del rumor, la desconfianza y la incredulidad. Partidos, organizaciones políticas y gobierno deben fomentar una nueva cultura política, demostrando con hechos la importancia que tienen sus acciones y sus decisiones políticas ¿o habrá que seguir destruyéndonos unos con otros?
REVOLTURA POLÍTICA
LUIS GUILLERMO BENÍTEZ, como alcalde de Mazatlán, jamás imaginó que su hombre de confianza EDGAR GONZÁLEZ SATARAIN, lo vendería como Judas a Jesucristo, y todo por el poder. Para muchos mazatlecos sigue costando trabajo entender la metamorfosis de un hombre tieso, reservado y servil, que se convirtió en una persona ambicioso de poder que utiliza cualquier reflector para llamar la atención. . . FELICIANO CASTRO MELÉNDREZ, Presidente de La Coordinación Política del Congreso del Estado, lleva más restas que sumas políticas y eso podría limitar sus aspiraciones por la candidatura al Senado de la república ¿o estaremos equivocados?. . . El Tiburonario de Mazatlán guarda una historia de impunidad, corrupción y demandas penales que duermen el sueño de los justos. Habrá que recordarla y desmenuzarla.